Muere el premio Nobel alem¨¢n G¨¹nter Grass a los 87 a?os
Desaparece una gran figura de la literatura europea tras la Segunda Guerra Mundial
G¨¹nter Grass, quiz¨¢s el escritor m¨¢s famoso, pol¨¦mico y a la vez representativo de la segunda mitad del siglo XX alem¨¢n, muri¨® ayer por una infecci¨®n en un hospital de L¨¹beck, la ciudad del norte de Alemania donde viv¨ªa. Alcanz¨® el ¨¦xito masivo con su primera novela, El tambor de hojalata,publicada en 1959, y cuatro d¨¦cadas m¨¢s tarde logr¨® el primer Nobel de Literatura en 27 a?os para un autor alem¨¢n ¡ªantes lo hab¨ªa obtenido Heinrich B?ll¡ª por ¡°haber dibujado la cara olvidada de la historia con vivas f¨¢bulas negras¡±, seg¨²n la explicaci¨®n que dio entonces la Academia sueca. Ese mismo a?o, 1999, recibir¨ªa el Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras.
La vida de Grass est¨¢ ligada de forma inseparable a los acontecimientos que sacudieron Alemania durante el siglo XX. Nacido el 16 de octubre de 1927 en Gdansk ¡ªla entonces Ciudad Libre de Danzig y hoy territorio polaco¡ª, fue reclutado en 1944 por la unidad de ¨¦lite nazi Waffen-SS y, tras la Segunda Guerra Mundial, estudi¨® en la Academia de Arte de D¨¹sseldorf.
Im Alter von 87 Jahren ist heute morgen der Literaturnobelpreistr?ger G¨¹nter Grass in einer L¨¹becker Klinik gestorben.
— Steidl (@SteidlVerlag) April 13, 2015
El tambor de hojalata, que narra la vida del ni?o-hombre Oskar Matzerath, irrumpi¨® en la Alemania de posguerra y recibi¨® tantos elogios como cr¨ªticas de aquellos que ve¨ªan en el libro un espejo demasiado real y descarnado del surgimiento del nazismo y de la guerra. La popularidad de esta obra, por la que fue a los tribunales acusado de porn¨®grafo y blasfemo, aument¨® en 1978, cuando Volker Schl?ndorff la llev¨® al cine y gan¨® el Oscar a la mejor pel¨ªcula extranjera y la Palma de Oro en Cannes. ¡°De repente, super¨® la anticuada norma de las novelas alemanas y ofreci¨® una conexi¨®n con la narrativa moderna europea. Supuso un chorro de aire fresco¡±, resum¨ªa ayer al tel¨¦fono Roland Berbig, profesor de Literatura Alemana de la Universidad Humboldt de Berl¨ªn. ¡°Lo que, por amor, no le hab¨ªa ahorrado a mi pa¨ªs, fue le¨ªdo como si ensuciara mi propio nido¡±, respondi¨® Grass a sus cr¨ªticos en su discurso de aceptaci¨®n del Nobel.
Pese a que dej¨® de escribir novelas el a?o pasado, Grass, gran defensor del canciller socialdem¨®crata Willy Brandt, no rehuy¨® casi ning¨²n asunto espinoso hasta el final de su vida. En 2012, public¨® el poema Lo que hay que decir, en el que acusaba al Estado de Israel de poner en peligro la paz mundial por su capacidad para producir bombas at¨®micas. El Gobierno israel¨ª reaccion¨® declar¨¢ndole persona non grata y prohibi¨¦ndole la entrada al pa¨ªs. En ese poema, el escritor aseguraba que estaba escribiendo con su ¡°¨²ltima tinta¡±.
Grass, quien pese a su cercan¨ªa a Brandt y a otros l¨ªderes socialdem¨®cratas termin¨® distanci¨¢ndose del SPD, particip¨® en buena parte de los debates pol¨ªticos de las ¨²ltimas d¨¦cadas. En 1990, se mostr¨® contrario a la unificaci¨®n alemana. ¡°La espeluznante e incomparable experiencia de Auschwitz excluye la posibilidad de un solo Estado alem¨¢n¡±, dec¨ªa el autor en febrero de 1990, tan solo ocho meses antes de que la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana se disolviera. Grass abogaba entonces por una confederaci¨®n de Estados alemanes.
En 1989, firm¨® la carta que reclam¨® al entonces presidente de Estados Unidos George Bush (padre) un di¨¢logo con Nicaragua. Tambi¨¦n fue implacable cr¨ªtico con la pol¨ªtica seguida por su hijo, George W. Bush, al que consideraba una amenaza para la paz mundial por su actuaci¨®n en la guerra de Irak. Defendi¨® a Salman Rushdie cuando recibi¨® amenazas de muerte del r¨¦gimen iran¨ª por su obra Versos sat¨¢nicos. Critic¨® con dureza en 1997 el suministro alem¨¢n de armamento a Turqu¨ªa y la denegaci¨®n de asilo al pueblo kurdo. Mantuvo una larga y fruct¨ªfera enemistad con Marcel Reich-Ranicki, el gran cr¨ªtico literario de la Alemania de posguerra, quien muri¨® en septiembre de 2013.
Todos los g¨¦neros
- Novela. Trilog¨ªa de Danzig: El tambor de hojalata (1959), El gato y el rat¨®n (1961)y A?os de perro (1963). Anestesia local (1969). El rodaballo (1977). Encuentro en Telgte (1979). La ratesa (1986). Malos presagios (1992). Es cuento largo (1995). Mi siglo (1999). A paso de cangrejo (2002).
- Teatro. Los plebeyos ensayan la revoluci¨®n (1966). - Poes¨ªa. Del diario de un caracol (1972).
- Ensayo. Partos mentales o los alemanes se extinguen (1980).
- Memorias. Pelando la cebolla (2007). La caja de los deseos (2009). De Alemania a Alemania. Diario (1990-2009).
Grass contin¨²o opinando ¡ªy molestando a muchos con sus opiniones¡ª hasta el final de sus 87 a?os. Hace solo dos meses, se preguntaba si, de una forma u otra, no estamos ya viviendo una Tercera Guerra Mundial. ¡°En los ¨²ltimos tiempos o¨ªmos continuamente avisos para impedir una nueva cat¨¢strofe como la de la Primera o la Segunda. Me pregunto desde hace tiempo si no ha empezado ya de una forma paralela en Ucrania, Siria y otros lugares¡±, afirm¨®.
¡°Deja un legado inmenso, del que todav¨ªa queda bastante por publicar o por traducir en Espa?a¡±, asegura en una conversaci¨®n telef¨®nica Miguel S¨¢enz, su traductor y miembro de la Real Academia Espa?ola. Entre su vast¨ªsima obra, que incluye narrativa, teatro, ensayo y poes¨ªa, destacan El gato y el rat¨®n y A?os de perro, que junto con El tambor de hojalata constituyen la denominada Trilog¨ªa de Danzig; as¨ª como El rodaballo (1977), En el cuarto trasero (1982), Un vasto campo (1995), ?ltimas danzas, novela que public¨® en 2003; Mi siglo, una recopilaci¨®n de sus reflexiones sobre cada uno de los a?os del siglo XX, incluida una sobre el bombardeo nazi de Gernika en la Guerra Civil, y ensayos pol¨ªticos como Alemania: una unificaci¨®n insensata.
S¨¢enz, quien lo trat¨® en las reuniones que Grass organizaba con los traductores de sus obras a distinas lenguas, lo recuerda como un gigante de la literatura y un hombre del Renacimiento que, adem¨¢s de escribir, esculp¨ªa, pintaba acuarelas, hac¨ªa grabados... ¡°Los encuentros con los traductores, que pod¨ªan durar una semana, no solo eran muy fruct¨ªferos porque trat¨¢bamos con ¨¦l directamente sobre los problemas con los que nos encontr¨¢bamos en nuestro trabajo. Tambi¨¦n eran aut¨¦nticos festines en los que jug¨¢bamos a los bolos, ¨¦l cocinaba una sopa de pescado buen¨ªsima y en los que a ¨¦l le encantaba pas¨¢rselo bien y re¨ªrse¡±, recuerda.
El antinazi que fue miembro de las SS
La bomba estall¨® el 11 de agosto de 2006. "Por qu¨¦ rompo mi silencio", se titulaba la entrevista con G¨¹nter Grass que ese d¨ªa publicaba el gran diario conservador alem¨¢n, el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Ya se sab¨ªa que el gran escritor y premio Noble se hab¨ªa alistado en las Juventudes Hitlerianas como voluntario y que a los 17 fue llamado a filas por el Ej¨¦rcito nazi. Pero durante la presentaci¨®n de su autobiograf¨ªa Beim H?uten der Zwiebel("Pelando la cebolla"), confes¨® haber pertenecido en su juventud a las Waffen SS, las unidades militares del cuerpo de ¨¦lite del partido nazi, a las ¨®rdenes de Heinrich Himmler y particularmente activo en la perpetraci¨®n del Holocausto. A los 17 a?os, Grass sirvi¨® en Dresde en la D¨¦cima Divisi¨®n Blindada Frundsberg.
De poco sirvieron sus explicaciones de que su ingreso no fue voluntario y que no peg¨® un tiro. Grass recibi¨® fort¨ªsimas cr¨ªticas de aquellos que consideraban un hip¨®crita al escritor de izquierdas, destacado antifascista y poco menos que guardi¨¢n de la moral alemana en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Le acusaban no tanto de haber cometido un error en su adolescencia como de haber tardado 60 a?os en hablar de su pasado en una de las divisiones m¨¢s asesinas del r¨¦gimen nacionalsocialista. Su explicaci¨®n es que en todo ese tiempo no ¡°hab¨ªa sabido como decirlo¡±.
El expresidente polaco Lech Walesa pidi¨® que devolviera su condecoraci¨®n como ciudadano ilustre de Gdansk (Danzig en alem¨¢n), la ciudad polaca en la que naci¨® y en la que se desencaden¨® la II Guerra Mundial.
La entonces reci¨¦n nombrada canciller Angela Merkel tambi¨¦n critic¨® al premio Nobel de Literatura. ¡°No me extra?a que ahora le critiquen, porque ¨¦l nunca se mantuvo al margen en las discusiones p¨²blicas. Comprendo las cr¨ªticas y habr¨ªa preferido que [su pasado] se supiera desde el comienzo¡±, dec¨ªa entonces la l¨ªder democristiana y jefa de Gobierno. La misma que ayer mostr¨® su ¡°profundo respeto¡± y consternaci¨®n por la muerte de Grass, un escritor que, seg¨²n Merkel, ¡°marc¨® como pocos la historia de Alemania, desde el final de la II Guerra Mundial hasta hoy, con su compromiso personal, literario, pol¨ªtico y social¡±.
Babelia
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