Cruzada para salvar la curiosidad
Alberto Manguel reflexiona en su nuevo libro sobre "el motor de nuestra existencia"
La curiosidad, ¡°motor de nuestras vidas¡±, ha entrado en el ocaso. Pocos libros ofrecen tantas lecturas, a partir de su estructura, como el nuevo de Alberto Manguel: Una historia natural de la curiosidad (Alianza). Es un homenaje y objeto de 17 cap¨ªtulos-preguntas con seis lecturas paralelas: 1, un asomo al mundo de Dante; 2, relatos de iniciaci¨®n a la curiosidad en Manguel que abren cada cap¨ªtulo; 3, citas de autores que sirven de ep¨ªgrafe; 4, ensayos amenos y eruditos sobre las 17 preguntas-temas planteadas; 5, im¨¢genes que complementan lo escrito; y 6, la que hace el lector sobre s¨ª mismo al querer descubrir c¨®mo ha sido su vida y concepci¨®n del mundo a trav¨¦s de esos 17 interrogantes.
Ecos de felicidad ahogados por ¡°un sistema que margina la imaginaci¨®n, las preguntas, la b¨²squeda de ser distinto y la educaci¨®n de las humanidades. Que da la espalda a la esencia de un verdadero ser humano en aras de la tecnificaci¨®n, la productividad y el consumismo¡±, se lamenta el escritor. Luego dibuja el ocaso: ¡°Si haces una caja cuadrada, debes crear elementos con ¨¢ngulos rectos para que entren en ella¡±.
Alberto Manguel, n¨®mada del mundo ¡ªNaci¨® en Buenos Aires en 1948, y entre la labor diplom¨¢tica de su padre y sus posteriores inquietudes ha vivido en Israel, Italia, Inglaterra, Tahit¨ª, Canad¨¢ y Mondion (Francia)¡ª y viajero feliz del universo del libro se adentra en Una historia natural de la curiosidad contestando nueve preguntas con sendos interrogantes cl¨¢sicos que sirven para curiosear en su propia vida e invitar a quien lo lee ahora a hacer lo mismo para revivir la curiosidad.
1. ?Por qu¨¦ un libro sobre la curiosidad en el comienzo del siglo XXI?
¡°Hay ciertas interrogaciones que nos hacemos en diferentes momentos de nuestra vida. De ni?os la primera pregunta es ?por qu¨¦? ?Por qu¨¦ lo que veo en el espejo soy yo?, ?por qu¨¦ no me dejan hacer ciertas cosas? Despu¨¦s las preguntas cambian, y cuando llegas a la vejez vuelven las de la ni?ez. Pero con el sentimiento de no querer encontrar una respuesta, sino demorarse en el placer de la pregunta¡±.
?2. ?Qu¨¦ significa Dante y su Divina comedia aqu¨ª?
¡°Desde ni?o he intuido que la experiencia del mundo estaba en la imaginaci¨®n de la literatura. Hay personajes que me han acompa?ado como verdaderos amigos. Tengo una relaci¨®n ¨ªntima con Alicia, Pinocho, Caperucita, el Rey Lear, Alonso Quijano¡ Cuando descubr¨ª a Dante, hace diez a?os, descubr¨ª a un personaje esencial en mi vida. Cada experiencia sobre la que quiero reflexionar est¨¢ en ¨¦l. Cada ma?ana, antes del desayuno, leo uno de sus cantos¡±.
3. ?Cu¨¢ndo entraron en su vida S¨®crates y los dem¨¢s fil¨®sofos y autores a despertarle las preguntas?
¡°La mayor parte de mi experiencia intelectual sucede durante mis estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Ten¨ªamos profesores especializados en temas: en bot¨¢nica, o en las visiones jesu¨ªticas en la historia de Am¨¦rica Latina o en La celestina. Todo el a?o ve¨ªamos solo eso y as¨ª se ampliaba el tema con sus conexiones o influencias. A trav¨¦s de esos profesores llegamos a los fil¨®sofos. Fue el ejemplo m¨¢s concreto de alentar la inteligencia en personas de 12, 13 o 14 a?os. Nada est¨¢ fuera del alcance de los j¨®venes, lo que falta es vocabulario y eso se puede conseguir. Hoy tenemos miedo a lo dif¨ªcil y olvidamos que esas situaciones han dado varios de los momentos m¨¢s valiosos¡±.
4. ?D¨®nde podemos encontrar el mejor aliado para la curiosidad y la imaginaci¨®n?
¡°En personajes an¨®nimos, en ciertos bibliotecarios, profesores o libreros que creen en la inteligencia de los j¨®venes. Esa lucha se hace cada vez m¨¢s dif¨ªcil porque la sociedad solo quiere consumir. Tambi¨¦n hay obras maestras como la pel¨ªcula Timbuktu, de Abderrahmane Sissako, cuyo guion le hubiese deslumbrado a Borges. Es el triunfo de la imaginaci¨®n sin f¨®rmulas de Hollywood, sobre el extremismo religioso¡±.
5. ?Para qu¨¦ la sociedad y el poder arrinconan la curiosidad?
¡°Si haces una caja cuadrada, debes crear elementos con ¨¢ngulos rectos para que entren en ella. Si crean una sociedad de consumo deben crear consumidores, si no, no funciona. El sistema tiene que impedir que te hagas preguntas esenciales porque si te las haces no hay m¨¢s consumo. Por eso la sociedad no alienta la reflexi¨®n. Es un sistema depredador que busca el beneficio en una estructura productiva¡±.
6. ?C¨®mo podemos avanzar en la curiosidad sobre nosotros mismos?
¡°Es la pregunta que empezamos haci¨¦ndonos cuando nos damos cuenta de ni?os que nosotros lo que llamamos nosotros es algo distinto del mundo exterior, y surge la pregunta ?qui¨¦n soy yo? Se puede empezar a responder atribuyendo caracter¨ªsticas y valores a ese yo, pero sobre todo haciendo preguntas acerca de la identidad de los otros porque nos definimos por oposici¨®n. A trav¨¦s del ojo ajeno. A medida que vamos haciendo estas preguntas sobre nuestra identidad vamos recorriendo las preguntas que el mundo se hace a prop¨®sito de nosotros. La vida es un proceso de individuaci¨®n, un proceso que no acaba nunca¡±.
7. ?De qui¨¦n o qui¨¦nes estamos hechos?
¡°Esos ojos o visiones ajenas nos definen, pero tambi¨¦n, en el caso de los lectores, a trav¨¦s de personajes literarios, de las artes. Me identifico con el Rey Lear pero en alg¨²n momento con su hija Cordelia, y hay otros que siguen perteneciendo a nuestra vida. Yo siempre he sido Alicia, pero tuve que esperar para ser un poco Dante¡±.
N¨®mada literario
Ensayo. Una historia de la lectura, Gu¨ªa de lugares imaginarios, La biblioteca de la noche, Con Borges, Diario de lecturas, Leer im¨¢genes: una historia privada del arte, Vicios solitarios, Lecturas, relecturas y otras cuestiones ¨¦ticas, En el bosque del espejo y La ciudad de las palabras: mentiras pol¨ªticas, verdades literarias.
Novela. Todos los hombres son mentirosos, El amante extremadamente puntilloso, El regreso, Stevenson bajo las palmeras y Noticias del extranjero.?
Relato. El regreso de Ulises, con ilustraciones de Max.
8. ?Qui¨¦n es Alberto Manguel?
¡°¡No s¨¦ c¨®mo contestar porque su respuesta depende de quien la haga. Si yo me pregunto qui¨¦n es Alberto Manguel contestar¨¦, seguramente, sobre la base de lo que dije en la respuesta anterior y a trav¨¦s de ciertas experiencias secretas m¨ªas. Pero si eres t¨² quien hace la pregunta, la respuesta depender¨¢ de lo que yo quiera mostrar y t¨² quieras ver. Los griegos llamaban persona a la m¨¢scara, ten¨ªan actores que ten¨ªan identidad. La m¨¢scara Alberto Manguel es muy distinta para un lector que no me conoce, y para mis hijos, mis amigos, mi familia. La m¨¢scara-persona de Alberto Manguel para quienes me conocieron muy joven es un personaje un poco aventurero, un poco engre¨ªdo. Otros ver¨¢n a alguien con aspecto de profesor. Ninguno de esos Alberto Manguel es enteramente Alberto Manguel. Pero ninguno es enteramente falso. Mi identidad es un calidoscopio que depende de quien lo haga girar¡±.
9. ?Y ahora qu¨¦?
¡°No s¨¦. Pens¨¦ que al llegar a este punto de mi vida estar¨ªa m¨¢s estable. Ahora, no por mi voluntad, emprendo otro viaje. Dejar¨¦ Francia para ir a una nueva vida en Am¨¦rica del Norte¡±.
Y all¨¢, antes de empezar el d¨ªa, escuchar¨¢ a Dante decir cosas como: ¡°Quebrant¨® el alto sue?o de mi mente / un grave trueno, y vime recobrado / como aquel que despierta bruscamente; / volvime en torno con mirar pausado / y, en pie, la mirada atenta, / quise saber a d¨®nde hab¨ªa llegado¡±.
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