En continua evoluci¨®n
El estilo guitarr¨ªstico de Paco de Luc¨ªa se forja a trav¨¦s de un proceso creativo en el que el artista busca un lenguaje propio
Una noche, en Nueva York, a principios de los a?os sesenta, despertaron al artista adolescente que era Paco de Luc¨ªa para que tocase delante de Sabicas, que resid¨ªa en la Gran Manzana. El maestro, tras escucharle un rato, cuentan que le dijo algo as¨ª como: ¡°Est¨¢ muy bien Paquito, pero un flamenco no debe tocar las cosas de otro, sino tocar cosas propias¡±. Paco nunca lleg¨® a saber si en aquellas palabras, adem¨¢s de un consejo, hab¨ªa tambi¨¦n algo de celosa reconvenci¨®n, porque por aquel entonces ¨¦l no tocaba nada m¨¢s que cosas de Ni?o Ricardo, el primer espejo en el que se mir¨®. En cualquier caso, la recomendaci¨®n tuvo un efecto fundamental en el joven, que se aplicar¨ªa desde ese momento a crear su propia m¨²sica. Apenas un par de a?os despu¨¦s, recibir¨ªa similar consejo de otro maestro, tambi¨¦n con residencia americana, Mario Escudero, por el que tambi¨¦n conocer¨ªa a Esteban de Sanl¨²car.
De esa forma, y poco a poco, el firmamento guitarr¨ªstico se fue ensanchando para el de Algeciras, que en su primera grabaci¨®n en solitario registra el tema ?mpetu de Escudero y, dos a?os despu¨¦s, sendas composiciones de Esteban de Sanl¨²car. Ambos casos constituyen, no obstante, una excepci¨®n ¨²nica dentro de una obra discogr¨¢fica que, desde el primer disco, est¨¢ regida por la b¨²squeda de un estilo y una m¨²sica propias. El artista siempre reconoci¨® la influencia que en ¨¦l tuvieron las palabras de Sabicas, as¨ª como el conocimiento de otra manera de tocar a trav¨¦s de los citados maestros. Pero, sobre todo, acogi¨® de manera firme y duradera la idea de la creaci¨®n propia. El propio guitarrista lo contaba en el documental Francisco S¨¢nchez / Paco de Luc¨ªa: ¡°Yo grabo mi primer disco y todo lo que hago es composici¨®n m¨ªa. Al siguiente, me planteo que tiene que ser totalmente nuevo, que no se parezca al anterior. Y as¨ª sucesivamente. Y al estar forzado a hacer un disco nuevo cada vez, sin darme cuenta, cre¨¦ un lenguaje¡±.
La creaci¨®n de un lenguaje propio es labor que se extiende a lo largo de muchos a?os y grabaciones, pero la impronta de su toque ya queda reflejado en su primer disco de larga duraci¨®n en solitario, La Fabulosa Guitarra de Paco de Luc¨ªa, grabado en 1967, cuando el guitarrista no hab¨ªa cumplido los 20 a?os. Una pulsaci¨®n firme y vibrante, apabullante dominio t¨¦cnico, destacado sentido r¨ªtmico y la presentaci¨®n de acordes desconocidos hasta entonces, sin por ello perder un ¨¢pice de flamencura ni el respeto a una tradici¨®n que renueva y refresca.
Para Jos¨¦ Manuel Gamboa y Faustino N¨²?ez el disco constituye la primera revoluci¨®n que protagonizar¨¢ el genio, situando la segunda en torno a 1977, con la etapa que se iniciar¨ªa tras conocer Paco a Al Di Meola y John McLaughlin, y la tercera con la aparici¨®n del disco Siroco diez a?os despu¨¦s. Juan Jos¨¦ T¨¦llez, por su parte, considera la grabaci¨®n Solo quiero caminar, de 1981, como ¡°la primera traducci¨®n discogr¨¢fica del nuevo cauce musical que Paco ven¨ªa intuyendo desde hac¨ªa a?os¡±. En cualquier caso, es tambi¨¦n ah¨ª donde Gamboa y N¨²?ez sit¨²an el inicio de una segunda fase evolutiva en la obra de Paco de Luc¨ªa. Y afirman: ¡°No conocemos en el arte flamenco un caso parejo que, tras haber cambiado por completo nuestro lenguaje sin alterar su esencia, en vez de establecer sigui¨® andando¡±.
A ese respecto el maestro siempre lo tuvo claro: ¡°Si te anclas en el pasado, cada d¨ªa te vas muriendo un poquito m¨¢s¡±. Por eso caminaba y buscaba, pero nunca de una manera alocada y s¨ª reflexiva, con conciencia de la responsabilidad que implicaba incorporar al flamenco algunas de las cosas que encontraba en su camino. La m¨²sica brasile?a, de cuando muy joven gir¨® con Antonio Gades por ese pa¨ªs; el jazz, tras sus experiencias con los guitarristas citados o la m¨²sica cl¨¢sica, a la que dedic¨® dos de sus grabaciones, aportan al guitarrista elementos que ve como una forma de enriquecer la m¨²sica flamenca. Paco consideraba positivo su encuentro con los cl¨¢sicos a trav¨¦s de los m¨²sicos que abord¨®, Falla y Rodrigo, porque con esta disciplina aprendi¨® ¡°a matizar m¨¢s, a buscar sonidos y colores diferentes¡±. Sobre su etapa junto a los jazzmen dej¨® escrito que, a pesar de haber sido muy importante en su desarrollo como m¨²sico, era ¡°un par¨¦ntesis¡± en su trabajo dedicado al flamenco. Sin embargo, el guitarrista incorpor¨®, especialmente en los discos grabados junto a su legendario sexteto, elementos provenientes del jazz como las improvisaciones, los di¨¢logos, las ruedas, y la interacci¨®n entre los m¨²sicos de un grupo en el que el l¨ªder siempre iba a ser el garante del car¨¢cter flamenco de la formaci¨®n.
Aquel estilo de Paco de Luc¨ªa, ya anunciado en la citada primera grabaci¨®n del artista a¨²n adolescente, no par¨® de evolucionar con el paso de los a?os y las grabaciones. Con la constante aportaci¨®n de nuevas cadencias y armonizaciones, para muchos alcanza su cenit con Luz¨ªa, un disco de madurez publicado en 1998. Despu¨¦s de ¨¦l, tan solo nos entregar¨ªa en vida una obra original, Cositas buenas (2003), que puede que ya anunciara la direcci¨®n de su m¨²sica y su aproximaci¨®n al instrumento. A ¨¦l, que hab¨ªa visto tocar a su admirado Sabicas con m¨¢s de 80 a?os, le preocupaba la huella del paso del tiempo en el toque. Sea por ello o por puro desarrollo musical, su estilo tend¨ªa en los ¨²ltimos a?os a una cierta econom¨ªa de notas, quiz¨¢s a decir m¨¢s con un menor n¨²mero de ellas, algo quiz¨¢s perceptible en su obra p¨®stuma, Canci¨®n Andaluza (2014). Pero eso es una inc¨®gnita y parte de lo que su inesperada partida nos priv¨®: la madurez de un guitarrista irrepetible.
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