La nostalgia y los silencios
Rosa Ribas viaja al Poble Sec de los sesenta para narrar una historia coral, que a ratos pierde de vista la introspecci¨®n
Seg¨²n cuenta Vasari, Leonardo da Vinci quer¨ªa evitar que el cuadro de la Mona Lisa transmitiese esa melancol¨ªa que provocan a veces las pinturas, as¨ª que mientras la retrataba hizo que a su alrededor hubiese siempre m¨²sicos tocando instrumentos o cantando, y bufones que la hiciesen estar alegre. De ah¨ª la famosa sonrisa y de ah¨ª que algunos afirmen que es el ¨²nico retrato que no produce nostalgia al mirarlo. Por el contrario, algo de nostalgia se ha colado en esta ¨²ltima novela de Rosa Ribas (Barcelona, 1963), aunque lleve en el t¨ªtulo el nombre del pintor que supo evitarla en su cuadro m¨¢s conocido. Pero vayamos por partes.
Lali, una ni?a de 12 a?os cuyos padres regentan una fonda en el Poble Sec barcelon¨¦s, narra su vida durante los primeros meses de 1965
Pensi¨®n Leonardo narra por boca de Lali, una ni?a de 12 a?os cuyos padres regentan una fonda en el Poble Sec barcelon¨¦s, su vida durante los primeros nueve meses de 1965. Combinando la novela de costumbres y el relato coral, la narradora compone un gran friso con los miembros de su familia, los hu¨¦spedes de la pensi¨®n, sus compa?eros de colegio y de juegos, y los socios y parroquianos de Comidas Luciano, el bar que hay debajo de su casa. Todos est¨¢n marcados moralmente por la Guerra Civil, que se respira muy cercana, y tres de los m¨¢s pr¨®ximos a la narradora lo est¨¢n tambi¨¦n f¨ªsicamente: hay un tuerto ¡ªsu padre¡ª, un cojo y un manco, que pueden interpretarse como s¨ªmbolos exactos de las carencias de una sociedad que a duras penas pod¨ªa con el lastre de estar dividida en vencedores y vencidos.
Este es, desde luego, uno de los motivos de la novela, como tambi¨¦n lo es la pasi¨®n narradora de Lali, empe?ada en conocer y contar ese pasado familiar del que sus padres se niegan a informarla. No es la ¨²nica intriga, y a este respecto hay momentos en que la novela puede dar la impresi¨®n de que pierde de vista lo que quiere contar, o lo que a m¨ª me parece que quiere contar. Al comienzo, por ejemplo, se intuye que la relaci¨®n de Lali con su amiga Julia va a cobrar otras dimensiones, y lo mismo sucede con las historias familiares de sus abuelos. Tal vez estas expectativas se siembran para incluir tambi¨¦n en la novela un relato de iniciaci¨®n. Sin embargo, la narradora vive pendiente de la infinidad de sucesos que se producen a su alrededor ¡ªlos hu¨¦spedes, sus padres, el bar, los chavales del barrio¡ª y apenas encuentra un momento para esa introspecci¨®n que acompa?a al conflicto de la adolescencia, y que viene dado por la necesidad de alejarse de la familia para construirse como individuo.
Esto no quita para que Rosa Ribas haya escrito una semblanza inteligente y muy entretenida de lo que debi¨® de ser el Poble Sec en los a?os sesenta, con sus personajes variopintos y memorables (el marino Zunzunegui y el ingeniero Nin), situaciones ejemplares y, como no pod¨ªa ser de otro modo, cierta melancol¨ªa inevitable por aquel espacio urbano bullicioso, canalla y de barrio que existi¨® en los tiempos anteriores a la barcelonizaci¨®n tur¨ªstica.
Pensi¨®n Leonardo. Rosa Ribas. Siruela. Madrid, 2015. 350 p¨¢ginas. 16,90 euros
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