Demasiado buen gusto
La Fundaci¨®n Mapfre de Madrid acoge en estos d¨ªas la exposici¨®n El canto del cisne: pinturas acad¨¦micas del Sal¨®n de Par¨ªs, muestra de lo que en la segunda mitad del siglo XIX se consideraba equilibrado, correcto y de buen gusto, donde los grandes temas y la recuperaci¨®n de personajes m¨ªticos conviv¨ªan con los dramas ¨ªntimos inmersos en tragedias colectivas. Todo muy pomposo pero superficial, cortado por un mismo patr¨®n formal, en apariencia bien compuesto aunque sin riesgo en un tiempo en el que los impresionistas no cab¨ªan en el Sal¨®n. Esencias que concuerdan a la perfecci¨®n con cierto cine producido por los hermanos Weinstein, al que quiz¨¢ dentro de siglo y medio alguna instituci¨®n dedique un ciclo semejante y respecto del cual, como en el programa de la muestra de pintura, habr¨¢ que abundar en que fue denostado por la historiograf¨ªa. De momento, valga esta cr¨ªtica de La dama de oro, de Simon Curtis, director de Mi semana con Marilyn.
LA DAMA DE ORO
Direcci¨®n: Simon Curtis. Int¨¦rpretes: Ryan Reynolds, Helen Mirren, Katie Holmes, Daniel Br¨¹hl, Tatiana Maslany.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2015.
Duraci¨®n: 109 minutos.
Basada en una historia real, centrada en el cuadro de Gustav Klimt Retrato de Adele Bloch-Bauer, y narrada a trav¨¦s de tres tiempos (la pintura del cuadro, la invasi¨®n nazi de Austria, y un presente, el a?o 1998, donde se litigia por la obra), La dama de oro acude a la pintura como mcguffin, como lujosa excusa para hablar de nostalgia, ra¨ªces, justicia, tolerancia y redenci¨®n. Todo ello con un guion tramposo en el que se introduce el t¨ªpico personaje que todo lo sabe y todo lo explica (?un periodista!), perfecto para no complicarse una narraci¨®n en la que, sello de estilo, se pasa por encima de los temas problem¨¢ticos. Aqu¨ª, el primero de ellos, el dinero.
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