El populismo de El Fandi enciende la primera corrida de Alicante

Antes del descanso, ritual que se cumple al pie de la letra en esta plaza, salt¨® ¡°Tozudo¡±. Toro de Zalduendo, marcado con el n¨²mero 87 y el m¨¢s chico de los tres que hab¨ªan salido al ruedo hasta ese momento. Pero gran toro. El saludo de El Fandi con el capote fue variado, desde las largas cambiadas hasta lances de buen temple que le recet¨®. Una sola vara, de cumplidor comportamiento del toro. Antes de pasar a banderillas, un quite de Fandi por ¡°zapopinas¡±, que el toro se trag¨® con inmensa alegr¨ªa. En banderillas, cuatro pares, cuatro. A saber: dos corriendo hacia atr¨¢s, uno al viol¨ªn y cerr¨® el tercio con uno al cuarteo. Todo, ¡°made in Fandi¡±. Con la plaza hecha un volc¨¢n, una caldera, Fandi se dispuso con la muleta. Un comienzo de rodillas, por derechazos, en el centro del ruedo. Una faena en la que entr¨® de todo, con abundancia del toreo popular, de ese que llega sin condiciones a un tendido rendido a la causa. Y el toro, incansable. Pronto, alegre, con el motor siempre encendido, el tal ¡±Tozudo¡± aguant¨® carros y carretas. Fandi lo dej¨® lucir en los cites, dej¨¢ndolo siempre de largo. Y entre col y col, lechuga: alg¨²n muletazo suelto a la altura de la calidad de la res. Pero m¨¢s abundancia que otra cosa. Y la plaza, reventada sin condiciones. Faena larga. Dos faenas en una, es posible. Los molinetes de rodillas finales, terminaron de explotar el ambiente. Estaba cantado que se pedir¨ªa el indulto para el toro. Y se pidi¨® con la plaza en pie. Fandi se dej¨® querer y provoc¨® el deseo de la gente. Hasta un aviso lleg¨® antes de montar el estoque. Pero no, no hubo perd¨®n. No lleg¨® a tanto la cosa, por fortuna, y el presidente hizo o¨ªdos sordos al clamor popular. A ¡°Tozudo¡± le rindieron honores p¨®stumos en el arrastre. Merecido homenaje. Y El Fandi, en loor de multitud, con las dos orejas del toro en la mano.

Otro buen toro el sexto ¨Cse llev¨® el lote Fandi-. Cuidado en varas pas¨® por cuatro duras pruebas en banderillas. Cuatro pares otra vez: cuarteo, hacia atr¨¢s, por los adentros y al viol¨ªn. Nuevo incendio en la plaza. Pero otra cosa fue esta vez en la muleta. Fandi no termin¨® de coger el buen ritmo del toro y los muletazos nunca tuvieron final feliz. Faena mirando m¨¢s a la gente que al toro; mucha galer¨ªa siempre. Desde los rodillazos de inicio hasta los rodillazos finales, un sinf¨ªn de pases con escaso sentido. Pero muy entregada la plaza: enfandilada. Ese toro de Zalduendo, sin el motor y la alegr¨ªa del tercero, tuvo son y un fondo de notable calidad. Mucho efectismo en Fandi, pero poco toreo, en fin. Esta vez la espada no fue aliada y la cosa, despu¨¦s de tanto populismo, acab¨® desinflada.

Al toro que abri¨® corrida y feria le dieron de lo lindo en varas. Escarbador de salida, sueltecillo siempre sin fijeza, tambi¨¦n esper¨® en banderillas. Fue toro que ni fu ni fa, aunque tuvo cierta movilidad y hasta su partido. A pesar de tanta le?a recibida, el toro aguant¨® en la muleta sin rechistar. Finito, siempre al hilo, con las ventajas de torero sin gran compromiso, lo pas¨® por la derecha despegadillo. Faena de paso lento, con muchas pausas. Solo un intento al natural y siempre con la ayuda de la espada. Un esfuerzo aparente que, en fin, qued¨® en nada.

Tambi¨¦n poco que rascar en el cuarto. Protest¨®n en varas, no tuvo entrega en la muleta. Finito, m¨¢s compuesto que en verdad, con m¨¢s forma que fondo, no pas¨® de cumplidor. Ligerito siempre, no lleg¨® nunca al tendido. Muy fr¨ªo todo. La gente, ni caso.

Alto, largo, de hechuras arm¨®nicas, el segundo de la tarde. Tampoco fue un tr¨¢mite su paso por el primer tercio, pues cobr¨® solo una vara que es posible valiera por dos. Fue, sin embargo, toro alegre siempre. En banderillas fue pronto y en la muleta no solo no plante¨® ni un problema sino que resulto fiel colaborador de su matador. Rivera Ord¨®?ez ¡°Paquirri¡±, que lo hab¨ªa saludado con una larga de rodillas, cumpli¨® una faena de muchas pases. Larga. Los muletazos siempre a la inercia del toro, que tomaba la muleta sin humillar pero con gran movilidad. Hasta los circulares de mitad faena, no se calent¨® el ambiente. Vino luego una serie al natural, cumplidora, rota cuando quiso dar uno mirando al tendido. Un apuro, al que sigui¨® una fiesta ya rendida de cara a lo popular. Un final ligero, con rodillazos incluidos, pero todo muy del gusto del amable respetable.

El quinto no tuvo entrega, ni gracia alguna. Rivera ech¨® de oficio para justificarse en un trasteo sin complicaciones ni efectos especiales. Necesito de seis entradas con el estoque para terminar con pasaje tan aburrido.

De la corrida de Zalduendo, muy correcta de presencia, hubo dos toros excelentes, primero y segundo, que adem¨¢s se emplearon en varas, y uno con fondo de calidad, el sexto. Sin entrega cuarto y quinto. El tercero, el toro de la tarde. Y quiz¨¢s de la feria.