Cuando los peores gobiernan
Jes¨²s Cracio ha hilvanado un cabar¨¦ literario hermoso, inc¨®modo y removedor sobre textos de Max Aub
Un cabar¨¦ literario hermoso y sensible, sobre textos de Max Aub pespunteados con hilo de seda por Jes¨²s Cracio, h¨¢bil tejedor de collages de t¨ªtulo largo: Los domingos matan m¨¢s hombres que las bombas (1995) ya inclu¨ªa fragmentos de Cr¨ªmenes ejemplares, obra no dram¨¢tica del escritor espa?ol de origen jud¨ªo alem¨¢n, socialista, secretario del Consejo Nacional del Teatro una vez comenzada la Guerra Civil, refugiado en Francia en 1939, declarado en busca y captura por las autoridades tras una denuncia an¨®nima que, en v¨ªsperas de la invasi¨®n de la Wehrmacht, lo acusa de ¡°alem¨¢n, comunista y revolucionario de acci¨®n¡±; recluido en campos de internamiento en Vernet d¡¯Ari¨¨ge y en Argelia, y exiliado en M¨¦xico, donde complet¨® un magno corpus narrativo y dram¨¢tico en el que la historia tr¨¢gica de la Espa?a y la Europa de aquellos a?os cohabita con una visi¨®n optimista de la condici¨®n humana.
En Tengo tantas personalidades que cuando digo ¡®Te quiero¡¯, no s¨¦ si es verdad, una pianista gymnop¨¦dica acaricia m¨²sica de Agust¨ªn Lara y de Alb¨¦niz como se acaricia la patria desde el exilio, mientras cinco personas cargan sobre sus hombros sendas maletas, a las que llaman con los nudillos cu¨¢l si fueran puertas por las que sus libros, ropas y recuerdos estuvieran en trance de pasar de una dimensi¨®n a otra, m¨¢s incierta.
TENGO TANTAS PERSONALIDADES...
Dramaturgia y direcci¨®n de Jes¨²s Cracio, sobre textos de Max Aub. Madrid. Matadero-Las Naves del Espa?ol, hasta el 14 de junio.
¡°?Saben ustedes lo que supone una bici para qui¨¦n la ve desde el otro lado de una alambrada?¡±, se pregunta Aub en este espect¨¢culo sin argumento, cuyas escenas, conectadas tem¨¢ticamente, nacen, se desarrollan con brevedad y desembocan en otras, bienhumoradas o melanc¨®licas. Escuchando al autor y a sus personajes hablar sobre su desarraigo, tan interiorizado, uno piensa en los da?os parejos que producen exilio y desahucio, aunque la di¨¢spora republicana fuera efecto de un golpe de Estado y los desahucios sean consecuencia de un neoliberalismo econ¨®mico que impone el valor de cambio de la vivienda a su valor de uso, en ausencia de desarrollo legislativo del art¨ªculo 47 de la Constituci¨®n.
A pesar de que el contexto sea el de nuestra ¨²ltima guerra fratricida y el del exilio consiguiente, Tengo tantas personalidades¡ no habla de nada que hoy no prosiga: rumanos, gitanos, albinos, rus¨®fonos¡ son puestos al borde del precipicio, expulsados o sacrificados, mientras miramos a otra parte. Visto como un espect¨¢culo sobre otra ¨¦poca, resultar¨ªa amable y digestivo; si se entiende que habla de hoy a trav¨¦s de otro tiempo, resulta inc¨®modo y removedor.
La escenograf¨ªa de Silvia de Marta, atravesada por una v¨ªa f¨¦rrea, es aleg¨®rica y evocadora; la interpretaci¨®n musical en vivo de Celia Laguna, f¨¦rtil y sugerente. Juan Calot encarna con tanta propiedad y tan soberana determinaci¨®n al alter ego de Aub que nadie advierte que est¨¢ actuando aquejado de una lesi¨®n: en adelante nos imaginaremos al autor con su f¨ªsico. Miranda Gas (que tiene la escuela pluridisciplinar en casa), canta una versi¨®n hermosa y muy personal de Mala reputaci¨®n (con Marta Belenguer y Carmen del Valle como coristas mudas de lujo) y junto a Marc Clotet administra inteligentemente la escena de mayor desarrollo dram¨¢tico. Juli¨¢n Ortega dosifica su vis c¨®mica y protagoniza, acompa?ado por la pianista del Orient Express, una canci¨®n que podr¨ªa pasar por original de Brecht.
Reducida, la dosis de Cr¨ªmenes ejemplares, valle del espect¨¢culo, ser¨ªa m¨¢s euforizante.
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