La arquitectura de Dios
El mundo profesional de la construcci¨®n se erige a imagen y semejanza de la Creaci¨®n
Igual que hicieron las principales bodegas espa?olas, las mayores empresas tecnol¨®gicas norteamericanas han escogido superarquitectos para enfatizar sus principales sedes. Las marcas Marqu¨¦s de Riscal con Gehry, Chivite con Rafael Moneo, Protos con Rogers o Faustino con Norman Foster hallan su correspondencia con los proyectos que ahora culmina Gehry para Facebook o Norman Foster para Apple. Aunque, el primero en terminar su obra sea Gehry esta primavera, el edificio fundacional de esta tendencia pertenece a Foster que recibi¨®, por tel¨¦fono, el encargo del fallecido Steve Jobs, en 2009. ¡°No nos tratemos como patrono y cliente sino como compa?eros¡±, le dijo Foster, y de ah¨ª surgi¨® una idea tan perspicaz como un anillo (?un enlace?) que albergar¨¢ a 13.000 empleados.
Con la serena elegancia que caracteriza a Foster, la fachada es de cristal curvo de 6 kil¨®metros de recorrido y, en el centro de esta circunferencia, pero tambi¨¦n en su alrededor, brotar¨¢ una flora cuya influencia clim¨¢tica permitir¨¢ vivir dos terceras parte del a?o sin necesidad de apoyos artificiales. En s¨ªntesis, el edificio, presupuestado en 5.000 millones de d¨®lares puede considerase con una energ¨ªa tan autosuficiente como la imponente belleza de su trazado. ?No hab¨ªa basado Apple su prestigio en el dise?o y su atractivo en la simpleza? He aqu¨ª pues la r¨¦plica magnificada que reproduce su estilo.
Pero, y ?Gehry? ?Ha seguido copi¨¢ndose a s¨ª mismo con las formas alabeadas? Pues no. Gehry se suma a los principios ecol¨®gicos que ahora gu¨ªan a los mejores arquitectos del mundo, modestos o entronizados. Su proyecto para Facebook posee la peculiaridad de que el acompa?amiento vegetal no lo rodea ni lo centraliza sino que lo penetra, lo trepa y lo corona. Hay terrazas vegetales en el tejado, jardines y alamedas entretejidas, p¨¦rgolas y macizos de flores en los paseos elevados.
Pero ?y Google? Tampoco podr¨ªa renunciar Google a una sede que disminuyera su presencia. Ciertamente, hubo un tiempo, en los noventa, en que las grandes empresas emigraban de la ciudad y renunciaban, por seguridad y por la ayuda de Internet, a enaltecerse en el centro de las urbes. Nada de los cl¨¢sicos edificios Chrysler o la RKO en Nueva York, de la Telef¨®nica en Madrid o de Louis Vuitton en Par¨ªs.
Las grandes empresas parec¨ªan camuflarse en un conjunto de naves achaparradas por el extrarradio. Pero ahora regresa, sin embargo, el gigantismo medi¨¢tico si no apostado en el car¨ªsimo centro de las urbes s¨ª en los entornos, como efectivamente, en Madrid hizo ya Telef¨®nica y sigue actualmente la "vela" del BBVA.
?Entonces? Pues entonces, Google que se emplazar¨¢ en Mountain View, a pocos kil¨®metros de Facebook, va a levantar un proyecto de Bjarke Ingels y Thomas Heatherwick definible por una est¨¦tica que evoca de nuevo a los invernaderos, pabellones quebrados, ligeros y desmontables, con piel de vidrio y microclimas naturales. O, en suma, el entorno exterior, la Naturaleza, su temblor, sus racimos y sus colores son la moda de la arquitectura que prevalece. Es decir, el mundo profesional de una construcci¨®n sin zarandajas ni ringorrangos que se erige a imagen y semejanza del mundo natural de la Creaci¨®n.
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