Frikiciencia
'The Big Bang Theory' nos acerca al mundo de los cient¨ªficos, tan despreciado en Espa?a, aunque los retrate como fan¨¢ticos de 'Star Trek' y c¨¦libes forzosos
Bromeaba el c¨®mico Bill Maher (Real Time with...) con que muchos norteamericanos no saben que la teor¨ªa del Big Bang, the Bing Bang Theory, es una teor¨ªa. Para la mayor¨ªa es una simp¨¢tica serie de televisi¨®n que nos hace re¨ªr de los j¨®venes cient¨ªficos. Lamenta Maher que la ciencia no es el fuerte del ciudadano de la calle en EE UU, como tampoco en Espa?a. All¨ª, adem¨¢s, convive lo m¨¢s puntero en I+D con muy cerriles prejuicios religiosos. As¨ª que incluso alg¨²n candidato presidencial niega el Big Bang porque est¨¢ escrito que Dios cre¨® el mundo en seis d¨ªas hace 6.000 a?os.
La raz¨®n a¨²n tropieza con el oscurantismo. Al menos The Big Bang Theory (en TNT y Neox) ayuda a que nos familiaricemos con la vida de los investigadores, aunque sea confirmando estereotipos sobre ellos: que son unos frikis atrapados en la adolescencia, fan¨¢ticos de Star Trek, lectores de tebeos de superh¨¦roes, devoradores de pizza y faltos de actividad sexual.
Comedia de situaci¨®n de manual, en la l¨ªnea de Friends, The Big Bang Theory nos ha regalado a uno de los personajes m¨¢s logrados de la televisi¨®n: Sheldon Cooper (Jim Parsons), superdotado f¨ªsico te¨®rico que resulta encantador y repelente a la vez, tan pat¨¦tico como brillante. Como ese amigo rarito que sabes genial. Mucho m¨¢s inteligente que listo.
Aprovechando el tir¨®n, un grupo de cient¨ªficos espa?oles ha dado el paso de recorrer los teatros haciendo mon¨®logos sobre lo suyo. En The Big Van Theory (de van, camioneta) se alternan bi¨®logos, f¨ªsicos o qu¨ªmicos contando chistes y dialogando con el p¨²blico. Divierten, divulgan y nos advierten del terrible abandono de la investigaci¨®n en este pa¨ªs.
Es verdad que los cient¨ªficos nos parecen tipos extra?os porque pueden dedicar toda su carrera a, pongamos, observar una bacteria. Pero intuimos que nuestro futuro descansa en sus espaldas. En Espa?a no es el fundamentalismo b¨ªblico, sino la miop¨ªa nacional, lo que frena el progreso.
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