Los ¡®supermanes¡¯ de las subastas
Un reducido grupo de millonarios protagoniza las grandes compras
El v¨¦rtigo del dinero. La glotona avaricia de algunas de las 128.200 personas que, seg¨²n el banco suizo Credit Suisse, tienen en el mundo una fortuna que supera los 50 millones de d¨®lares. Al menos a una decena de ellos se les vio pujar hace poco en Christie¡¯s y Sotheby¡¯s de Nueva York. All¨ª estaban marchantes tan poderosos como Jose Mugrabi (atesora la mayor colecci¨®n privada de warhols del mundo), Larry Gagosian (representante de Richard Serra y Jeff Koons) o Jay Jopling (galerista de Damien Hirst). Todos contribuyeron a que las categor¨ªas de arte Impresionista y Moderno y Postguerra y Contempor¨¢neo consiguieran vender obras por valor de 2.359,5 millones de d¨®lares (2.062,5 millones de euros). La mayor cantidad conjunta de la historia. De esa cifra, 1.467,4 millones de d¨®lares corresponden a Christie's y el resto (892,4 millones) a su archirrival.
Nunca se vio algo igual. Picasso remataba la tela Les femmes d¡¯Alger (Versi¨®n O), de 1955, por 160,8 millones de euros, convirti¨¦ndose en la obra m¨¢s cara adjudicada en subasta privada. La puja por el lienzo dur¨® 11 minutos. Una eternidad en este mundo. Aproximadamente 30 minutos m¨¢s tarde, el bronce L¡¯homme au doigt (1947), de Alberto Giacometti, hallaba comprador por 126,3 millones de euros. R¨¦cord mundial para una escultura. Esta org¨ªa de arte y dinero tambi¨¦n deja una lectura parad¨®jicamente positiva. ¡°Que haya m¨¢s gente volcada en la adquisici¨®n de obras impulsa la posibilidad de que m¨¢s artistas tengan opci¨®n de desarrollarse¡±, se?ala el coleccionista argentino An¨ªbal Jozami. ¡°El problema¡±, observa Jo?o Fernandes, subdirector del Museo Reina Sof¨ªa, ¡°es que son los mismos nombres los que una y otra vez aparecen en las subastas importantes¡±. El eterno retorno del mercado del arte.
Babelia
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