Anarquistas m¨ªsticos
El temor al apocalipsis caus¨® genocidios y mesianismos, cruzadas y revoluciones. Lo explica un libro de Norman Cohn
1. Apocalipsis. Los llamados or¨¢culos sibilinos, best sellers de la ¨¦poca, anunciaban que la llegada del anticristo vendr¨ªa precedida por unas cuantas se?ales inconfundibles. Esas ¡°se?ales¡± incluir¨ªan ¡°malos gobernantes, conflicto civil, guerra, peste, sequ¨ªas, hambres, cometas, muertes repentinas de personajes importantes¡± y tambi¨¦n la invasi¨®n de hunos, mongoles o cualquier otra horda de bigotudos alfanje en ristre. Ya pillan el inquietante fallo de los or¨¢culos: en la Edad Media, todas esas ¡°se?ales¡± eran el pan de cada d¨ªa. De ah¨ª la atm¨®sfera apocal¨ªptico-genocida reinante.
2.?Mes¨ªas pandilleros.?En la Edad Media aparec¨ªan mes¨ªas a destajo: Eldeberto, E¨®n, Tanchelmo, Jacob¡ Empezaban como ¡°predicadores libres¡± hasta que mutaban a ¡°santos vivientes¡± con ¨ªnfulas de salvaci¨®n popular. Algunos de aquellos profetas ti?osos incluso hincharon curr¨ªculo suplantando a jerarcas fallecidos como Balduino IX o Federico II (hasta que los pillaron y desmembraron). Los indigentes, que a¨²n no hab¨ªan le¨ªdo a Karl Marx, sol¨ªan ponerse a las ¨®rdenes de cada nuevo fullero, pues estos bland¨ªan a menudo una carta de (ejem) ¡°la Virgen Mar¨ªa, acompa?ada por una corte de ¨¢ngeles¡±. S¨ª, a la que llov¨ªa o escaseaban los nabos, la plebs pauperum se cuadraba ante cualquier piernas barbudo con alucinaciones marianas (y cuartel general en bosque, como El adivino de Ast¨¦rix). Luego proced¨ªan a organizar una Cruzada y, para echar las tardes, mataban a todo el mundo.
3. Cruzadas. A la gente le agarraba el frenes¨ª de reconquistar lugares santos. Exist¨ªan dos tipos de cruzados: los nobles con acceso a mandoble y montura, y los desharrapados piorreicos que se apuntaban al rollo como makineros enloquecidos a un after. Estas cruzadas de pauperes, afirma Norman Cohn, ¡°estaban formadas por gente cuya falta de preparaci¨®n militar solo era igualada por su temeridad¡±. La mayor parte de las Cruzadas del Pueblo espichaba camino a Jerusal¨¦n (como la c¨¦lebre Cruzada de los Ni?os de 1212), pero los que sobreviv¨ªan se amontonaban de inmediato en un Black Block avant la lettre, achantando a los cruzados oficiales.
4. Bandas armadas de anarquistas m¨ªsticos. Como los tafures, ¡°descalzos, melenudos, vestidos con sacos, cubiertos de mugre y de llagas, comiendo ra¨ªces, hierbas y los cuerpos asados de sus enemigos¡±, una feroz banda de frikis locos embarcados en un holocausto anticapitalista a las ¨®rdenes de su propio Roi Tafur (el asceta sanguinario de turno). Hab¨ªa otros, como un The Warriors versi¨®n siglo X: los Pastoreaux (del gremio de los pastores), los Capuiati (con su propio look encapuchado, a lo Wu-Tang Clan), los Flagelantes Secretos de Turingia (empezaban flagelando, pero al poco ya estaban quemando aldeas y violando) o la Hermandad del Libre Esp¨ªritu (una ¨¦lite de superhombres amorales que, tras autodeificarse, practicaba el ¡°erotismo an¨¢rquico¡± a gog¨®).
5. Pogromos indiscriminados. Eran el hobby #1 de la ¨¦poca, equivalente medieval de estar al d¨ªa de las series de HBO. En aquel drama escatol¨®gico pillaban siempre los raros y desviados. Se sol¨ªa empezar por los infieles (¡°demonios¡± jud¨ªos y musulmanes), se continuaba con el clero (¡°la Ramera de Babilonia¡±) y luego depend¨ªa un poco de qu¨¦ poblaci¨®n o centro lit¨²rgico quedase cerca andando. Durante la peste negra de 1348 se sospech¨® que alguien hab¨ªa vertido veneno en las reservas de agua, y la jaur¨ªa procedi¨® a apiolar, en este orden, a ¡°los leprosos, los pobres, los ricos y el clero, hasta que se centraron definitivamente en los jud¨ªos¡±.
En pos del milenio. Revolucionarios milenaristas y anarquistas m¨ªsticos de la Edad Media. Norman Cohn. Traducci¨®n de Julio Monteverde. Pepitas de Calabaza. Logro?o, 2015, 560 p¨¢ginas. 28 euros.
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