El eterno resurgir
La reapertura de la grandiosa y enigm¨¢tica villa de los Misterios, situada a las afueras de Pompeya, merece ser considerada como una gran noticia por lo que tiene de ruptura de una cadena de episodios negativos que en los ¨²ltimos a?os ha sumido en una profunda crisis a esta ¨¢rea arqueol¨®gica para la que todo calificativo queda corto. Pompeya representa uno de los mejores argumentos para creer en la existencia de la m¨¢quina del tiempo, porque sus restos, recuperados a lo largo de los dos ¨²ltimos siglos y medio de la ira desatada por el Vesubio en el a?o 79, nos trasladan a una ¨¦poca ciertamente, alejada en el tiempo pero con la que nos sentiremos muy pr¨®ximos, a poco que nos adentremos en su trama urbana. En ese inmenso bosque de muros, aparentemente mudo, se nos abre un completo abanico de percepciones de todo lo que es capaz de procurar el g¨¦nero humano con sus grandezas y sus miserias. Y es que, cuando nos perdemos entre sus calles, podemos percatarnos que no hemos progresado mucho en conductas de ostentaci¨®n, pugna por el poder a cualquier precio, corrupci¨®n, desigualdad, tan presentes en nuestros d¨ªas como lo eran hace dos milenios. Hasta la violencia en espect¨¢culos de masas, tan instalada hoy en d¨ªa, ya fue registrada en una c¨¦lebre pintura mural en Pompeya, en la Casa I.3.23, que representa el altercado producido en el a?o 59 entre pompeyanos y nucerinos, tanto dentro como fuera del anfiteatro de Pompeya, demostrando que los grupos ultras tampoco son invenci¨®n nuestra. Incluso de manera inconsciente, los miles de visitantes que Pompeya recibe cada d¨ªa, contribuyen a generar esa sensaci¨®n de agobio que deb¨ªa presidir el devenir cotidiano de entonces y que los actuales moradores de la regi¨®n vesubiana han heredado.
En 1895 y en otra villa que, como la de los Misterios, se situaba en las inmediaciones de Pompeya, concretamente en Boscoreale, se descubri¨® un conjunto de 109 piezas de plata y entre ellas, una taza en la que fue grabada la siguiente sentencia filos¨®fica, ¡°disfruta la vida mientras la tengas, porque el ma?ana es incierto¡±. No cabe mayor oportunidad a la misma, a la vista del tr¨¢gico final de Pompeya. Aplic¨¢ndonos dicha sentencia y al menos, una vez en la vida, disfrutemos de Pompeya mientras que, afortunadamente, la sigamos conservando.
Jos¨¦ Luis Jim¨¦nez, catedr¨¢tico de Arqueolog¨ªa de la Universitat de Val¨¨ncia, ha participado en excavaciones espa?olas en Pompeya.
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