Nostalgia blanquinegra
¡®G¨¹eros¡¯ lanza la carrera del mexicano Alonso Ruizpalacios tras ser premiada en los cert¨¢menes de Berl¨ªn y San Sebasti¨¢n
Durante 10 meses de 1999 la Universidad Nacional de M¨¦xico estuvo paralizada por una huelga, y sus estudiantes oscilaron entre la lucha pol¨ªtica y la apat¨ªa vital. ¡°Pero yo quer¨ªa destemporalizar la historia, que el blanco y negro y el formato de la pantalla llevara al espectador a un tiempo incierto¡±, cuenta Alonso Ruizpalacios (Ciudad de M¨¦xico, 1978) de las decisiones est¨¦ticas de su pel¨ªcula G¨¹eros, un debut que ha sido premiado en cert¨¢menes como Berl¨ªn (mejor primera pel¨ªcula) y San Sebasti¨¢n (galard¨®n de la juventud), y que protagonizan unos estudiantes en aquella ¨¦poca ociosa. Todo eso es el ambiente, porque G¨¹eros habla de la amistad entre hermanos, del amor, de la com¨²n admiraci¨®n de los protagonistas por un m¨²sico cuya leyenda, asegura, que hizo llorar a Bob Dylan... ¡°Soy un nost¨¢lgico, y eso se ve en la pel¨ªcula. Pero ocurre tanto por mi car¨¢cter como que escrib¨ª este guion hace 12 a?os, cuando yo viv¨ªa en un estado similar, en un limbo de inactividad...¡±.
G¨¹eros ha catapultado la carrera de Ruizpalacios, tambi¨¦n dramaturgo, y su pel¨ªcula, con 12 candidaturas, es la favorita en los pr¨®ximos premios Ariel, los galardones del cine mexicano, el 27 de mayo. Su director no quer¨ªa llegar tan lejos, tan solo mostrar en pantalla algunos de sus amores, como su ciudad natal, M¨¦xico DF. ¡°Es un filme muy chilango [as¨ª se llama a los habitantes de esta urbe]¡°. Otras de sus motivaciones era reflejar esa sensaci¨®n que se agarra a la juventud actual, sea del pa¨ªs que sea: ¡°Vivimos una crisis que ha provocado que estemos perdidos, olvidados. No saben con qui¨¦n identificarse pol¨ªticamente. Puede que esa faceta fuera la que le atrajo a los 200 chavales que decid¨ªan el premio de la Juventud de San Sebasti¨¢n. Adem¨¢s, por supuesto, de su humor, porque para m¨ª no hay nada sagrado¡±.
Esa irreverencia, ese descoloque vital, le acerca mucho a un cine franc¨¦s, m¨¢s que a Jim Jarmusch, otra referencia escuchada tras sus proyecciones en los festivales. ¡°Godard y Truffaut jugaban con su material, disfrutaban de la irreverencia. Yo respondo a eso¡±. Al final del camino hay un macguffin hitchcockiano, un m¨²sico m¨ªtico devenido en ilusionista a la altura del mago de Oz. ¡°Es una roadmovie, y por tanto, sin querer desvelar mucho, importa m¨¢s el recorrido que alcanzar el destino¡±.
Finalmente G¨¹eros esconde tambi¨¦n el reflejo del racismo de M¨¦xico. ¡°Averg¨¹enza ver c¨®mo a¨²n triunfa en mi sociedad. Somos un pa¨ªs en perpetuo estado de maduraci¨®n y no la alcanzaremos si no encaramos nuestros lastres derivados del racismo y del sexismo¡±.
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