Rafael S¨¢nchez Ferlosio: ¡°La profundidad es un invento¡±
El premio Cervantes de 2004 re¨²ne sus pecios en 'Campo de retamas', un volumen que abre la revisi¨®n de toda su obra narrativa y ensay¨ªstica
Tengo muchas limitaciones porque tengo muchos a?os, 87 ya; por lo tanto, soy muy antip¨¢tico, pero buena persona¡±. M¨¢s t¨ªmido que hura?o, Rafael S¨¢nchez Ferlosio (Roma, 1927) se excusa con humor ante el fot¨®grafo tras pedirle que no use flash y antes de lanzarle una sugerencia: ¡°Fotograf¨ªe las cosas de mi nieta, mejor que a un viejo como yo¡±. La nieta tiene 10 a?os y est¨¢ tan presente en la casa del escritor ¡ªaqu¨ª un shopping center de juguete, all¨¢ unos tambores¡ª como en su conversaci¨®n, que puede arrancar en la batalla de Salamina, pasar por el David de Miguel ?ngel y terminar en la pel¨ªcula La invenci¨®n de Hugo, de Martin Scorsese ¡ª¡°tiene un relieve precioso¡±¡ª, o en un documental ¡ª¡°malo¡±¡ª de Michael Moore. Dice que la poes¨ªa no le ¡°entra¡±, pero recita de corrido versos de Machado o Rub¨¦n Dar¨ªo. Tambi¨¦n dice que no tiene o¨ªdo, pero entona canciones de la guerra cuando recuerda alguna visita a su padre, el escritor y fundador de la Falange Rafael S¨¢nchez Mazas.
Galardonado en 2004 con el Premio Cervantes, Ferlosio publica ahora Campo de retamas, la recopilaci¨®n de sus notas y aforismos, a los que llama pecios. Con ese t¨ªtulo se abre la reedici¨®n revisada de toda su obra narrativa y ensay¨ªstica. La primera ya no le interesa pese a que El Jarama, una novela que dice aborrecer, lo consagr¨® como escritor con el Premio Nadal de 1956. La segunda, tejida a veces con largas sucesiones de frases subordinadas que buscan controlar cada argumento ¡ªla famosa hipotaxis ferlosiana¡ª, incluye reflexiones sobre la guerra, el progreso, el patriotismo y, sobre todo, el lenguaje. Es fama que pas¨® 15 a?os estudiando gram¨¢tica por su cuenta ayudado con una particular dieta de anfetaminas. Antes hab¨ªa intentado el ingreso en Arquitectura y cursado alg¨²n a?o de Lenguas Sem¨ªticas. No pas¨® de ah¨ª. ¡°No ten¨ªa yo vocaci¨®n para hacer unos estudios¡±, explica. Nadie lo dir¨ªa.
PREGUNTA. Varios de sus pecios se dedican a analizar qu¨¦ hay bajo ciertas formas estereotipadas de la lengua. ?Qu¨¦ hay?
RESPUESTA. F¨®rmulas como ¡°merecido descanso¡±, ¡°sana alegr¨ªa¡± y ¡°honesto esparcimiento¡± son huellas, el cuajo de la ideolog¨ªa. Esas tres son las que van m¨¢s veces juntas, con alguna variante. Tambi¨¦n la apolog¨ªa del deporte tiene unos t¨®picos: ¡°Af¨¢n de superaci¨®n¡±, ¡°aspiraci¨®n a la excelencia¡± y ¡°esp¨ªritu de sacrificio¡±. Al deportista lo consideran muy generoso porque se sacrifica. No hay m¨¢s que ver una fotograf¨ªa de Nadal del otro d¨ªa que tengo para recortar. [Se levanta y vuelve con una bolsa llena de peri¨®dicos. Abre un Abc y ense?a al tenista Rafael Nadal celebrando una victoria con el pu?o crispado]. Llaman af¨¢n de superaci¨®n a lo que es autoafirmaci¨®n. Confunden felicidad y satisfacci¨®n. El de la victoria es un momento completamente serio porque no hay felicidad, hay autoafirmaci¨®n.
P.??Un t¨®pico siempre supone una ideolog¨ªa?
R.?Un t¨®pico verbal se refiere a una mentalidad. La alegr¨ªa no puede ir sola y tiene que ser sana. Hay un sustrato moral. Esas tres est¨¢n elaboradas para los pobres por la clase ociosa, como la llamaba Veblen. Son un programa pedag¨®gico para los infelices.
P.??Valoramos m¨¢s lo que se consigue sufriendo?
R.?Yo comparo al patinador competitivo con el que no compite y lo ¨²nico que hace es superar la gravedad. Hace falta entrenarse un poco, pero ya est¨¢. El que patina sin competir patina libre, ligero, feliz, donde quiere. El que compite se est¨¢ sacrificando por el yo, una cosa horrible.
"Ahora el deporte es casi el ¨²nico contenido del patriotismo. Como la guerra, participa del vicio occidental por excelencia: la competici¨®n"
P.??El deporte puede llegar a ser la guerra por otros medios?
R.?Las dos cosas participan del vicio occidental por excelencia, que es el vicio ag¨®nico, el ag¨®n, la competici¨®n. Ahora el deporte es casi el ¨²nico contenido del patriotismo porque del patriotismo no queda nada. Hasta guerras ha habido en Hispanoam¨¦rica por el f¨²tbol. O han matado a jugadores que perdieron. Ahora todo es ganar y perder. Por eso hablo del patinador no competitivo.
P.??Usted patinaba?
R.?S¨ª, cuando ten¨ªa 15 o 16 a?os, en un skate que hab¨ªa en el Retiro al lado del quiosco de la m¨²sica. Tambi¨¦n patinaba en la azotea del chalet que ten¨ªamos en El Viso, pero no me lo permit¨ªan mucho porque met¨ªa un ruido¡ Cuando no estaban mis padres en casa, bien, pero si estaban no pod¨ªa. Se ve que patinaba bastante bien. Uno que hac¨ªa hockey sobre patines me dijo que me entrenara con el equipo, pero no fui.
P.?La guerra es uno de los temas sobre los que m¨¢s ha escrito. Y las armas. Ha dicho que el que tiene un martillo ve clavos por todas partes. ?Tener un arsenal implica usarlo?
R.?Lo del martillo lo tom¨¦ de Huntington. Las armas no son instrumentos, son productoras de guerra. Si un pueblo tiene unas reivindicaciones y no tiene armas, no se le ocurre llevarlas a cabo o ni siquiera se le ocurren las reivindicaciones, esa cosa inventada despu¨¦s de la guerra. Cuando se tienen es cuando se inventan los precedentes territoriales, hist¨®ricos o ¨¦tnicos. Las armas incitan a la ambici¨®n de poder y la pasi¨®n por la lucha, el ag¨®n.
P.?En un pecio ironiza con los pacifistas que dicen que con la guerra no se arregla nada.
R.?Ni aunque se arreglase mucho, claro.
P.?No se considera pacifista.
R.?Pacifista lo soy como pueda serlo, por ejemplo, todo aquel que deplora la reelecci¨®n de Netanyahu, pero no es una actividad porque no hay actividad posible, es como una cat¨¢strofe natural.
P.?Campo de retamas se abre pidiendo al lector que desconf¨ªe de un autor de pecios. ?No hay en esa advertencia algo de coqueter¨ªa?
R.?No, porque lleva dos glosas contra la profundidad.
P.??Qu¨¦ tiene de malo la profundidad?
R.?Que es un invento para los que necesitan algo indiscutible y por eso sacralizan las palabras. Las palabras sagradas no est¨¢n ah¨ª para ser comprendidas, sino obedecidas. La profundidad tiene buena prensa gratuitamente, pero no hay nada absolutamente un¨ªvoco, eso ser¨ªa la suma tiran¨ªa. Las palabras tienen que ser profanas. Deben tener un agujero. Como dec¨ªa Machado, el ventanal del fondo que da a la mar sombr¨ªa: ¡°Mas hoy, ?ser¨¢ porque el enigma grave / me tent¨® en la desierta galer¨ªa, / y abr¨ª con una diminuta llave / el ventanal del fondo que da a la mar sombr¨ªa?¡±.
P.?Los pecios son restos de un naufragio. ?Sus pecios son restos de textos m¨¢s largos?
R.?No. Pecio es una palabra destrozada, contrahecha. Era un nombre gen¨¦rico: el pez¨ªo aparejaba el derecho de quedarse con los restos de un naufragio, con el conjunto. Pecios en plural no es una buena palabra, la bonita era la gen¨¦rica. Ya me lo reproch¨® Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo.
P.??Usted lee libros de aforismos?
R.?Apenas, pero me encuentro parecido con Karl Kraus, aunque yo no distingo temas y ¨¦l agrupa sus cosas: el teatro, la pol¨ªtica¡
"Ortega y Gasset es muy fr¨ªvolo. Ha tenido tanto ¨¦xito porque escribi¨® mucho sobre Espa?a"
P.??Sab¨ªa que en Podemos citan como autoridad un art¨ªculo suyo de 1984: ¡°La cultura, ese invento del Gobierno¡±?
R.?No lo sab¨ªa. Yo distingo entre cultura e Ilustraci¨®n porque la Ilustraci¨®n surge como contracultura. Voltaire, por ejemplo, surge como contracultura, aunque luego se le ha asimilado y metido en el canon. Yo no lo he le¨ªdo, pero a Gargant¨²a y Pantagruel tambi¨¦n se le nombra mucho como contracultura. Yo he le¨ªdo muy poco. Al lado de mis amigos¡ Soy muy asiduo, aparte de con Max Weber, con los francfortianos: Adorno, Horkheimer, Benjamin.
P.?Usted es muy cr¨ªtico con Ortega y Gasset, pero en estos pecios elogia un escrito suyo.
R.?S¨ª, un trozo de una carta a Unamuno. Le cuenta que Cervantes sufri¨® mucho, pero no guard¨® rencor a nadie. Es precioso lo que dice, acierta.
P.??Por qu¨¦ no le gusta Ortega?
R.?Porque es muy fr¨ªvolo. Era periodista y period¨ªstico. Llama a Hegel ¡°emperador del pensamiento¡±. Hegel profesaba lo que se denominaba como ¡°geograf¨ªa natural¡± y dice que Am¨¦rica es un continente joven. Ortega est¨¢ de acuerdo y recoge esa idea en un endecas¨ªlabo perfecto, pero lo m¨¢s chorra que se ha visto: ¡°Ni?a reciente, coralina y tierna, / Am¨¦rica¡¡±.
P.??Por qu¨¦ ha tenido tanto ¨¦xito?
R.?Porque escribi¨® mucho sobre Espa?a. Unamuno dec¨ªa que si se hac¨ªa al ej¨¦rcito especialista en Espa?a, los espa?oles dejar¨ªan de ser patriotas como hab¨ªan dejado de ser cat¨®licos por la Inquisici¨®n. Ortega, en cambio, lamenta que el ej¨¦rcito no responda a su ¡°leg¨ªtimo ser¡±.
P.??Sigue leyendo varios peri¨®dicos al d¨ªa?
R.?El Abc y EL PA?S. A veces La Repubblica, el Corriere della Sera y Le Monde, pero ya no dedico tanto tiempo a la prensa.
P.??Lee otras cosas?
R.?S¨ª. Hasta hace unos 15 a?os le¨ªa novelas policiacas en la cama, para conciliar el sue?o. Ahora estaba leyendo viajes de ge¨®grafos, de todo lo que hicieron los ingleses del siglo XIX. Muy bonito. He estado mucho tiempo con la historia de la Segunda Guerra Mundial de Liddell Hart porque me gustan los libros con mapas. No son todo lo detallados que uno quisiera, pero me gustan. Tardas porque te paras.
"La frase larga tiene el riesgo del anacoluto y de quedarte sin respiraci¨®n. Con la hipotaxis me he pasado mucho. Se coge el vicio y es un preciosismo"
P.??Y novelas?
R.?Cosas antiguas. Un libro al que recurro cada dos o tres a?os es de 1252, el Calila e Dimna; algunos se lo atribuyen a Alfonso X el Sabio, pero no se sabe si es de ¨¦l o de Toledo. Hablan de la Escuela de Traductores de Toledo, pero hubo muchas traducciones, no una escuela como algo formalizado o burocratizado.
P.??Lee poes¨ªa?
R.?No, no me entra, no me ha entrado nunca, al igual que la m¨ªstica.
P.?Pero ha escrito poemas. Se han publicado con los pecios.
R.?Poca cosa. El de san Juan es teodicea inspirada en Adorno.
P.?Campo de retamas se abre con uno de su hija.
R.?Siempre me ha gustado mucho. Era ya adulta cuando lo escribi¨®, tendr¨ªa 20 a?os. Parece de var¨®n m¨¢s que de muchacha. Las mujeres suelen ser m¨¢s ¨ªntimas, o intimistas.
P.??Sigue usted escribiendo?
R.?S¨ª, pero ahora mucho menos. He escrito mucho m¨¢s de lo que he publicado. Tengo un mont¨®n de cuadernos.
P.??Sabe d¨®nde tiene cada cosa?
R.?A veces no. Ni s¨¦ que existen. Tengo muchos cuadernos y libretas. Estas las llevaba en el bolsillo. Escrib¨ªa en los techos de los coches porque iba de paseo e iba anotando.
"El Alfanhu¨ª me lo sac¨® adelante Cela. Luego fui ingrato con ¨¦l, pero es que publicaba cosas improvisadas"
P.??Corrige mucho?
R.?No mucho. El Alfanhu¨ª est¨¢ casi sin corregir. Tengo los cuadernos por ah¨ª y est¨¢ casi igual.
P.??Y en los ensayos? Porque sus largu¨ªsimas frases, la hipotaxis, tienen el riesgo del anacoluto.
R.?El riesgo del anacoluto y el de quedarte sin respiraci¨®n. Yo ahora digo que la frase tiene que ser respiratoria, tiene que poderla decir uno bien con comas y puntos y comas con el mismo aliento, sin tener que renovar el aire y sin tener que decir ¡°ven¨ªa diciendo¡±. Eso es un desastre, el fracaso de la hipotaxis. Con la hipotaxis me he pasado mucho. Se coge el vicio y es un preciosismo.
P.?Uno pensar¨ªa que los pecios, por su brevedad, van por un lado y la hipotaxis por otro, pero en los pecios largos tambi¨¦n la usa.
R.?Hipotaxis hay mucha en el libro de Am¨¦rica: Esas Yndias equivocadas y malditas. ?Madre m¨ªa!
P.?Ahora que van a publicar toda su obra de nuevo, ?lo va a retocar?
R.?Yo no retoco nada. Que vayan con Dios los libros. ?se es muy pesado aunque tiene al final la discusi¨®n de los de Alonso de Cartagena, una discusi¨®n medio jur¨ªdica. Era un caso muy importante el de ese jud¨ªo converso que termina de obispo de Burgos, entonces la ciudad m¨¢s cosmopolita de Espa?a, la primera en tener un gran comercio exterior. Por eso prosper¨® la flota cant¨¢brica. Todos los puertos del norte enlazaban con la Hansa. Varias ciudades espa?olas, entre las cuales Burgos por supuesto, ten¨ªan consulado en el B¨¢ltico. Por eso Burgos es muy orgulloso. Es el primero que le ha hecho tragarse algo a este Gobierno en aquellas revueltas del Bulevar.
P.??Cree que hay relaci¨®n entre el orgullo del pasado y la rebeld¨ªa de ahora?
R.?Pues yo creo que s¨ª. Hay que ver la catedral, que, dicho sea entre nosotros, es horrorosa. Es una de las m¨¢s dispendiosas que pueda haber. Enorme y de g¨®tico bastante puro. A m¨ª no me gusta el g¨®tico, salvo la catedral de Le¨®n, pero la de Burgos tiene fama. Est¨¢ llena de agujas y pin¨¢culos.
P.?Algunas capillas son tan grandes como iglesias enteras.
R.?Del interior no me acuerdo. He estado pocas veces en Burgos. Una de ellas al terminar la guerra, mientras estaba all¨ª el Gobierno. Estaba all¨ª mi padre, en el mismo hotel, el hotel Condestable.
"El Jarama es una invenci¨®n de Castellet, que lo puso por las nubes. Llamaba a eso objetivismo"
P.??A su padre le gustaba que escribiera?
R.?Mucho. Cuando escrib¨ª el Alfanhu¨ª les le¨ªa cada cap¨ªtulo a mi madre y a mi padre. Estaban content¨ªsimos. El Alfanhu¨ª me lo sac¨® adelante Cela. ?l acababa de publicar La familia de Pascual Duarte ¡ªyo ya la hab¨ªa le¨ªdo¡ª y ten¨ªa un prestigio enorme. Fue el que escribi¨® la primera cr¨ªtica sobre el Alfanhu¨ª y lo lanz¨®. Luego he sido ingrato con Cela, pero es que era un abus¨®n. Escrib¨ªa en el Abc unas cosas brev¨ªsimas que no trabajaba nada, improvisadas, con la mayor groser¨ªa y facilidad que puede haber.
P.??Ha vuelto a releer sus novelas ahora que se reeditan revisadas?
R.?No, eso lo hace el editor. Las narraciones no me interesan. Hay dos que me gustan y una que aborrezco. Conservo cierta simpat¨ªa por el Alfanhu¨ª y por El testimonio de Yarfoz. El Jarama es una invenci¨®n de Castellet.
P.??De Castellet?
R.?S¨ª, porque lo puso por las nubes. Llamaba a eso objetivismo. Me correg¨ªa frases como ¡°el vidrio vanidoso de la botella de an¨ªs¡± porque dec¨ªa que no era objetivismo decir que el vidrio era vanidoso. ¡°El vidrio vanidoso de las blancas botellas de cazalla y an¨ªs¡±. Me sal¨ªan alejandrinos y endecas¨ªlabos. Sobre todo endecas¨ªlabos, por la anfetamina.
P.??Qu¨¦ le gusta de las otras novelas?
R.?De El testimonio¡ me encanta la historia de los babuinos mendicantes. Me encanta, qu¨¦ le voy a hacer, yo tambi¨¦n soy de vidrio vanidoso. Del Alfanhu¨ª, esas cosas de la abuela que incuba huevos en el regazo y del viejo mendigo con su flauta de silencio, y al que le crecen flores en la barba en primavera y se le nieva en invierno.
P.?Alguna vez ha dicho que quiso huir del ¡°papel¨®n de literato¡±. ?Por qu¨¦?
R.?Porque cuando sali¨® El Jarama me hicieron un homenaje en el caf¨¦ Varela. No pude decir palabra. En aquella cena sufr¨ª much¨ªsimo. Madre, qu¨¦ verg¨¹enza pas¨¦. Espantosa.
Campo de retamas. Pecios reunidos.?Rafael S¨¢nchez Ferlosio. Literatura Random House. Barcelona, 2015. 224 p¨¢ginas. 19,50 euros (digital, 9,99).
Trece pecios
Por Rafael S¨¢nchez Ferlosio
1. (Jubilaci¨®n) Lo malo de los viejos es que ya no cambiamos de opini¨®n. Por eso hay que prestar mucha atenci¨®n a con qu¨¦ pensamientos se jubila uno a los setenta y cinco a?os, porque ¨¦sa va a ser su renta hasta el fin de sus d¨ªas.
2. El intelecto agente convirti¨® el horror en una palabra sabia para la que no hay diferencia entre ¨¦tica y est¨¦tica.
3. (En la almoneda) Esto que llamamos Espa?a no tiene posible definici¨®n ni descripci¨®n. Es, como dec¨ªa categ¨®ricamente don Jacinto, una pieza de museo.
4. (La partitocracia unanimitaria) Tan cierto es que la uni¨®n hace la fuerza, que hace precisamente s¨®lo eso: la fuerza, sacrific¨¢ndole todo lo dem¨¢s: lo sentidos, el entendimiento, la palabra, el albedr¨ªo.
5. Los que somos llorones sabemos mucho de la extraordinaria superficialidad de las emociones.
6. (Honda raigambre) ?De verdad que tiene usted ra¨ªces? ?Y qu¨¦ se siente? ?No es desagradable?
7. (De una revista femenina: "La tiran¨ªa del aspecto") "?Hay que maquillarse para triunfar?" Creo que la tiran¨ªa es m¨¢s bien tener que triunfar.
8. (El progreso) Los adelantos pueden conseguir tristezas nunca antes conocidas; ya alg¨²n pintor franc¨¦s del siglo XIX nos mostr¨® c¨®mo la luz de una bombilla puede llegar a ser infinitamente m¨¢s triste que la de un candil.
9. (Las palabras rejuvenecen) Est¨¢ claro que han renovado la palabra "tolerancia" s¨®lo para poder darse el siempre sabroso gusto de decir "tolerancia cero".
10. (El astro de la vida) Pero hasta el topo, cuando se va muriendo, sube de su guarida soterra?a, para sentir el sol sobre sus ojos ciegos.
11. El fascismo consiste sobre todo en no limitarse a hacer pol¨ªtica y pretender hacer historia.
12. (Ya no) ?Que d¨®nde se ha ocultado la esperanza? En la etimolog¨ªa de "desesperaci¨®n".
13. (?ltima hora) Los hombres matan, la poli abate.
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