Barea
De peque?o tore¨® perros y de mayor ha toreado personajes grandes y peque?os conjugando un extra?o poder para ser y no ser visto al mismo tiempo
Ram¨®n Barea es un actor de Bilbao. Si ser de Bilbao ya es toda una declaraci¨®n de intenciones, imag¨ªnense adem¨¢s siendo actor. De peque?o tore¨® perros y de mayor ha toreado personajes grandes y peque?os conjugando un extra?o poder para ser y no ser visto al mismo tiempo.
En 2013, gan¨® el Premio Nacional de Teatro sin que muchos a¨²n le pongan cara, lo cual para un actor de su carrera es un elogio may¨²sculo. A Ram¨®n Barea, en la pel¨ªcula Negociador le ha tocado representar a un trasunto de Jes¨²s Eguiguren, el hombre que pilot¨® las negociaciones con ETA durante el alto el fuego. Pero no se trata de imitar al personaje al modo de un biopic, lo que le podr¨ªa llegar a dar el Oscar, sino en no interpretarlo del todo, en llamarse Aranguren y ser y no ser, que casi siempre suele ser la cuesti¨®n.
La ¨²ltima pel¨ªcula de Borja Cobeaga es una comedia dram¨¢tica que recurre al minimalismo para no contar lo que no se puede contar. Narra los tiempos muertos de la negociaci¨®n, los ratos esos donde uno se come un perrito caliente en un parque o viaja en coche a solas oyendo la radio a trav¨¦s de tres pa¨ªses. Y todo eso lo hace a lomos de Ram¨®n Barea, que espera que le sirvan un filete como otro actor encarar¨ªa el mon¨®logo de De Niro en Taxi Driver, dici¨¦ndose, esta es la m¨ªa. Si Carlos Areces interpreta a un trasunto de Thierry como si no hubiera un ma?ana, brotando la carcajada espeluznante, Barea transporta a su Manu Aranguren desde la nada hasta la inexistencia.
Fern¨¢n G¨®mez le dijo a Jos¨¦ Sacrist¨¢n, antes de hacer El viaje a ninguna parte, que si lograba una buena interpretaci¨®n nadie se acordar¨ªa de que trabajaba en la pel¨ªcula y, por supuesto, no le dar¨ªan ning¨²n premio. Esa era la medida del encargo. Y algo as¨ª logra Ram¨®n Barea al transmitir c¨®mo la pol¨ªtica pasa por encima de los seres humanos, dej¨¢ndolos arrasados, rotos y solos, aferrados al espejismo de haber contribuido a un mundo mejor mientras el sal¨®n de su casa se ha transformado en un tanatorio. Esta pel¨ªcula alrededor del asesinato como argumentario pol¨ªtico ofrece otra exhibici¨®n de Ram¨®n Barea en el arte de lo inapreciable.
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