Gibson: "Los documentos demuestran que no fue un asesinato callejero"

Ian Gibson, bi¨®grafo de Federico Garc¨ªa Lorca, ha destacado la importancia de los documentos porque desmontan la versi¨®n sostenida por la dictadura sobre el crimen del poeta. "El informe que piden es contundente. Demuestra que no fue un asesinato callejero, que fue sacado del Gobierno Civil para asesinarlo. Ellos mismos lo dicen", se?ala. "Lo que m¨¢s me gusta es cuando Camilo Alonso Vega le dice a Castiella que 'peor es menearlo", agrega.

El relato mecanografiado el 9 de julio de 1965 en Granada por un polic¨ªa que no se identifica no deja dudas sobre la responsabilidad pol¨ªtica del ej¨¦rcito franquista en la detenci¨®n y asesinato del poeta en 1936: "En el cuartel de Falange, instalado en la calle San Jer¨®nimo, se hallaban el jefe de bandera don Miguel Rosales Camacho cuando en ¨¦l se presentaron el diputado obrerista por la CEDA, don Ram¨®n Ruiz Alonso, don Juan Trescastro, don Federico Mart¨ªn Lagos y alg¨²n otro que no ha podido precisarse, con una orden de detenci¨®n dimanante del Gobierno Civil contra FEDERICO GARC?A LORCA, para cuyo cumplimiento requirieron al se?or Rosales Camacho al objeto de que ¨¦ste les franqueara su domicilio, al que se dirigieron en compa?¨ªa de este, quien advirti¨® al llegar al mismo que hab¨ªa sido rodeado con gran aparato por milicias y guardias de asalto que tomaron todas las bocacalles y tejados pr¨®ximos".

Para ser justos, Gibson advierte de que la primera alusi¨®n que se realiza a este informe policial se recoge en el libro Los ¨²ltimos d¨ªas de Federico Garc¨ªa Lorca, de Eduardo Molina Fajardo, publicado de forma p¨®stuma. En el texto no se reproduc¨ªan los documentos oficiales, pero se resum¨ªa su contenido. "?l ha visto ese informe, es de justicia reconocerlo", puntualiza el historiador.

Los documentos difundidos por la Cadena Ser evidencian, seg¨²n Gibson, que todo los argumentos facilitados por la dictadura eran "falsos". El r¨¦gimen nunca reconoci¨® su implicaci¨®n en el crimen del poeta, que se convirti¨® en una de sus grandes incomodidades internacionales. "Hasta la muerte de Franco, el asesinato de Lorca sigui¨® siendo un problema para el r¨¦gimen", indic¨®.