?Se acab¨® lo que se daba?
S¨ª y no, ya veremos. Un juzgado de Madrid ha decidido bloquear la web de descargas The Pirate Bay quiz¨¢ la m¨¢s popular a trav¨¦s de su gama Torrent. La movida es importante porque se calcula que s¨®lo en Espa?a se produjeron el a?o pasado cerca de 5 millones de descargas ilegales de pel¨ªculas o de series. Por otro lado, en junio de 2014 detuvieron en Suecia a uno de sus fundadores, Peter Sunde, condenado por ello a varios meses de c¨¢rcel y a pagar unos 7 millones de d¨®lares, sentencia que a¨²n no se ha hecho efectiva. Pero la guerra no ha terminado con esto, a¨²n contin¨²a, va a ser larga y la victoria est¨¢ por determinar. Por ejemplo, se han publicado estos d¨ªas, incluso en algunos peri¨®dicos y no solo en las redes, propuestas de alternativas con direcciones de otros servidores que permiten continuar con las descargas en Espa?a. Y aunque se ha protestado por ello, en Internet casi nada desaparece, y dicha informaci¨®n sigue constando para los interesados.
Se dice que multitud de j¨®venes descargan pel¨ªculas s¨®lo por el placer de descargarlas, ya que es imposible que tengan tiempo para verlas todas. Pero otros, sean j¨®venes o no, s¨®lo disponen de ese sistema para estar informados de lo que se cuece d¨ªa a d¨ªa en el cine. Hay miles de ciudades donde ya no existen salas y los portales legales (Filmin, Nubeox, Wuaki.tv, Cineclick o Filmotech, entre otros) no suelen ofrecer las pel¨ªculas de reciente estreno a pesar de que su oferta sea abundante. ?Qu¨¦ hace, pues, un ciudadano legal para ver las pel¨ªculas del momento? Hace cuatro a?os, el entonces presidente de la Academia, Alex de la Iglesia, alert¨® sobre este problema: ¡°Los internautas son nuestro p¨²blico. Nada de lo que val¨ªa antes vale ya, las reglas del juego han cambiado: Internet no es el futuro como algunos creen, es el presente¡±, para proclamar luego con entusiasmo: ¡°No tenemos miedo a Internet, es precisamente la salvaci¨®n de nuestro cine. Tenemos que implantar un nuevo sistema de mercado que tenga en cuenta a todos los implicados: se necesita un cambio para entender la nueva manera de entender el negocio del cine¡±. Fue muy aplaudido, incluso por sus detractores, y hasta por la entonces ministra de Cultura, Gonz¨¢lez-Sinde, que no estaba de acuerdo con su tesis. Pero la cuesti¨®n sigue en pie, viva y coleando, sin que m¨¢s all¨¢ del cierre de p¨¢ginas y portales haya habido, que se sepa, algo realmente nuevo en el horizonte. De momento, adi¨®s Torrent¡ o no.
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