Peter Sacks: ¡°Quiero dotar de vida al lenguaje¡±
Cambi¨® el verso por el lienzo y se propuso desenterrar el poder visceral de las palabras. Sus obras sobre 'El proceso', de Kafka, se muestran en Madrid
March¨® a Marfa en 1999, al mismo desierto de Texas donde Donald Judd abri¨® una importante brecha para el arte contempor¨¢neo. Peter Sacks (Sud¨¢frica, 1950), reconocido poeta, autor de media docena de libros y catedr¨¢tico de Literatura, iba como invitado a una residencia para escritores, pero aquel viaje marc¨® un punto y aparte. No escribi¨® una sola l¨ªnea, sac¨® fotos, pero al verlas impresas no le gustaban y comenz¨® a borrarlas con tipp-ex. Poco despu¨¦s los versos propios dejaron paso a la reescritura mecanografiada de frases de otros, y esos textos escaparon a las tapas encuadernadas de un libro, saltaron a todo tipo de materiales (papeles antiguos y nuevos, cartones, telas) y de ah¨ª al lienzo. Sacks reescribi¨® literalmente su historia y ¡ªaunque sigue impartiendo clases de literatura en Harvard y est¨¢ casado con la poeta Jorie Graham¡ª abandon¨® la pr¨¢ctica de la poes¨ªa.
El conjunto de 64 cuadros en torno a El proceso, de Franz Kafka, que hasta el 9 de mayo se exponen en la galer¨ªa Ivorypress de Madrid, son una muestra especialmente significativa de aquel giro radical que marc¨® el desarrollo art¨ªstico del sudafricano. Al fin y al cabo, fue esta novela la primera obra que Sacks decidi¨® mecanografiar sobre un trozo de lino al regresar del desierto texano. Aquel gesto mec¨¢nico en plena crisis de madurez abri¨® la puerta a un particular proceso creativo en el que ha empleado desde material po¨¦tico de Yeats o Mandelstam, y extractos de novelas de Cioran o Primo Levi, hasta discursos de Mandela, informes de la Cruz Roja sobre las torturas en Irak o el texto de la Convenci¨®n de Ginebra. "No quer¨ªa usar p¨¢ginas ya impresas sino reescribir, rehacer los textos y sentir la gravedad de las teclas, la experiencia f¨ªsica. Es un acto de homenaje, quer¨ªa que el texto volviera a vivir en mi tiempo", explic¨® en Madrid una ma?ana de mediados de febrero con un suave deje sudafricano y una intensa determinaci¨®n.
Autores como Joan Didion han confesado que la reescritura del trabajo de otros escritores (Hemingway, en su caso) les ayud¨® a entender el ritmo y la cadencia, lo de Sacks no ha sido un gesto juvenil, y su b¨²squeda va m¨¢s all¨¢ del ritmo: ¨¦l trata de excavar hasta encontrar el impulso, el sentimiento. Suma telas y materiales reciclados en sus obras, creando nuevas capas densas unas veces; ligeras y fantasmales, otras. "Me interesa la presencia f¨ªsica de materiales, por eso uso detritus. La tela y el tecleo conforman una materia importante, algo que ha sobrevivido. Hay algo de ritual religioso en las horas que paso mecanografiando", apuntaba antes de definir esta experiencia como un trial (palabra que significa juicio y prueba en ingl¨¦s) en s¨ª misma.
En 1999 Sacks reescribi¨®
Sacks viaj¨® por primera vez a Estados Unidos en 1967 y pas¨® un curso en Detroit. All¨ª se dio de bruces con las brutales revueltas raciales ¡ª"yo presupon¨ªa que una democracia como la estadounidense habr¨ªa dejado atr¨¢s el racismo que viv¨ªamos en Sud¨¢frica"¡ª. De vuelta en su pa¨ªs, la implicaci¨®n del joven Sacks en los movimientos pol¨ªticos antiapartheid le llevaron de regreso a EE UU en los setenta, donde estudi¨® en Princeton, luego en Oxford y se doctor¨® en Yale con un trabajo sobre la historia de la eleg¨ªa en la poes¨ªa inglesa. ¡°Empec¨¦ a escribir poes¨ªa a los 20 y el valor para lanzarme ven¨ªa de un amor por el arte po¨¦tico. Necesitaba intentarlo y ver si fallaba, adoraba la m¨²sica y el misterio de la poes¨ªa¡±, recordaba el hoy expoeta. Tambi¨¦n pint¨® y dibuj¨® desde ni?o, algo que sigui¨® haciendo de adulto en cuadernos, anotando y pintando mientras viajaba, cuando paseaba, cuando miraba cuadros en museos.
Las piezas mostradas en Madrid ¡ªque tambi¨¦n incluyen cuadernos de los ¨²ltimos a?os¡ª se enmarcan dentro de Books beyond Artists, una exposici¨®n que presenta m¨¢s de un centenar de libros de artista, y abarca m¨¢s de un siglo de historia del arte. Sin embargo, el camino emprendido por Sacks en las obras en torno a El proceso es en gran medida el inverso: sus obras ¡ª carto?nes de paquetes postales, en los que aparecen pegados extractos de la novela escritos a m¨¢quina sobre distintos materiales, las palabras a veces ocultas, apenas legibles, rodeadas de pintura acompa?adas por otros papeles o im¨¢genes¡ª retratan el desmembramiento de un libro.
La lectura que el profesor Sacks propone escapa al ¨¢mbito acad¨¦mico, su particular comentario de texto expone y apela al sentimiento que la novela provoca, al poder casi "visceral" de la palabra: "Mi empe?o es una investigaci¨®n activa, un viaje. No se trata de un an¨¢lisis, yo busco una experiencia visual, y ah¨ª hay un elemento arqueol¨®gico, las capas que se superponen, algo que dota de un nuevo poder a la palabra. Me impulsa la urgencia de acompa?ar el texto para llegar a una zona donde el lenguaje no te puede conducir".
La entrada de texto en un lienzo no es nuevo, y sin embargo en la actualidad vive un momento ¨¢lgido. Casi como esl¨®ganes o pies de foto, las frases han brotado con un tono ir¨®nico o explicativo en las obras de arte. Sacks busca algo distinto: "Yo quer¨ªa dotar de vida al lenguaje. Hay tantos escritores y profesores que han analizado a Kafka, ?qu¨¦ puedo a?adir? Siento que hago como una especie de pintura rupestre, algo que me remite a las pinturas de abor¨ªgenes que ve¨ªa de ni?o, a mis recuerdos y sensaciones".
Charla celebrada en Ivorypress entre Peter Sacks, la dise?adora gr¨¢fica Irma Boom, y el conservador del Victoria Albert Museum Rowan Watson.?
Books beyond Artists: Words and Images.?Comisariada por Elena Foster Ochoa. Ivorypress Space. Calle de Comandante Zorita, 48. Madrid. Hasta el 9 de mayo.
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