Pier Paolo Pasolini, profesi¨®n: escritor
La pel¨ªcula de Abel Ferrara y la edici¨®n de varios libros suyos con poemas, novelas y art¨ªculos reivindican la faceta literaria del cineasta en el 40 aniversario de su muerte
¡°Pasolini era un escritor enorme y un profeta¡±, apunta el actor Willem Dafoe, contundente. Y sus profec¨ªas se han cumplido con el tiempo. En la noche del 1 al 2 de noviembre de 1975 Pier Paolo Pasolini fue asesinado en la playa de Ostia, a pocos kil¨®metros de Roma. ¡°Su muerte fue la de un profeta: inevitable, una especie de conjura de todo aquello contra lo que luch¨® en vida reunido no para matarlo, sino para masacrarlo. Da igual qui¨¦n le matase aquella noche: a Pasolini lo mat¨® Fuenteovejuna¡±, confirma Mart¨ªn L¨®pez-Vega, poeta y traductor de La religi¨®n de mi tiempo (N¨®rdica Libros), antolog¨ªa po¨¦tica del autor y cineasta italiano, de 1957 a 1971. ¡°Han pasado cuatro d¨¦cadas de aquel crimen y Pasolini se mantiene tan actual como entonces¡±, asevera el escritor Luis Garc¨ªa Montero, tan pasoliniano que gan¨® en 1982 el premio Adon¨¢is de poes¨ªa con El jard¨ªn extranjero, t¨ªtulo que homenajea al segundo verso de Las cenizas de Gramsci, la obra l¨ªrica m¨¢s conocida del italiano. Aquel torbellino creativo dej¨® atr¨¢s un gran legado multidisciplinar. Pero su faceta como cineasta, con t¨ªtulos como Sal¨® o los 120 d¨ªas de Sodoma o El evangelio seg¨²n San Mateo,ha estado a punto de fagocitar la parte creativa que m¨¢s amaba, como demuestra su pasaporte: en ¨¦l Pasolini (Bolonia, 1922-Roma, 1975) puso, tras el ep¨ªgrafe profesi¨®n: ¡°escritor".
Esta semana se ha estrenado en Espa?a la pel¨ªcula Pasolini, de Abel Ferrara, que ilustra las ¨²ltimas horas de vida del creador italiano, al que pone rostro Dafoe. En su trama hay una reivindicaci¨®n del Pasolini escritor que se completa en las librer¨ªas espa?olas con la edici¨®n por parte de N¨®rdica de Chavales del arroyo (1955), su primera novela ¡ªla m¨¢s accesible literariamente¡ª, una cr¨®nica descarnada y por tanto sincera de la vida en los arrabales de Roma tras la II Guerra Mundial, y de La religi¨®n de mi tiempo. Junto a ellos est¨¢n Nebulosa (Gallo Nero), un guion encargado por los directores Gian Rocco y Pino Serpi que nunca se film¨® ¨ªntegramente; Nueva York (Errata Naturae) ¡ªescrito tras dos intensos viajes a la ciudad estadounidense¡ª, y Demasiada libertad sexual os convertir¨¢ en terroristas (Errata Naturae), recopilatorio de art¨ªculos period¨ªsticos y ensayos, que contiene Casi un testamento, reflexiones publicadas p¨®stumamente, y la entrevista que concedi¨®, pocas horas antes de morir, al periodista Furio Colombo, de La Stampa, donde dice: ¡°Aspiro a que mires a tu alrededor y te des cuenta de la tragedia. ?Cu¨¢l es la tragedia? La tragedia es que ya no hay seres humanos, hay m¨¢quinas extra?as que chocan entre ellas¡± o ¡°Todo el mundo sabe que yo pago mis experiencias personalmente¡±.
Las bellas banderas
La blancura del sol en todo
como un fantasma que la historia
aprieta contra los p¨¢rpados
con un pero de m¨¢rmoles barrocos o rom¨¢nticos...
He deseado mi soledad.
Por un proceso monstruoso
que tal vez solo podr¨ªa revelar
un sue?o so?ado dentro de otro sue?o...
Y, finalmente, estoy solo.
Perdido en el pasado
(pues hay una ¨²nica ¨¦poca en la vida del hombre).
De golpe mis amigos poetas
que comparten conmigo la brutal blancura
de estos a?os sesenta,
hombres y mujeres, solo un poco mayores
o m¨¢s j¨®venes, est¨¢n ah¨ª, al sol.
No he sabido tener la gracia
necesaria para estimarlos ¡ªen la sombra de una vida
que se desarrolla demasiado apegada
a la aced¨ªa radical de mi alma¡ª.
Extracto de?Las bellas banderas. Traducci¨®n de Mart¨ªn L¨®pez-Vega (N¨®rdica)
Dafoe vive la mayor parte del a?o en Italia. ¡°Pero conoc¨ª a Pasolini antes, cuando Martin Scorsese me lo recomend¨®, como ejemplo de libertad y compromiso, en la preproducci¨®n de La ¨²ltima tentaci¨®n de Cristo. Me parece fundamental recordar que no s¨®lo fue un cineasta: yo empec¨¦ viendo alguna de sus pel¨ªculas, y r¨¢pido pas¨¦ a sus escritos, complejos y comprometidos. Y prof¨¦ticos. Pasolini sigue en la batalla: vio venir lo que ocurre hoy con el capitalismo y la asfixia del ser humano como individuo, diluido en la sociedad de consumo, y nos avis¨®. Ferrara me convenci¨® para encarnarle porque en su guion se daba gran importancia a sus ¨²ltimos textos cr¨ªticos y a sus cartas a Alberto Moravia y a Eduardo di Fillippo¡±. L¨®pez-Vega lo desarrolla: ¡°Su obra sigue siendo el mejor ant¨ªdoto contra los abusos de la ideolog¨ªa oficial y sus enmascaramientos. Si Slavoj Zizek fuera poeta ser¨ªa Pasolini, as¨ª que Pasolini es un Zizek mejorado¡ salvo porque es menos chistoso¡±. Para Garc¨ªa Montero, ¡°Pasolini es un poeta de referencia¡±. Candidato ahora a la presidencia de la Comunidad de Madrid por IU, el poeta granadino explica: ¡°Me ha ayudado a comprender la sociedad contempor¨¢nea y el papel que debe tomar en ella un escritor. ?l se da cuenta, con su conciencia vigilante, de la mutaci¨®n antropol¨®gica que ocurre en la Italia de los sesenta que se repite en Espa?a en los ochenta. Habla de su ¡®vitalidad desesperada¡¯: quiere mantener su conciencia, y se estrella una y otra vez en las contradicciones de la vida. Todo est¨¢ en sus art¨ªculos: no entiende la vida sin valores, tampoco la ideolog¨ªa pura¡±.
Autor del estudio que acompa?a a Nebulosa, el ensayista C¨¦sar Rendueles explica: ¡°Como cineasta y escritor, no me deslumbra¡ y a la vez tiene algo que te engancha, te lleva a releerlo y revisitarlo, como su enorme clarividencia: saca a la luz ense?anzas de pasados antiguos y a la vez analiza lo que viene, algo que solo comparte John Berger. Escribe sobre el advenimiento del hiperconsumismo, una ense?anza aplicable a Espa?a¡±. De ah¨ª su actualidad y su complejidad, seg¨²n L¨®pez-Vega: ¡°Es el poeta m¨¢s dif¨ªcil que he traducido. Utiliza los pasos en dialecto como cultismos, posee una sintaxis ¨²nica¡±. Como resume Dafoe: ¡°Me da miedo su actualidad. Nos advirti¨® sobre los peligros que nos acechaban, lo escribi¨® y aun as¨ª no hemos hecho nada. Al menos sigamos aprendiendo de ¨¦l y de sus bellos textos¡±.
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