¡°Soy inseguro, pero arriesgo porque necesito sentirme vivo¡±
El cantaor catal¨¢n publica hoy el disco 'Sonetos y poemas para la libertad'
En la mu?eca de su mano derecha, Miguel Poveda tiene dos alas tatuadas. ¡°Representan la libertad¡±, asegura con media sonrisa. Tal vez, ese dibujo en su piel sea el s¨ªmbolo m¨¢s id¨®neo para ilustrar al cantaor de Barcelona, donde naci¨® en 1973. Porque el mismo chiquillo que arras¨® hace m¨¢s de 20 a?os en el Festival Internacional del Cante de las Minas, haciendo que la historia del flamenco diese un nuevo vuelco con su canto vers¨¢til y pasional, vuela m¨¢s alto y libre que nunca. ¡°Sin ataduras¡±, apunta convencido en una sala del hotel Me de Madrid, donde atiende a la prensa vestido con zapatillas, vaqueros y camiseta de camuflaje.
Poveda acaba de dar otro salto musical, mezclando de nuevo dos universos como la poes¨ªa y el flamenco en su ¨²ltimo disco, Sonetos y poemas para la libertad (Universal), que sale hoy a la venta. ¡°El flamenco tiene mucho de poes¨ªa popular¡±, explica el int¨¦rprete, que hace una d¨¦cada maravill¨® al poner su timbre desgarrador al servicio de los poemas de Rafael Alberti en un ¨¢lbum de homenaje a una de las voces m¨¢s impactantes de la Generaci¨®n del 27. Pero, en esta ocasi¨®n, se sum¨® a un proyecto ya en marcha. El disco empez¨® siendo una idea conjunta del poeta Luis Garc¨ªa Montero y el m¨²sico Pedro Guerra, que desde 2010 quer¨ªa musicalizar sonetos de grandes escritores. Pero, tras grabar en 2011 Mi locura con Poveda, el canario anim¨® al cantaor a involucrarse en una historia en la que las ideas de los tres y los versos del propio Alberti, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Quevedo, Lope de Vega o Miguel Hern¨¢ndez fueron ¡°gestando poco a poco¡± una obra con esencia flamenca, pero que, como todo lo que tiene el sello de Poveda, vuela hacia otros territorios estil¨ªsticos con las colaboraciones de Joaqu¨ªn Sabina, Ana Bel¨¦n y Miguel R¨ªos.
¡°Este disco corresponde a la libertad de cantar lo que me apetece¡±
¡°Este disco corresponde m¨¢s a la libertad de cantar lo que me apetece que a cualquier otra motivaci¨®n¡±, afirma el int¨¦rprete, que dice que ¡°la poes¨ªa es capaz de expresar lo que uno siente pero no es capaz de decir¡± y reconoce su conexi¨®n espiritual con Federico Garc¨ªa Lorca: ¡°Tengo una sensaci¨®n extra?a con ¨¦l. Es como si lo conociera como a un amigo. A Lorca le veo la cara cuando lo leo. Lo siento como m¨ªo¡±.
Al igual que en el evocador y asombroso Desgla?, en el que cant¨® en catal¨¢n versos de su tierra, vuelve a contar con la producci¨®n de Joan Albert Amargos, que ¡°impregna todo de su sonido particular¡±. Pero hay un ¡°quinto jinete¡± m¨¢s a tener en cuenta: Juan G¨®mez Chicuelo, que est¨¢ detr¨¢s de la guitarra llena de filigranas para acompa?ar la voz de Poveda, que en Romance de la dulce queja (poema de Garc¨ªa Lorca), entre otros temas, vuelve a romper el molde luci¨¦ndose en una ambientaci¨®n orquestal m¨¢s propia de las canciones del jazz crooner. ¡°Soy muy fan de Frank Sinatra, Michael Bubl¨¦ y estoy enganchado al ¨²ltimo disco de Diana Krall. Me encanta el universo crooner¡±, asegura entusiasmado.
Es el estilo povediano, que, como ha demostrado disco tras disco, colaboraci¨®n tras colaboraci¨®n ¡ªse cuentan por decenas¡ª, se deja fascinar por el tango, el bolero, la canci¨®n mediterranea, el jazz... ¡°Estoy demasiado pendiente de lo que hacen los dem¨¢s que no me paro a ver lo que he hecho¡±, cuenta. ¡°Me dejo influenciar por todo, bien sea escuchando a Diana Krall o a un cantante negro en la calle Fuencarral que el otro d¨ªa me hizo llorar¡±.
Esta originalidad y mentalidad abierta, junto a su cante lleno de color y sentimiento, es lo que le ha hecho lo que es, forma parte de su ¨¦xito, aunque la parroquia m¨¢s ortodoxa del flamenco le vea como un hereje del g¨¦nero, o, en sus palabras, ¡°un desertor¡±. ¡°Dentro de m¨ª tengo muchas inseguridades y creo que es bueno, que forman parte de ser artista, pero me siento seguro cuando s¨¦ que me quito ataduras. Me siento seguro cuando me siento libre¡±, se defiende. Como bien sabe ¨¦l y bien se lo recuerdan los que le quieren, por este escrutinio ya pasaron antes Camar¨®n o Enrique Morente. Poveda huye de las comparaciones con los grandes colosos del flamenco. ¡°Ojal¨¢ pudiese presumir alg¨²n d¨ªa de una obra como La leyenda del tiempo de Camar¨®n u Omega de Enrique Morente. Han marcado una ¨¦poca y han hecho historia. Pero no se puede ir a buscar, eso te surge en tu camino¡±, explica.
El camino de Poveda sigue su curso, libre, sin ataduras. Ahora con Sonetos y poemas para la libertad y con esas dos alas tatuadas en la misma mano que agita y menea mientras desga?ita su garganta mezclando estilos. ¡°No s¨¦ medirme¡±, reconoce. ¡°Vivo arriesgando porque necesito sentirme vivo. En el riesgo est¨¢ la duda, pero, cuando aciertas, es maravilloso¡±.
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