Muere Matilde Conesa, la voz de la Bruja Aver¨ªa o Angela Channing
La actriz recibi¨® tres premios Ondas e hizo hablar en castellano a Bette Davis, Lauren Bacall o Anne Bancroft
Cuando la radio era una f¨¢brica de dram¨¢ticos, cuando se levantaba el tel¨®n de los Teatros del Aire o sonaba la radionovela de la tarde, la voz que transmit¨ªa el coraje, la pena, la determinaci¨®n o el amor de aquellas mujeres, hero¨ªnas o sufridas, valientes o sometidas, era la de Matilde Conesa, fallecida? el pasado domingo en? Madrid.
Cuentan los m¨¢s veteranos que en la Gran V¨ªa n¨²mero 32 siempre hab¨ªa gente esperando para ver salir a los actores de la SER, aut¨¦nticas estrellas de los a?os cincuenta y sesenta. All¨ª se form¨® Matilde, nacida en 1928,? que proced¨ªa del teatro universitario y que hab¨ªa estudiado declamaci¨®n en el Real Conservatorio. Un d¨ªa acudi¨® a las pruebas para la compa?¨ªa de actores de Radio Madrid. No pareci¨® gustarle c¨®mo hab¨ªa estado y se sali¨® al pasillo. Alguien la invit¨® a regresar: ¡°Lo mejor que hemos o¨ªdo hoy ha sido tu risa¡±.
Ten¨ªa 19 a?os cuando ingres¨® en Radio Madrid y enseguida se convirti¨® en la favorita de Guillermo Sautier Casaseca, el m¨¢s popular de los guionistas de seriales. Era la ¨¦poca de Lo que nunca muere, El derecho de los hijos y otros grandes culebrones radiof¨®nicos, pero tambi¨¦n la de las producciones m¨¢s ambiciosas, a las que la SER se entregaba con todos sus medios y el talento de sus actores, guionistas y t¨¦cnicos. Matilde Conesa recordaba siempre Los episodios nacionales y Fortunata y Jacinta, dos legendarias adaptaciones de Antonio Calder¨®n. En ambas brill¨® ella, siempre haciendo pareja con Pedro Pablo Ayuso. La popularidad de la pareja era tan grande que la SER decidi¨® explotarla creando un serial para todos los p¨²blicos que plasmara la vida cotidiana de una familia normal. Se encarg¨® el guion a Eduardo V¨¢zquez y fue un bombazo: Matilde, Perico y Periqu¨ªn ha quedado en el imaginario colectivo de todos los espa?oles mayores de 50 a?os.
De la radio, Matilde Conesa salt¨® limpiamente al doblaje. Su primera prueba fue tan definitiva que enseguida puso voz a Silvana Mangano en Arroz amargo. Y desde entonces, la sala oscura de los estudios de grabaci¨®n fue tan familiar para ella como los pasillos de la radio. Es curioso, pero su timbre fue innovador ¡ªm¨¢s grave, m¨¢s modulado¡ª, quiz¨¢ por eso fue la voz en espa?ol de Bette Davis, Lauren Bacall, Anne Bancroft, mujeres de fuste como ella, que siempre fue una orgullosa diva del micr¨®fono.
Y s¨ª, es de ley recordarlo: los m¨¢s j¨®venes tambi¨¦n tienen en la memoria la voz de Matilde Conesa porque fue la cascarrabias bruja Aver¨ªa de La bola de cristal, la dulce Lisa de David el gnomo, o la Angela Channing de Falcon Crest. No hubo un papel, modesto o deslumbrante, en el que ella no aportara todos los registros de su voz privilegiada.
Dicen que la memoria pierde antes las voces que las im¨¢genes, que apenas podemos recordar el timbre de voz de los que se han ido. Matilde Conesa, sin embargo, estar¨¢ siempre en nuestra fonoteca para demostrarnos qu¨¦ inmenso poder evocador tiene el bell¨ªsimo instrumento que llevaba en la garganta.
?ngeles Afuera es jefa de Documentaci¨®n de la Cadena SER.
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