¡®Aqu¨ª Paz y despu¨¦s Gloria¡¯, el neocostumbrismo

Vaya por delante una declaraci¨®n de principios: ni el que suscribe es Norman Mailer ni la nueva serie de Telecinco Aqu¨ª Paz y despues Gloria fue ideada por Billy Wilder o Ernst Lubitsch. Curiosamente la serie es el fruto de una segunda oportunidad ya que el primer piloto, al parecer, no encaj¨® con los gustos de la cadena. Y, sin embargo, en ese primer proyecto hay ya un dato interesante: el cap¨ªtulo lo dirigi¨® Fernando Colomo, sin duda uno de los art¨ªfices de lo que en su d¨ªa fue la nueva comedia espa?ola, un subg¨¦nero que dej¨® huella en la fr¨¢gil industria cinematogr¨¢fica espa?ola y muchos nombres propios que hoy la conforman.

Quiz¨¢ desde un punto de vista sociol¨®gico lo m¨¢s chocante sea que el epicentro de la trama sea una parroquia y sus protagonistas, dos sacerdotes y un obispo (Antonio Resines, Antonio Molero y C¨¦sar Sarachu). Si ya antes corr¨ªan malos tiempos para la l¨ªrica no parece que los actuales sean los mejores para la jerarqu¨ªa cat¨®lica. En todo caso, los guionistas rebajan el grado de espiritualidad con una serie de personajes secundarios de lo que podr¨ªa ser el neocostumbrismo urbano: peluqueras, tatuadores, junkies, descerebrados y narcotraficantes que, eso s¨ª, cumplen a rajatabla los esquematismos m¨¢s elementales y t¨®picos: la peluquera, su hija y la meritoria se acercan al universo almodovariano; los narcos, adem¨¢s de simplones, son gallegos; el casi sacerdote (Antonio Molero) fue en su vida civil el Tigre de Manoteras (no confundir con el Potro de Vallecas) y Resines suplanta a su hermano gemelo en la parroquia desde uno de los estatus m¨¢s significativos de este siglo XXI problem¨¢tico e infernal: el de constructor que estafa a 300 familias y pretend¨ªa fugarse a Brasil con su estupenda secretaria. Muy lejos en modales, todo hay que decirlo, del presunto estafador Miguel Blesa, por ejemplo.

Telecinco apuesta de nuevo por la comedia como f¨®rmula para conseguir el ¨¦xito. Tiene en su haber series como Los Serrano, Aida o La que se avecina, un list¨®n muy alto en aceptaci¨®n popular. S¨®lo podemos a?adir que la audiencia reparta suerte.