La realidad es una larga serie de esp¨ªas
Las ficciones sobre el espionaje est¨¢n tradicionalmente divididas en dos mundos opuestos, que parec¨ªan irreconciliables: por un lado est¨¢ James Bond y, por otro,El esp¨ªa quesurg¨ªodel fr¨ªo;las pel¨ªculas de acci¨®n, lujo, coches tuneados y mucha fantas¨ªa frente las narraciones en la estela de John leCarr¨¦, en las que el espionaje es un juego intelectual (aunque no por ello menos peligroso). Est¨¢n los esp¨ªas de los hoteles de lujo, paisajes ex¨®ticos y malos que acarician un gato persa y, en el lado opuesto, los agentes de moquetas polvorientas, archivadores sesenteros que tratan de intuir desde despachos mal calentados los movimientos del enemigo. Sin embargo, en las series de esp¨ªas, que se multiplican en los ¨²ltimos a?os, estos dos mundos opuestos empiezan a ser compatibles.
The Americans, cuya tercera temporada se emite actualmente en Fox de madrugada y que desde la semana que viene se ver¨¢ en su prime time, representa la uni¨®n perfecta de los dos universos: por un lado es una cl¨¢sica historia de la Guerra Fr¨ªa, de hecho, es la historia de Guerra Fr¨ªa por antonomasia: los topos, los agentes dobles, en este caso un matrimonio de esp¨ªas durmientes (Kerry Russell y MatthewRhys) que mantienen una doble vida, ciudadanos estadounidenses perfectos de cara a la galer¨ªa, aunque en realidad se trata de letales agentes del KGB. El escenario son los a?os ochenta, la presidencia de Ronald Reagan, cuando el juego se ha acabado pero ninguno de los dos actores enfrentados lo sab¨ªa todav¨ªa.
Algo parecido ocurre conla miniserieThe Honourable Woman,uno de los fen¨®menos televisivos de la temporada, protagonizado por la estupendaMaggie Gyllenhaal, que Canal + emiti¨® a finales del a?o pasado. Narra la historia de un aficionado que se mete en un mundo demasiado complejo: el espionaje en Oriente Pr¨®ximo. La protagonista es una millonaria israel¨ª que pretende trazar puentes entre palestinos e israel¨ªes sin haber medido las fuerzas oscuras en juego. Es una serie estupenda, que dio mucho que hablar cuando se estren¨® en Estados Unidos, porque fue justo durante la guerra de Gaza. De nuevo, es una historia que combina con enorme habilidad el espionaje m¨¢s intelectual con la acci¨®n.
NiTheAmericansniThe Honourable Womanson James Bond, tampoco hay que exagerar, pero ofrecen considerables dosis de acci¨®n. Como escribi¨®TheNew York Times sobre la serie deGyllenhaal, aunque puede aplicarse a las dos: ¡°Es una compleja mezcla de acci¨®n, suspense y melodrama familiar, una combinaci¨®n que s¨®lo funciona gracias a un excelente guion y un reparto muy s¨®lido¡±. En ambos casos es cierto.
Desde24yAliashastaHomeland,las series de esp¨ªas han ocupado muchas horas de televisi¨®n en los ¨²ltimos a?os.The GameyThe Hourson, por ejemplo, dos t¨ªtulos magn¨ªficos de la BBC, que nos llevan hasta los a?os setenta, en plena Guerra Fr¨ªa, el primero, y el segundo hasta la crisis de Suez, en los cincuenta.
La CIA, el MI5 y el MI6, el espionaje en general, siempre han formado parte de la cultura estadounidense y de la brit¨¢nica. A veces como propaganda, a veces como cr¨ªtica, la Guerra Fr¨ªa es un escenario demasiado bueno como para que lo ignore la ficci¨®n. En 2012, por ejemplo, coincidieron en todos lospremioscinematogr¨¢ficosLa noche m¨¢s oscura, sobre el asesinato deBinLaden, yArgo, sobre el rescate de rehenes estadounidenses en Teher¨¢n. Norman Mailer utiliz¨® a la agencia para contar la historia del siglo XX en su novelaEl fantasma deHarlot,mientras que los hermanosCoense sirvieron de ella para re¨ªrse de la sociedad estadounidense enQuemar despu¨¦s de leer. Dos de las obras maestras de la televisi¨®n, a la altura deYo, ClaudiooRetorno aBrideshead,son series de esp¨ªas:Calderero, sastre, soldado, esp¨ªa(basada en la novela que en Espa?a se llam¨® El topo) yLa gente deSmiley,dos adaptaciones de John leCarr¨¦.
La cultura siempre regresa a las historias de esp¨ªas porque son algo m¨¢s que relatos de personas que se esconden y buscan secretos: son una enorme met¨¢fora de la realidad. Como dijo John LeCarr¨¦enuna entrevista con este diario: ¡°Creo que hay universalidad en esas organizaciones. Intento que el mundo secreto hable por el mundo que no es secreto, hace que los problemas sean m¨¢s interesantes y m¨¢s visibles para la gente. Puedo contar una historia de amor siempre que alguno de los dos sea un esp¨ªa¡±.
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