Un franquismo de tebeo
El c¨®mic hace memoria. El retrato de la vida cotidiana durante la dictadura constituye ya un subg¨¦nero de la historieta espa?ola, menos atenta a la figura del dictador
En un bar de Managua, a comienzos de los noventa, el guionista Felipe Hern¨¢ndez Cava (Madrid, 1953) pregunt¨® qui¨¦nes eran los autores de unas ilustraciones que se expon¨ªan.
¡ªEs de un grupo cubano que ya falleci¨® ¡ªle informaron.
Al guionista le sorprendi¨® algo ¡ªya hab¨ªa ocurrido antes¡ª, aunque la apropiaci¨®n indebida no le enfad¨® en absoluto. Conoc¨ªa ¨ªntimamente a los autores: El Cubri, el equipo art¨ªstico fundado por ¨¦l mismo junto a Pedro Arjona y Saturio Alonso dos a?os antes de la muerte de Franco. ¡°Entend¨ªamos nuestro trabajo como algo en lo que el ego no importaba para nada sino que estaba al servicio de la comunidad¡±, rememora. La propiedad intelectual resultaba entonces un sinsentido. ¡°En aquellos a?os, en cuanto sent¨ªas la menor veleidad de autor¨ªa, enseguida te recordabas, o te recordaba alguien, que eso era peque?oburgu¨¦s¡±, revive sin dejar claro si habla la nostalgia, la iron¨ªa o ambas a un tiempo.
Aquel tr¨ªo de veintea?eros us¨® el dibujo y el c¨®mic para hacer pol¨ªtica cuando eso ten¨ªa la carga a?adida de jugarse el tipo. Produc¨ªan como locos. Historietas sobre muros que duraban lo que tardaba en aparecer la polic¨ªa y tebeos para cuanto grup¨²sculo antifranquista se lo pidiese. Vi?etas al servicio de todas las causas pol¨ªticas, sociales o vecinales que combatiesen al r¨¦gimen y a los tent¨¢culos que a¨²n movi¨® a partir de 1975. Estaba en el ADN de El Cubri, bautizado en homenaje castizo a un cineasta a quien admiraban ciegamente: Stanley Kubrick. ¡°Lo constituimos en 1973 con la intenci¨®n de hacer trabajos destinados al mundo de la clandestinidad. En esos ¨²ltimos a?os del franquismo nos convertimos en los principales antifranquistas gr¨¢ficos¡±, se?ala Hern¨¢ndez Cava.
Hac¨ªan pol¨ªtica sin descuidar el arte. ¡°Adaptamos el lenguaje pop al c¨®mic y a la ilustraci¨®n. Eso nos confiri¨® cierta singularidad. Una de nuestras m¨¢ximas era hacer panfletos de calidad¡±. En su libro Francograf¨ªas, donde se recopilan las portadas que dibujaron para Historia del franquismo, un coleccionable de 1978 que romp¨ªa con el relato hist¨®rico de la dictadura, se despliega esa doble fuerza ideol¨®gica y creativa. La obra incluye tambi¨¦n el que acaso sea el primer tebeo biogr¨¢fico sobre Franco publicado tras su muerte: Ese hombre, difundido en la revista El Viejo Topo en 1976. Una pionera visi¨®n cr¨ªtica desde dentro. El humor gr¨¢fico contra Franco, hasta entonces, circulaba ilegalmente desde Francia, donde Charlie Hebdo le dedicaba frecuentes andanadas, as¨ª como los dibujantes exiliados Andr¨¦s V¨¢zquez de Sola y Florenci Clav¨¦. ¡°Aunque era frecuente¡±, precisa Hern¨¢ndez Cava, ¡°que la gente hiciese cosas contra Franco en el ¨¢mbito privado. Por lo visto hasta Mingote ten¨ªa un dibujo¡±.
Unos a?os antes el lenguaje de las vi?etas hab¨ªa sido puesto al servicio del r¨¦gimen. Laureano Dom¨ªnguez, editor de Astiberri, recuerda un tebeo hagiogr¨¢fico sobre el dictador titulado Soldado invicto, que ensalzaba el furor b¨¦lico del africanista, publicado en 1969 por la editorial Roll¨¢n. ¡°Era una constante en los tebeos del primer y segundo franquismo. En Flechas y pelayos rara vez no hab¨ªa una rese?a, una gesta o una menci¨®n a la biograf¨ªa de Franco¡±, se?ala Antonio Altarriba (Zaragoza, 1952), guionista de El arte de volar, multipremiado ¨¢lbum dibujado por Kim, donde se retrata con maestr¨ªa la generaci¨®n de los derrotados de la guerra a partir de la historia real del padre de Altarriba, que se suicid¨® en una residencia a los 90 a?os. ¡°Curiosamente, despu¨¦s de haber sido hagiografiado, no hay una biograf¨ªa m¨¢s o menos objetiva que intente resituar al personaje desde la perspectiva actual. No s¨¦ si porque Franco no resulta atractivo o porque no hay todav¨ªa perspectiva¡±, a?ade Altarriba.
Lo que no ha ocurrido en estos 40 a?os podr¨ªa ocurrir en los siguientes. El bioc¨®mic se est¨¢ introduciendo en el mercado espa?ol, como antes lo ha hecho en Francia, a lo que se agrega el inter¨¦s por mirar atr¨¢s demostrado por las nuevas hornadas de historietistas. En las ¨²ltimas d¨¦cadas se suceden las novelas gr¨¢ficas que indagan en la guerra y la dictadura (El hijo, Malos tiempos, Eloy o Un m¨¦dico novato, entre otros), ya sea a partir de memorias y vivencias familiares del autor o de ficciones puras. ¡°La novela gr¨¢fica y la evoluci¨®n del lenguaje del c¨®mic ofrecen sinceridad por su mayor proximidad al relato oral, la forma original de todas las historias¡±, defiende Daniel Ausente, estudioso del medio, en Superc¨®mic (Errata Naturae).
Ser¨ªa incierto, sin embargo, considerar que es una tendencia de ¨²ltima generaci¨®n. El c¨®mic se anticip¨® al fen¨®meno de la memoria hist¨®rica con varios trabajos de Carlos Gim¨¦nez (Madrid, 1941), un referente dentro y fuera de Espa?a. Paracuellos, autobiograf¨ªa de los a?os de infancia del autor en un centro de auxilio social, transmite la atm¨®sfera viciada de la posguerra mejor que cualquier ensayo de historia. Gim¨¦nez comenz¨® a publicarla por entregas en 1977. El dictador hab¨ªa muerto, pero su sombra era alargada. ¡°La Transici¨®n fue un tiempo intermedio. Hab¨ªa cierta libertad de prensa, pero los jueces te llamaban cada dos por tres. Y hab¨ªa una censura previa de las propias editoriales y revistas. Nadie pod¨ªa ni puede presumir de democracia¡±, sostiene Gim¨¦nez.
Prueba de ello fue el intento de suprimir en 1984 la revista Madriz, editada por el Ayuntamiento en tiempos de Tierno Galv¨¢n, por una historieta de Ceesepe en la que parodiaba al dictador como un criminal llamado Superfranki. Hern¨¢ndez Cava era su director: ¡°Nos cost¨® disgustos, mil y una cargas de Alberto Ruiz-Gallard¨®n, que era concejal de la oposici¨®n, que nos acus¨® de menoscabar la figura del anterior jefe del Estado¡±.
En adelante Franco solo inspirar¨ªa algunas obras, como Rapide!, una historia de acci¨®n que entremezcla ficci¨®n y realidad (el viaje de Canarias a Tetu¨¢n del general para sumarse al golpe de Estado) y donde ?ngel Mu?oz le representa como un macho cabr¨ªo. Sergio Puyol tambi¨¦n recurri¨® al dictador para contar una invasi¨®n de alien¨ªgenas en Francisco y Leopoldo. Y, m¨¢s recientemente, Furillo desarrolla una delirante trama, que bebe por igual del underground que del landismo, en Nosotros llegamos primero, supuesto sue?o de Franco de pisar la Luna antes que americanos o rusos. Cuarenta a?os despu¨¦s de su muerte, a casi nadie molesta la parodia.
Francograf¨ªas.?El Cubri. Edicions de Ponent, 2006.
El arte de volar.?Kim y Antonio Altarriba. Edicions de Ponent, 2009.
El hijo.?Tyto Alba y Mario Torrecillas. Gl¨¦nat, 2009.
Rapide!??ngel Mu?oz. Edicions de Ponent, 2010.
Francisco y Leopoldo.?Sergi Puyol e Irkus E. Zeberio. Apa Apa, 2013.
Nosotros llegamos primero.?Furillo. Autsider C¨®mic, 2015.
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