Muere Ben E. King, el cantante de ¡®Stand by me¡¯
El tema, del que tambi¨¦n fue compositor, es la cuarta canci¨®n m¨¢s emitida en la historia de la radio y la tele estadounidense
Ben E. King muri¨® el jueves 30 de abril en su casa de New Jersey, por ¡°causas naturales¡±, a los 76 a?os. De nombre completo Benjamin Earl King, el cantante hab¨ªa nacido en Henderson (Carolina del Norte) en 1938, aunque desarroll¨® lo esencial de su carrera en Nueva York.
Formado musicalmente en la iglesia, King sobrevivi¨® a una ¨¦poca en la que se consideraba que los cantantes eran reemplazables: su grupo, The Five Crowns, se convirti¨® en 1958 en The Drifters. No fue por arte de magia: con vocalistas como Clyde McPhatter o Johnny Moore, los Drifters hab¨ªan acumulado abundantes ¨¦xitos para Atlantic Records pero el nombre era propiedad de George Treadwell, un m¨²sico reciclado en m¨¢nager despiadado que pagaba una miseria a los cantantes y les desped¨ªa cuando protestaban. De hecho, Treadwell consideraba a los Drifters como una franquicia; ten¨ªa varias formaciones actuando por diferentes zonas.
Felizmente para King y sus Drifters, su faceta discogr¨¢fica recal¨® en el ambicioso equipo de productores formado por Jerry Leiber y Mike Stoller, que se saltaron las limitaciones presupuestarias impuestas por Atlantic para grabar suntuosas piezas orquestales, como There Goes My Baby (1959) o Save the Last Dance For Me (1960).
Ambos singles llegaron al n¨²mero uno en Estados Unidos y permitieron a King romper con el implacable Treadwell. Con la complicidad de Leiber y Stoller, se estren¨® como solista con una joya rom¨¢ntica, Spanish Harlem, compuesta por Leiber con Phil Spector y publicada a finales de 1961. Se adaptaron detalles de las partituras espa?olas de Ravel y Debussy a una historia de amor situada en la zona hispana de Harlem.
Fue un feliz ejemplo de la sofisticaci¨®n del pop neoyorquino, aunque solo llegar¨ªa a lo alto de las listas en la voz de Aretha Franklin, en 1971. De todas formas, Spanish Harlem ser¨ªa eclipsada por Stand By Me (1961). Ben recordaba un a?ejo spiritual llamado Lord Stand By Me y, experimentando en las oficinas de Leiber y Stoller, el tema fue convertido en una ferviente petici¨®n de respaldo contra las adversidades.
Stand By Me se transformar¨ªa en una de las canciones esenciales del incierto siglo XX. En los pa¨ªses mediterr¨¢neos tuvo m¨¢s difusi¨®n la adaptaci¨®n de Adriano Celentano, Pregher¨°, que curiosamente potenciaba el subtexto religioso, para consternaci¨®n del Vaticano. Celentano grabar¨ªa posteriormente otros ¨¦xitos de Ben, como Don¡¯t play that song (you lied).
La plegaria sigui¨® rodando: fue la canci¨®n elegida por John Lennon para promocionar su disco retrospectivo (Rock ¡®n Roll, 1975). Debido a su resonancia emocional, sirvi¨® para dar t¨ªtulo a lo que ser¨ªa uno de los taquillazos cinematogr¨¢ficos de 1986, una pel¨ªcula de Rob Reiner rebautizada en Espa?a como Cuenta conmigo.
La carrera de Ben E. King sufri¨® por su indefinici¨®n. Profesionalmente, depend¨ªa del circuito de casinos y nightclubs, donde se apreciaba su elegancia interpretativa y la variedad de su repertorio. Grab¨® temas del mexicano Gabriel Ruiz (Amor) o del franc¨¦s Gilbert Becaud (What Now My Love); particip¨® en el festival de Sanremo y adapt¨® ¨¦xitos italianos como Uno dei tanti, traducida como I (who have nothing). Con cierta tardanza, se incorpor¨® al sonido dominante entre los cantantes negros de los sesenta, cantando What is soul? (1966) y participando en el fugaz supergrupo The Soul Clan (1968).
En 1975, reconciliado con Atlantic Records, retorn¨® a las listas. Acompa?ado por Carlos Alomar, entonces guitarrista al servicio de David Bowie, y otros m¨²sicos j¨®venes, King grab¨® el incandescente Supernatural thing, con sus siete minutos. Dos a?os despu¨¦s, prob¨® con los escoceses de la Average White Band, en un LP llamado Benny and Us, que gener¨® ¨¦xitos menores.
King pudo disfrutar de la inmortalidad de Stand By Me: la canci¨®n, potenciada por la pel¨ªcula citada y por su uso en una campa?a publicitaria, volvi¨® a ser n¨²mero uno en Gran Breta?a en 1987. Ese mismo a?o, regrab¨® Save the Last Dance For me y entr¨® nuevamente en las listas.
Tambi¨¦n se benefici¨® del fen¨®meno de la beach music, el equivalente estadounidense del northern soul brit¨¢nico: un movimiento nost¨¢lgico, popular tanto en Carolina del Norte como en Carolina del Sur, donde se baila con su variedad mel¨®dica del soul. Aparte, King se permiti¨® caprichos como un disco infantil (I Have Songs in My Pocket) y aproximaciones al jazz (Shades of Blue).
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