Espejismos del califato
Aunque violento, el Estado Isl¨¢mico no es estrictamente un grupo terrorista, sino todo un proyecto pol¨ªtico. Patrick Cockburn y Loretta Napoleoni tratan de explicar su auge
Hay acontecimientos que salen de f¨¢brica etiquetados con la marca de la historia. Los buscamos los periodistas, a ser posible para narrarlos en primera persona como testigos directos, y los buscan con af¨¢n similar los editores de libros, para encargar o comprar los derechos de quienes los van a interpretar, desmenuzar y analizar en sus causas y consecuencias.
Uno de los m¨¢s recientes e inexplicados, probablemente tambi¨¦n dif¨ªciles de interpretar, es el de la aparici¨®n del Estado Isl¨¢mico de Irak y Siria, violentamente instalado en un amplio territorio entre ambos pa¨ªses ¨¢rabes, donde sus adeptos quieren construir una sociedad regida por la shar¨ªa o ley isl¨¢mica m¨¢s estricta, siguiendo el modelo salafista, es decir, el de los piadosos compa?eros del profeta Mahoma.
Conocido tambi¨¦n como Daesh por sus siglas en ¨¢rabe, el Estado Isl¨¢mico no es estrictamente un grupo terrorista como Al Qaeda, aunque proceda del mismo ¨¢rbol violento, sino que es todo un proyecto pol¨ªtico, naturalmente de matriz y m¨¦todos terroristas, que tiene como objetivos arrumbar los reg¨ªmenes ¨¢rabes, expulsar a las potencias occidentales, limpiar el territorio de las minor¨ªas religiosas consideradas her¨¦ticas o polite¨ªstas (cristianos, jud¨ªos, chi¨ªes, yazid¨ªes) y borrar las barreras coloniales en Oriente Pr¨®ximo ¡ªmuy concretamente la l¨ªnea que separa Siria e Irak y lleva el nombre de Sykes y Picot, los diplom¨¢ticos brit¨¢nico y franc¨¦s que acordaron secretamente la partici¨®n¡ª.
El acontecimiento hist¨®rico en cuesti¨®n tom¨® cuerpo en fecha tan cercana como el pasado 5 de julio, cuando un individuo conocido como Abu Bakr al Bagdadi dirigi¨® la plegaria del viernes en la gran mezquita Mosul, pocos d¨ªas despu¨¦s de la ca¨ªda de la segunda ciudad iraqu¨ª ¡ªm¨¢s por deserci¨®n del ej¨¦rcito de Bagdad que por conquista en combates¡ª en manos de las huestes del ej¨¦rcito del Estado Isl¨¢mico y se dirigi¨® a los creyentes como si fuera el califa o m¨¢xima autoridad a la vez pol¨ªtica y religiosa, exigiendo en virtud de su t¨ªtulo la obediencia y la yihad o guerra santa a los musulmanes de todo el mundo.
El v¨ªdeo que permiti¨® conocer el rostro y los negros h¨¢bitos medievales de quien se autoproclama sumo jerarca musulm¨¢n fue solo la primera de las exitosas producciones audiovisuales del nuevo Estado, caracterizadas por una desenfrenada carrera de crueles exhibiciones de decapitaciones, ejecuciones sumarias, amputaciones e incineraciones, que tienen como v¨ªctimas a prisioneros de guerra, periodistas, cooperantes o simples trabajadores, apresados y asesinados por el solo hecho de ser cristianos coptos.
Las iniciales actuaciones del sangriento califato empezaron en los dos pa¨ªses ¨¢rabes vecinos, pero pronto se extendieron a Libia o consiguieron el reconocimiento de otros grupos de calibre y cala?a parecidos, como Boko Haram, de similar vocaci¨®n exterminadora, aunque especializado en secuestrar y esclavizar mujeres y ni?as en el norte de Nigeria.
Es un aut¨¦ntico alud el de los reportajes period¨ªsticos, art¨ªculos de revistas especializadas e incluso algunos libros, que han salido en los ¨²ltimos meses con el objetivo de ofrecernos las primeras explicaciones, a veces todav¨ªa muy improvisadas, sobre el origen de esta nueva pesadilla. Patrick Cockburn, experimentado corresponsal en la zona desde los a?os setenta, y Loretta Napoleoni, economista especializada en las redes terroristas, son los dos autores de los dos primeros libros que se publican en castellano, y que constituyen tan solo la avanzadilla de los que ver¨¢n la luz en los pr¨®ximos meses y a?os.
El primer problema que plantean todos ellos es que apenas hay testigos directos de la cat¨¢strofe geopol¨ªtica que significa la descomposici¨®n de al menos dos pa¨ªses, Irak y Siria, y del genocidio que ya se ha puesto en marcha en el coraz¨®n de Oriente Pr¨®ximo. Buena parte de las cifras sobre combatientes, v¨ªctimas o financiaci¨®n del terrorismo apenas est¨¢n documentadas y corresponden a estimaciones escasamente explicadas. No las hay respecto a la actividad del ej¨¦rcito terrorista, pero tampoco abunda la informaci¨®n sobre las actuaciones militares de la coalici¨®n de 60 pa¨ªses que les combaten por medios a¨¦reos.
Una de las mayores dificultades interpretativas en este sangriento conflicto tiene su origen en el car¨¢cter medi¨¢tico de los nuevos conflictos b¨¦licos. Las im¨¢genes de la actividad terrorista difundidas por las redes sociales son armas de propaganda y de amedrentamiento de las poblaciones. Se dirigen naturalmente a la regi¨®n, pero tambi¨¦n a los pa¨ªses occidentales donde hay una numerosa poblaci¨®n de religi¨®n isl¨¢mica susceptible tanto de reclutamiento como de excitaci¨®n antioccidental.
La tradicional niebla de la guerra es mucho m¨¢s espesa y desorientadora en las nuevas guerras, sin frentes establecidos, contendientes n¨ªtidos, ni alianzas estables. Lo advierte Cockburn respecto a las ¨²ltimas cuatro guerras libradas por Estados Unidos (Afganist¨¢n, Irak, Libia y Siria), en las que encontramos patrones similares en cuanto a exacerbaci¨®n de las divisiones civiles, centralidad del radicalismo yihadista y efectos distorsionadores de la propaganda sobre la percepci¨®n p¨²blica de los resultados de las campa?as, ¡°incluso respecto a la identidad de los vencedores y los vencidos¡±.
El efecto propagand¨ªstico, al que suelen ser m¨¢s reticentes experimentados reporteros de guerra como Cockburn, puede alcanzar incluso a quienes intentan comprender estos acontecimientos desde la reflexi¨®n pol¨ªtica, como es el caso de Napoleoni, que asimila el califato a un aut¨¦ntico intento de construcci¨®n de un Estado-naci¨®n propio de los musulmanes, al igual que en su d¨ªa los jud¨ªos aspiraron y consiguieron la creaci¨®n de Israel. Ambas aproximaciones period¨ªsticas son ¨²tiles e interesantes, pero hay que leerlas con la distancia y la prevenci¨®n exigidas por la escasa perspectiva que tenemos ahora mismo, cuando ni siquiera se ha cumplido un a?o desde que Al Bagdadi manifestara en p¨²blico su voluntad de reconstruir el califato mitificado de los primeros a?os de expansi¨®n del islam.
Isis. El retorno de la yihad. Patrick Cockburn. Traducci¨®n de Alma Alexandra Garc¨ªa. Ariel. Barcelona, 2015. 131 p¨¢ginas. 14,95 euros.
El f¨¦nix islamista. El Estado Isl¨¢mico y el redise?o de Oriente Pr¨®ximo. Loretta Napoleoni. Traducci¨®n de Francisco Mart¨ªn Arribas. Paid¨®s. Barcelona, 2015. 143 p¨¢ginas. 15,95 euros.
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