Goya antes de Goya
Una exposici¨®n reabre el primer museo dedicado a su figura en Zaragoza
A los 18 a?os le dejaron sin beca en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Tuvo que tirar de ahorros, o de un pr¨¦stamo de su padre, para marcharse a Italia. Su primer trabajo, a las ¨®rdenes de Francisco Bayeu, fue como ayudante menor. Goya, en fin, tambi¨¦n fue joven. La muestra Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus ra¨ªces aragonesas, retrata los primeros pasos del artista en su tierra natal y reabre el zaragozano Museo Cam¨®n Aznar como Museo Goya. La Fundaci¨®n Ibercaja, gestora de la colecci¨®n, se adelanta as¨ª al proyecto desarrollado por el Museo de Zaragoza, que trat¨® durante a?os, sin ¨¦xito, abrir un Espacio Goya que sirviera como centro neur¨¢lgico sobre el pintor en la regi¨®n.
Manuela Mena, asesora de la muestra y especialista del Museo del Prado en el siglo XVIII y el pintor de Fuendetodos, se?ala el conocido autorretrato de Lucientes a los 29 a?os, el primero que se conoce. Es una de las joyas de la colecci¨®n permanente, que ahora se ve las caras por primera vez y hasta el 28 de junio con otras 27 piezas provenientes de cuatro instituciones p¨²blicas (entre ellas El Prado) y varias colecciones privadas. El lienzo dista a¨²n de esos otros que le har¨¢n ser recordado con pelo cano, mirada cansada, velas sobre el ala del sombrero. Pero Mena advierte: ¡°La melena suelta es s¨ªmbolo de libertad y creatividad¡±. Goya se anunciaba a s¨ª mismo.
Tras los fracasos (a los 20 a?os se presenta al concurso de la Academia de San Fernando, sin conseguir voto) se encontraban ya las cualidades de un genio. Mena alaba su originalidad en el tratamiento de los temas, su ambici¨®n, la elaborada psicolog¨ªa de los personajes. Se detiene ante dos lienzos. Huida a Egipto y Muerte de San Alberto de Jerusal¨¦n (1772-1774) se muestran por primera vez como atribuidos a Goya ¨CLa Piedad y La Virgen con el Ni?o (1772-1773) no se hab¨ªan expuesto al p¨²blico¨C y se?ala su luminosidad, que refuerza con manchas claras sobre la ¨²ltima capa de ¨®leo; el tobillo y el pie de la Virgen, dibujados con un solo trazo; la expresividad de los personajes. ¡°A primera vista, se reconoce¡±, asegura la comisaria.
Pero no siempre estuvo tan claro: la propia especialista neg¨® en 1980, durante una primera revisi¨®n, que fueran del aragon¨¦s. ¡°Vamos aprendiendo, yo entonces ni sab¨ªa que iba a especializarme en esto¡±, admite Mena, que advierte sobre la dificultad de organizar una exposici¨®n de juventud: ¡°No hemos cedido a presiones. Conocemos poco de Goya antes de llegar a Madrid, pero todas las obras que est¨¢n aqu¨ª sabemos que son de su mano¡±. Explica que hay ¡°decenas y decenas, por no decir cientos¡± de obras falsamente atribuidas al artista, en su mayor parte ¡°por intereses econ¨®micos o por obtener prestigio laboral o familiar¡±. Es frecuente que la reclamen para estudiar posibles goyas. Pocas veces los confirma.
La exposici¨®n debe servir, explica Mena, para comprender mejor la evoluci¨®n del artista, sobre todo t¨¦cnicamente. Dominaba desde muy temprano la composici¨®n geom¨¦trica y la luz, y avanza ya su innovaci¨®n en la representaci¨®n iconogr¨¢fica y su fr¨ªa paleta crom¨¢tica, no muy acorde con el gusto de la ¨¦poca. ¡°Le faltaba un mayor juego en las emociones, incorporar armon¨ªa a la composici¨®n sin basarse en im¨¢genes de otros pintores...¡±, cuenta la comisaria. Nada que no se solucionara con el pertinente viaje a Italia, donde estudia a Rafael y a los clasicistas: ¡°Su pintura mejora radicalmente¡±. A su vuelta, le llegar¨¢ su primer encargo relevante, la decoraci¨®n de la b¨®veda del Coreto de la bas¨ªlica del Pilar. Su etapa de juventud empezaba a acabarse.
¡°Quer¨ªamos tomar las riendas, ser los primeros¡±. Charo A?a?os, directora del reci¨¦n renombrado Museo Goya, sabe la importancia de la medalla de oro. La Fundaci¨®n Ibercaja ha reorganizado las 500 piezas de su centro (con 39 incorporaciones, ning¨²n goya entre ellas) en torno al pintor, convirti¨¦ndose en el primer museo en la ciudad dedicado a su figura y tomando el papel de ¡°puerta de entrada a Goya en Arag¨®n¡±, en palabras de A?a?os. El proyecto viene a llenar el hueco dejado por el Espacio Goya, el proyecto nonato del Museo de Zaragoza que luch¨® por ser el lugar de referencia sobre el artista, m¨¢s all¨¢ del Prado.
Una de los impedimentos para su realizaci¨®n fue el presupuesto. El Ejecutivo aragon¨¦s pag¨® 1,8 millones de euros por un dise?o arquitect¨®nico que nunca lleg¨® a realizar, y la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n ha estudiado compras de obras a precios ¡°desorbitados¡±. que este museo solventa con 1¡¯1 mill¨®n de euros al a?o: la obra de acondicionamiento y ampliaci¨®n del palacio del XVI se realiz¨® en 2008, para la Expo, y no ha habido modificaciones con el relanzamiento. Otro de los factores contra el Espacio fue la resistencia por parte de los lugares de exposici¨®n cercanos a centralizar las piezas. ¡°La ventaja es que nosotros contamos con nuestro propio patrimonio y no tenemos que contar con terceros¡±, asegura Genoveva Crespo, directora de comunicaci¨®n de la banca. Aunque la Fundaci¨®n solo re¨²ne 15 obras del pintor, es el ¨²nico lugar del mundo en el que se exponen de forma permanente sus colecciones completas de grabados. No est¨¢ previsto que ninguna otra instituci¨®n sume sus piezas a la colecci¨®n m¨¢s all¨¢ de las exposiciones temporales, que ¡°dialogar¨¢n¡± siempre con el artista. ¡°Nadie quiere soltar su goya, claro¡±, explica Crespo.
Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus ra¨ªces aragonesas. Museo Goya. Colecci¨®n Ibercaja, C/ Espoz y Mina, 23, Zaragoza. Hasta el 28 de junio.
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