Arte y pensamiento de Mart¨ªn Chirino
La met¨¢fora del aire, la arena y el esfuerzo es la base de su pensamiento po¨¦tico
Que Mart¨ªn Chirino haya llamado Arte y Pensamiento a la fundaci¨®n que est¨¢ a un tiro de piedra de los astilleros donde se hizo su vocaci¨®n de escultor, en la costa de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, es s¨®lo consecuencia de la combinaci¨®n que marca su vida.
Cuando ten¨ªa la mitad de los a?os que ahora exhibe con gallard¨ªa, aunque se dote un bast¨®n para andar por los senderos de su casa y de su estudio, Mart¨ªn era un pensador y era un artista, un artesano de las manos y de la geometr¨ªa, un hombre cultivado en el arte de leer y de pensar y un hombre capaz de mover grandes hierros como un obrero del mar. La fundaci¨®n que abri¨® ayer, en presencia de familiares, amigos y muchas autoridades, se llama Arte y Pensamiento Mart¨ªn Chirino, y es una denominaci¨®n perfectamente atinada.
Mart¨ªn se hizo escultor en esta costa, viendo a su padre trabajar los hierros de los astilleros; ah¨ª se hizo potente y estimulante su relaci¨®n con el despliegue de emociones de que es capaz la materia; con sus amigos Manuel Padorno y Manuel Millares, que fueron no s¨®lo amigos y compadres sino acicate de la poes¨ªa y el pensamiento que marcar¨ªa en seguida su modo de ser (y de pensar), hizo el descubrimiento de la arena, en la playa de las Canteras, una de las m¨¢s bellas playas urbanas del mundo.
Entonces, esa playa, que es vecina tambi¨¦n de su fundaci¨®n, era un lugar de juego y de encuentro, un solar marinero que se situaba junto al mar como si fuera un espacio sin tiempo. ?l vio el rumor de la arena y lo dibuj¨®, y fue ese rumor incorp¨®reo el que se convirti¨® en la met¨¢fora mayor de su arte: el aire. El aire es invisible y no tiene tiempo, y cuando no se mueve es la eternidad; los ni?os o los adolescentes saben hasta qu¨¦ punto el aire, esa met¨¢fora, es un compa?ero de viaje de la imaginaci¨®n, los ni?os detienen el aire con sus manos, y los artistas detienen el tiempo creando. Las volutas, esas espirales de Mart¨ªn Chirino, nacieron de la poes¨ªa incontable de la arena, y ahora regresan a esa playa, metaf¨®ricamente, como si ¨¦l devolviera el legado de su padre y de su playa hasta este territorio que ¨¦l alberga desde hoy a mediod¨ªa en el Castillo de la Luz, donde ahora residir¨¢ su obra como si se posara.
Esa met¨¢fora del aire, la arena y el esfuerzo con el que se vence la resistencia del hierro es la base del pensamiento po¨¦tico, pict¨®rico, musical y filos¨®fico de Mart¨ªn Chirino. ?l ha contado hasta qu¨¦ punto aquellos a?os de iniciaci¨®n, en un pa¨ªs que reg¨® de sangre el escenario civil de la discordia, fueron un drama del que obtuvo la melancol¨ªa que se?ala su mirada de hombre solo; aunque estuvo siempre rodeado de amigos y de parientes (y de ausencias), siempre busc¨® en la reflexi¨®n propia, y en la lectura, la raz¨®n de ser de su escultura; no es arte en el vac¨ªo, es arte basado en el pensamiento, en su guerra con el pensamiento.
Cuando ¨¦l ya era un veterano de 45 a?os y nosotros ¨¦ramos sus disc¨ªpulos en las islas nos se?alaba el cosmopolitismo del pensamiento, el vuelo del viaje que ¨¦l mismo hab¨ªa hecho, como el punto de partida de la espiral de cada uno. En cierto sentido, ¨¦l ya estaba en el punto medio de la espiral, y en los a?os 90, a principios, cuando se puso al frente del CAAM (Centro Atl¨¢ntico de Arte Moderno, en Las Palmas), fue cuando inici¨® su regreso al origen mismo de su espiral; fue la consecuencia de su pensamiento: lo cosmopolita es el aire, dir¨ªamos parafraseando a Jorge Guill¨¦n, as¨ª que cuando has visto mucha ciudad y mucha tierra conviene que te reencuentres con el origen.
Ahora el arte y el pensamiento de Mart¨ªn Chirino vuelven al origen. Es muy emocionante ver lo que ha hecho a lo largo del tiempo, hasta qu¨¦ punto es crucial para la escultura su presencia en la tierra y en la biograf¨ªa del gran arte que ha dado y da este pa¨ªs, porque es consecuencia de una gallard¨ªa enorme para hacer que la est¨¦tica (el aire) pese sobre el suelo, como esas biograf¨ªas dif¨ªciles de las que hablaba el poeta ?ngel Gonz¨¢lez; y eso que pesa sobre el suelo a la vez se eleva, abraza su pasado y su presente; cuando esta ma?ana ve¨ªa a Mart¨ªn Chirino, sentado entre las autoridades y junto al p¨²blico de amigos y otros invitados, viendo c¨®mo se alzaba el Castillo de la Luz conteniendo en su interior la luz propia que ¨¦l ha alumbrado, escuch¨¦ en mi memoria lo que ¨¦l dec¨ªa de su padre y del ruido de los martillos, y lo vi de nuevo, en la misma secuencia de recuerdos, con el soplete y el fuego, modelando sus esculturas, como un monje que clava en el yunque la mirada de lo que aprendi¨® escuchando el ruido indecible de la forja.
En esa atm¨®sfera de honda evocaci¨®n de su pensamiento y su arte, tan conmovedores, me dio rabia que el alcalde de Las Palmas cometiera la indiscreci¨®n pol¨ªtica de convertir su parlamento en una disertaci¨®n mezquina sobre la ausencia de uno de sus rivales, el presidente de Canarias, del lugar en el que se celebraba la inauguraci¨®n de tanta belleza. El presidente de Canarias no fue, supimos, por qu¨¦ no le dejaban intervenir en la ceremonia, en la que hablar¨ªan el citado alcalde y autoridades ministeriales, adem¨¢s del propio Chirino.
Al alcalde le falt¨® all¨ª arte y pensamiento y le sobr¨® el oportunismo pobre que degrada a la pol¨ªtica; all¨ª se dijo que aprovech¨® la ocasi¨®n para quitarle belleza al acontecimiento. Pues eso fue lo que hizo, y es de lamentarlo porque disoci¨® el aire impecable de la contribuci¨®n de Mart¨ªn Chirino al aire de la ciudad y de las islas con una torpeza que el arte no se merece.
Babelia
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