¡°Hern¨¢n Cort¨¦s fue un pol¨ªtico maquiav¨¦lico¡±
El historiador brit¨¢nico John H. Elliot subraya que Moctezuma viv¨ªa un momento precario de "hambrunas y rebeliones"
Quiz¨¢ no haya mejor lugar para evocar la figura de Hern¨¢n Cort¨¦s que la biblioteca de la Casa de Am¨¦rica esta tarde soleada y ventosa de Madrid. Una luz de oro viejo ilumina libros y maderas oscuras. Y probablemente nadie mejor para hacerlo que John H. Elliott (Inglaterra, 1930), el gran historiador del imperio espa?ol que inaugur¨® el conquistador de M¨¦xico.
¡°Hablar de conquistadores no es muy pol¨ªticamente correcto en el siglo XXI y por eso es tan importante conocer su contexto hist¨®rico para recuperar la figura de un hombre a caballo entre la Edad Media y la Moderna y entender sus preocupaciones e intereses en un momento de fusi¨®n de la corona de Castilla con la de Arag¨®n y de enfrentamiento con el mundo musulm¨¢n¡±, afirma Elliott como pr¨®logo a la entrevista.
Bajo esa mirada, contin¨²a: ¡°Cort¨¦s era mucho m¨¢s culto y m¨¢s interesante que los dem¨¢s conquistadores. Fue un pol¨ªtico extraordinariamente maquiav¨¦lico y tambi¨¦n un empresario muy ambicioso, incluso m¨¢s all¨¢ de sus capacidades¡±.
En su opini¨®n, el bagaje cultural con el que el conquistador lleg¨® a Am¨¦rica es decisivo para su ¨¦xito en el nuevo mundo: ¡°Hab¨ªa estudiado algo de lat¨ªn en Salamanca, pero sobre todo hab¨ªa asimilado la legislaci¨®n de las Siete Partidas. Sin conocer el derecho a fondo era capaz de sacarle brillo a algunas citas y utilizarlas en el momento justo. Era un hombre de una enorme intuici¨®n pr¨¢ctica. Tambi¨¦n hab¨ªa le¨ªdo a Julio C¨¦sar, como demuestra en sus Cartas de Relaci¨®n, que son en realidad un manifiesto pol¨ªtico en su propia defensa ante el emperador Carlos V¡±.
Su ¨¦xito, como explica el historiador en Imperios del mundo atl¨¢ntico: Espa?a y Gran Breta?a en Am¨¦rica, 1492-1830, hizo que se convirtiera en un modelo para los colonizadores brit¨¢nicos. Aprender del enemigo fue esencial para estos en un primer momento hasta que las condiciones naturales y demogr¨¢ficas de la costa este de los actuales Estados Unidos hizo imposible, entre otros factores, aplicar las pol¨ªticas de los espa?oles. ¡°Los brit¨¢nicos buscaban informaci¨®n para acercarse a pueblos desconocidos, para saber c¨®mo establecer una colonia, c¨®mo comportarse en un mundo tan extra?o¡±. Al final tomaron otro rumbo, pero como admite Elliott entre bromas, podr¨ªa decirse que el propio John Smith fue el ingl¨¦s ¡°m¨¢s castizo¡±.
Elliott no comparte las conjeturas, m¨¢s o menos exaltadas, en boga ¨²ltimamente que convierten a Cort¨¦s en una especie de h¨¦roe moderno y visionario, pero s¨ª reconoce que ten¨ªa ¡°una visi¨®n del futuro de la Nueva Espa?a, de crear una nueva sociedad mediante matrimonios con la nobleza ind¨ªgena, y la intenci¨®n de conservar algo de la civilizaci¨®n destruida. Incluso tuvo una intuici¨®n global con sus expediciones al Pac¨ªfico¡±.
El historiador tambi¨¦n subraya la inc¨®gnita de qu¨¦ hubiera pasado con Moctezuma. ¡°Su futuro no se ve¨ªa nada claro. El imperio azteca era fr¨¢gil y se encontraba en un momento precario con hambrunas y rebeliones constantes de los pueblos sometidos¡±.
Despu¨¦s de Cort¨¦s, el imperio espa?ol en Am¨¦rica se mantuvo durante tres siglos, ¡°financi¨¢ndose bastante bien¡±, y su historia no ha perdido poder de fascinaci¨®n. Dos caracter¨ªsticas, destaca Elliott, est¨¢n en la base del inter¨¦s moderno: ¡°La novedad que representa la colonizaci¨®n espa?ola por su pol¨ªtica de ocupaci¨®n del espacio americano, algo que no hicieron otros imperios y que es probablemente consecuencia de la Reconquista, y la incorporaci¨®n de nuevas sociedades a una monarqu¨ªa compuesta. Un ideal de diversidad dentro de la unidad en una monarqu¨ªa global a¨²n vigente¡±.
La invasi¨®n napole¨®nica de la Pen¨ªnsula acabar¨ªa de golpe con todo eso. La crisis de legitimidad para gobernar el imperio supondr¨ªa su desplome e inevitable fragmentaci¨®n ¡°pese a la mucha lealtad hacia la corona espa?ola que hab¨ªa en los movimientos de independencia americanos¡±.
Lo dem¨¢s ya es historia de las nuevas naciones, pero ?qu¨¦ queda por investigar, qu¨¦ episodios permanecen a¨²n en la oscuridad? ¡°Habr¨ªa que saber m¨¢s sobre los virreyes m¨¢s importantes y sobre los bur¨®cratas del imperio, c¨®mo influy¨® en su toma decisiones el impacto de Am¨¦rica y el volver a Madrid para formar parte de la ¨¦lite¡±. Al fin y al cabo, administraban por primera vez un mundo globalizado.
Babelia
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