Godzilla vence a los dinosaurios
'Jurassic World' ofrece una pirotecnia de efectos especiales sin el encanto de otras pel¨ªculas que rompieron la taquilla
Jurassic World, que se ha convertido este fin de semana en el estreno m¨¢s rentable de la historia, no es una pel¨ªcula de dinosaurios, es una pel¨ªcula de monstruos y no es exactamente lo mismo. La dinosaurio protagonista del filme es un h¨ªbrido de todo tipo de bichos grandes y dentados que acaba por desmadrarse totalmente, como ocurre siempre en el cine cuando un cient¨ªfico juega al aprendiz de brujo con fuerzas que no puede controlar. Y se comporta como el monstruo de todos los monstruos, Godzilla, el turbodinosaurio creado en Jap¨®n despu¨¦s de la II Guerra Mundial como consecuencia de las pesadillas nucleares y cient¨ªficas desatadas tras el estallido de la primera bomba at¨®mica. Godzilla aterroriza, destruye y mata a todo lo que se mueve, m¨¢s o menos lo mismo que hace su prima en Parque jur¨¢sico ¡ªel hecho de que sea una hembra es un homenaje de esta cuarta parte a la pel¨ªcula original, en la que todos los dinosaurios eran femeninos para evitar que pudiesen reproducirse¡ª.
El ¨¦xito del filme sirve para demostrar hasta qu¨¦ punto los dinosaurios y los efectos especiales nos fascinan ¡ªlas vi?etas de Calvin y Hobbes son el s¨ªmbolo m¨¢ximo del enorme espacio que esos animales gigantescos ocupan en nuestra imaginaci¨®n¡ª, pero Jurassic World tambi¨¦n es una muestra de que algo no anda bien en los grandes estudios de Hollywood porque dos de los grandes estrenos de la temporada son remakes que no aportan nada al original, m¨¢s bien todo lo contrario.
Steven Spielberg y su amigo George Lucas revolucionaron todos los c¨®digos del cine popular con Tibur¨®n (1975) y La guerra de las galaxias (1977). Fueron acusados de infantilizar el cine, porque lograron atraer a las salas a generaciones enteras de espectadores. Jugaron con nuestros sue?os y nuestras pesadillas, con nuestros h¨¦roes y nuestros temores, apostaron por los efectos especiales pero sobre todo por historias que s¨®lo en la superficie eran sencillas. Spielberg repiti¨® el ¨¦xito monumental con En busca del Arca Perdida y ET. En ambos casos, como ocurre con La guerra de las galaxias, se trata de una reinterpretaci¨®n de viejas historias, una actualizaci¨®n inteligente de mitos que nos acompa?an desde Homero.
Parque Jur¨¢sico (1993) fue diferente, en este caso las estrellas eran los propios dinosaurios, pero sobre todo los efectos digitales. Sin este filme, que Spielberg rod¨® mientras ten¨ªa en la cabeza La lista de Schindler, no puede concebirse toda la revoluci¨®n cinematogr¨¢fica que vendr¨¢, desde el realismo de la escena del desembarco en la playa de Omaha en Salvar al soldado Ryan hasta todas las criaturas de El se?or de los anillos. Desde los tiempos del gran artesano y pionero de los efectos especiales Harry Harryhausen, Hollywood se hab¨ªa empe?ado en mostrar lo imposible; pero con los ordenadores se cruz¨® una nueva barrera. Jurassic World no cambia nada, no avanza, mezcla Tibur¨®n y Parque Jur¨¢sico ¡ªhay un bicho muy grande y muy cruel suelto con muchas ganas de comerse a la gente pero los due?os del parque infantil piensan m¨¢s en los beneficios que perder¨ªan que en la seguridad de sus visitantes o ba?istas¡ª y suelta toda la pirotecnia digital posible. Tiene alguna escena espectacular, como el ataque de los pterod¨¢ctilos, pero el filme juega siempre en terreno conocido, crea monstruos no dinosaurios que sepan conectar con los sue?os de generaciones.?
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