Guitarras, guitarras y un par de teclados
OMD cierran la jornada de apertura oficiosa del festival, donde destacaron Christina Rosenvinge y Albert Hammond Jr
Dicen que a caballo regalado no debe mir¨¢rsele el diente, y al refranero, que tiene frases para todo como buen pozo de sentido com¨²n, mejor hacerle caso. Y no, no es que la jornada de aperitivo del Primavera Sound, con entrada libre, fuese apta para el olvido, pero no es menos cierto que el ambiente, la tensi¨®n y la algarab¨ªa propia de los conciertos que se recuerdan, brill¨® por su ausencia en buena parte de la jornada. Con el p¨²blico conformado a¨²n en su mayor parte por personal local, los extranjeros a¨²n deb¨ªan estar con Gaud¨ª o visitando el museo del Bar?a, s¨ª, los indies tambi¨¦n son futboleros, seis conciertos sirvieron para que la audiencia comenzase a secretar los jugos de la pasi¨®n musical, que a partir de hoy comenzar¨¢ a aproximarse al cl¨ªmax del empacho. Con el F¨®rum bajo un sol tenue y con la brisa repartiendo fresquito por la explanada abierta frente al ¨²nico escenario, el primer gran festival del verano comenz¨® a desplegar su particular real de la feria. Y nunca mejor dicho, pues este a?o y por vez primera en sus quince de historia, el jam¨®n ib¨¦rico tiene una caseta destinada a su degustaci¨®n.
Comenzando por el final cabr¨ªa decir que OMD, en principio los cabezas de cartel de esta jornada a medio gas, jugaron una carta en principio inteligente aunque arriesgada al comenzar su concierto con su ¨¦xito m¨¢s celebrado. De esta manera Enola Gay son¨® como primera canci¨®n, una forma de decir que nunca han sido un grupo de un solo tema. Ello provoc¨® una entusiasta reacci¨®n de la multitud, que respondi¨® enarbolando brazos como si fuesen astas de bandera esperando ondear la emoci¨®n. El problema es que pese a que la banda no escatim¨® m¨¢s ¨¦xitos a?ejos, la entrega de alegr¨ªa ya no volvi¨® a alcanzar el mismo nivel durante toda la actuaci¨®n. Y eso que sonaron piezas como Souvenir o Maid Of New Orleans, recuerdos de la ¨¦poca de esplendor del d¨²o, a todo esto cuarteto en escena, con bater¨ªa tama?o heavy metal. A¨²n con todo, el p¨²blico, a la postre siempre agradecido y entusiasta, puso de s¨ª todo lo que pudo, -incluso con temas nuevos como Metroland- ante la emoci¨®n de Andy McKluskey, todo y que el vocalista comprob¨® que Talking Loud And Clear pasaba sin pena ni gloria pese a sus 31 a?os. Hay veces que ni los recuerdos mueven a las masas, cosa extra?a en un festival que tanto apela a la memoria como el Primavera.
Y antes de que los sintetizadores se hiciesen con la noche, cerr¨¢ndola, las guitarras mandaron. Por un lado con Albert Hammond Jr, quien adem¨¢s de con The Strokes comparece con su propio proyecto. Furia de guitarras veloces para un concierto que abri¨® con Holiday y que a las primeras de cambio ya descargaba una versi¨®n de Buzzcocks, Ever Fallen in Love. Result¨® curioso porque las guitarras que en su momento pautaron la carrera de The Wedding Present han desaparecido en el nuevo proyecto de David Gedge, unos Cinerama que antecedieron a Hammond y despacharon un muy correcto concierto de pop elegante y trot¨®n ali?ado con secci¨®n de cuerda, flautas, coros y una prolija instrumentaci¨®n que una sonorizaci¨®n m¨¢s bien deficiente se encarg¨® de omitir de manera bastante efectiva. Por cierto, David no pod¨ªa disimular que es el l¨ªder, siendo el ¨²nico que no vest¨ªa de negro.
Y negra tuvieron la tarde Panam¨¢, un d¨²o de pop bailable que llag¨® desde Australia para protagonizar un concierto pautado por problemas t¨¦cnicos. De hecho al final de la segunda pieza ya pararon su actuaci¨®n porque algo se hab¨ªa ido al traste. Suerte que eran s¨®lo dos y uno de ellos tocaba la bater¨ªa porque lo que pod¨ªa ir mal fue mal. Mucho mejor estuvo Christina Rosenvinge, que en su nuevo disco, Lo nuestro editado por el sello del festival, ha recrudecido su sonido electrific¨¢ndolo y dejando de lado el tono dulce y tierno de trabajos anteriores. Piezas como La distancia adecuada, un cl¨¢sico de su repertorio, y las nuevas Alguien Tendr¨¢ la Culpa, La Tejedora, Eclipse¡± o ¡°La Muy Puta, sonaron tersas, en¨¦rgicas y cortantes como si fuesen primas de aquellas canciones que Christina se trajo de Nueva York a?os ha. Ella, que tiene voz de acunar, mostr¨® en directo un perfecto equilibrio entre esa forma de cantar y la potencia guitarrera de su nuevo entorno sonoro. Por cierto, que dando por sentado que los indies no votan al PP manifest¨® que Espa?a estaba de fiesta por lo ocurrido el pasado domingo. Pero eso ya es historia, a partir de esta tarde el Primavera ya funcionar¨¢ a todo trapo en sus 11 escenarios, ser¨¢n 12 con el Minim¨²sica, y la recta musical hasta bien entrado el verano se iniciar¨¢ en esta Barcelona, como se asegura pomposamente, capital de los festivales.
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