El mundo del librero 3.0
Ante la destrucci¨®n del establecimiento tradicional, los libreros buscan trasladar su oficio al sector digital
Puede ser un nudo entrelazado hace medio milenio, la palabra que tal vez ocultan un quipu, el sistema mnemot¨¦cnico y tal vez lenguaje empleado por los incas para tejer secretos. Puede ser una amistad y una pasi¨®n compartida, la que une al due?o de una copister¨ªa y un detective. O tal vez el hartazgo del ¨¦xito tras demostrar que s¨ª, que se pueden vender libros por Internet sin llamarse Amazon, Fnac o Casa del Libro; la necesidad de encontrar un nuevo horizonte tecnol¨®gico (y vital). Pero en todos los casos se trata de lo mismo: el librero y los libros. Y el gran oc¨¦ano de unos y ceros que es Internet por navegar para hallar a sus lectores.
Seg¨²n la Confederaci¨®n Espa?ola de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) una de cada cinco librer¨ªas de las 3.650 que sobreviven en Espa?a tras un p¨¦simo 2014 (686 menos que en 2013) al d¨ªa ya tienen canal de venta online; casi una de cada dos dentro de su asociaci¨®n (unas 1.600). Sin embargo, ni cuatro de cada 100 libros se venden por esta v¨ªa. ?Razones? ¡°Cuando el lector quiere comprarse un libro por Internet tiene tres o cuatro grandes plataformas. Es mucho m¨¢s dif¨ªcil que piense en una librer¨ªa m¨¢s peque?a y concreta porque cuando se piensa en Internet se piensa en algo m¨¢s deslocalizado, que no se sabe muy bien donde est¨¢¡±, explica Eva Cosculluela, vicepresidenta de CGAL. S¨²mesele la ventaja de las grandes superficies para ofrecer ventajas como descuento o ausencia de gastos de env¨ªo para que la guerra de guerrillas parezca condenada.
Y sin embargo, hay guerreros. Miguel ?ngel D¨ªaz ama la novela negra y sabe que muchos espa?oles tambi¨¦n la aman. Quer¨ªa montar un festival de novela negra en Esparraguera (Barcelona) junto con un amigo detective. No sali¨®. Soluci¨®n alternativa, montar una librer¨ªa de novela negra exclusivamente online de nombre Somnegra. ¡°Llevamos dos a?os. De momento no es rentable, pero hemos multiplicado nuestros datos de venta por seis o por siete en un a?o¡±. De momento ese aumento significa entre 50 y 100 pedidos al mes (de libro f¨ªsico), pero las visitas mensuales a su portal alcanzan ya las 4.000. ¡°Lo que hacemos es estar muy encima del cliente en redes sociales, abiertos a cualquier duda, recomendamos libros. La ¨²nica gran diferencia es como romper el hielo, porque aqu¨ª el lector tiene enfrente a un monitor. Pero una vez estableces la complicidad ya es ¨¦l quien te contacta por mail o redes sociales¡±.
?Pero por qu¨¦ contacta el lector en vez de poner otro ebook en la cesta de una gran plataforma? D¨ªaz cree que el secreto est¨¢ en lo de siempre, en la necesidad de un gu¨ªa para separar el grano de la paja. Fietta Jarque lo cree tambi¨¦n: ¡°Nuestros clientes, podr¨ªan comprar en una gran plataforma. Pero nos eligen porque es una librer¨ªa donde hay alguien ah¨ª¡±. Despu¨¦s de toda una vida dedicada al periodismo y a la escritura, Jarque quiere que Kiputeca sea quien descubra el Per¨² literario en Internet. El nombre le viene de los nudos que tal vez fueran palabras de la literatura inca, una t¨¦cnica para encriptar mensajes de esta cultura que a¨²n se investiga como posible lenguaje. Las ambiciones son de un cat¨¢logo digno de biblioteca de Alejandr¨ªa: ya son 30.000 t¨ªtulos. Pero el modelo al que aspira es de ¡°librer¨ªa de barrio¡±, en el que la recomendaci¨®n y la complicidad con el lector sea la norma.
Y en esta nueva era de libreros 3.0 hay libreros que incluso quieren dejar de ser libreros. David Fern¨¢ndez se pas¨® diez a?os (de 2003 a 2013) como librero digital que lleg¨® a vender, seg¨²n asegura, entre 25.000 y 30.000 libros al a?o. Su secreto fue el mismo que intentan convertir en f¨®rmula de ¨¦xito Kiputeca o Somnegra: la especializaci¨®n. En su caso, el g¨¦nero fant¨¢stico. ¡°Est¨¢ mal que yo lo diga, pero ¨¦ramos muy buenos en nuestro sector. El lector de fant¨¢stico es muy fiel y sab¨ªamos c¨®mo establecer un v¨ªnculo con ¨¦l. Cyberdark fue la prueba de que se puede vivir bien de una librer¨ªa online¡±. Pero Fern¨¢ndez vendi¨® la empresa en 2013 por ¡°desgaste¡± y el af¨¢n de lograr una nueva aventura financiada por el editor de Juego de tronos en Espa?a, Alejo Cuervo: Lektu. La idea, ofrecer una plataforma de venta online que se salta los intermediarios y que solo cobra un porcentaje (el 25%) por el ebook vendido. Y a¨²n m¨¢s radical, que renuncia por completo al controvertido DRM, el c¨®digo antipirata que impide la copia del archivo. ¡°Defendemos que la pirater¨ªa no es el problema, sino que la clave se encuentra en competir por destacar en el mercado online¡±, asevera Fern¨¢ndez.
Un a?o despu¨¦s de su lanzamiento, Fern¨¢ndez admite que no han encontrado a¨²n la rentabilidad (el plan de negocio es a tres a?os vista). Pero eso no ha suavizado su visi¨®n. Pretende llegar m¨¢s lejos. Si uno teclea en un navegador lektu.com se encuentra con una home que muestra 33 portadas de ebooks divididos en tres categor¨ªas: novedades destacadas, ¨²ltimas incorporaciones al cat¨¢logo y lo m¨¢s descargado. Pero si se carga otra vez la p¨¢gina, todas las novedades han cambiado. ¡°Y mi objetivo es que quitemos la portada. Que no haya web visible al p¨²blico. No pretendemos hacer ning¨²n tipo de filtro o jerarquizaci¨®n en Lektu. No somos libreros ni queremos suplantar ese terreno. Lo que ofrecemos, gratuitamente, son las herramientas tecnol¨®gicas a peque?os y medianos editores o directamente al creador del contenido para que puedan poner a la venta su obra¡±. Dichas herramientas incluyen desde el an¨¢lisis detallado de datos hasta el pago social. Para crear comunidad, se ofrece al editor o autor la posibilidad de que el lector le pague por la obra comparti¨¦ndola en redes sociales. ¡°Cuando saca el segundo n¨²mero de la revista, Lektu puede ofrecerle la posibilidad de enviarle directamente un mail a todos los que se descargaron la primera¡±.
Pero lo primero que tienen que lograr los libreros y postlibreros digitales es aparecer en el mapa. Fietta Jarque se queja de que en la pasada Feria de Madrid ¡°no hubiera espacio¡± para el lado online de las letras. Y desde CEGAL se pide un esfuerzo al Gobierno, porque el salto a la red para peque?as empresas es menos f¨¢cil de lo que parece: ¡°No es solo que no compitamos en igualdad de condiciones, porque nosotros no podemos permitirnos quitar los gastos de env¨ªo, sino que falta formaci¨®n. La mayor¨ªa de librer¨ªas espa?olas tenemos una estructura muy peque?a, de dos o tres empleados, por lo que a veces tampoco te da la vida para trabajar el online o ver por qu¨¦ es necesario. Ayudas econ¨®micas del Gobierno para levantar estas plataformas y para ense?ar por qu¨¦ son ¨²tiles ser¨ªan muy positivas¡±, apunta Cosculluela, vicepresidenta de CEGAL. En resumen, que el librero espa?ol quiere vivir de cara a Internet para ofrecer una v¨ªa alternativa a la de una gran bazar online. ?Lo buscar¨¢ el lector? David Fern¨¢ndez, que logr¨® el ¨¦xito en Cyberdark, da una clave: ¡°El que est¨¢ en Madrid o Barcelona tiene librer¨ªas para su afici¨®n. Pero el que est¨¢ en Burgos necesita a alguien especializado que le pase la mercanc¨ªa¡±.
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