Roca Rey huele a figura

Tras triunfar en Madrid y Sevilla, el novillero peruano Roca Rey se present¨® en Pamplona dispuesto a recalcar que quiere ser figura del toreo. Le sobra valor, conoce la t¨¦cnica, tiene gusto con los enga?os en las manos, posee personalidad y vende muy bien eso que dicen todos los toreros que llevan dentro.

Lo que lleva dentro Roca Rey es un pundonor extraordinario, un deseo irrefrenable de encaramarse al primer puesto del escalaf¨®n de novilleros, sorprender en cada actuaci¨®n y tomar pronto la alternativa con la aureola de quien parece nacido para destacar en esta dif¨ªcil profesi¨®n. En una palabra, Roca Rey huele a figura.

Sin duda alguna, ha sorprendido en San Ferm¨ªn ante una novillada dulzona, nobil¨ªsima y muy blanda de El Parralejo, ante la que demostr¨® que, cuando un torero quiere, no hay fen¨®meno meteorol¨®gico ni toro blandengue y soso que le impida llamar la atenci¨®n del p¨²blico. No import¨® la soser¨ªa de su primero ni la invalidez del ¨²ltimo, porque ante ambos asent¨® el debutante las zapatillas, se dej¨® rozar los pitones por los muslos y traz¨® capotazos y muletazos de mucho m¨¦rito. Las dos grandes ovaciones de la tarde las consigui¨® tras un quite ajustad¨ªsimo por gaoneras y otro del mismo tenor por chicuelinas y tafalleras. En ambos se mantuvo firme y derecho como una vela a pesar de que el ?huy! reson¨® en los tendidos.

Por estatuarios comenz¨® la faena ante el soso tercero, en la que el torero derroch¨® la emoci¨®n de la que carec¨ªa su oponente. Valeroso en todo momento, vendi¨® muy bien su mercanc¨ªa y cant¨® a los cuatro vientos que viene dispuesto a todo. Hasta cinco veces mordi¨® el polvo el inv¨¢lido sexto, pero Roca Rey no se amilan¨® y dict¨® toda una lecci¨®n de firmeza, confianza y seguridad en s¨ª mismo. Por eso, con todo merecimiento, pase¨® una oreja. Roca Rey es un torero sonriente, da la impresi¨®n de que posee una gran fe en s¨ª mismo, y busca el triunfo con verdadero inter¨¦s, lo que se transmite con rapidez a los tendidos.

Caso contrario parece ser el de Varea, que posee condiciones toreras, pero proyect¨® una imagen de frialdad, seriedad y aparente conformismo. Maneja con correcci¨®n los enga?os, no dijo nada ante el descastado segundo, y no estuvo a la altura del buen novillo quinto, que embisti¨® mucho y la labor no consigui¨® levantar el vuelo.

Volv¨ªa Posada de Maravillas tras la grave lesi¨®n que sufri¨® el pasado a?o en la mano derecha en esta misma plaza. Es torero animoso, con gracia, empaque y gusto, pero no fue capaz de redondear faena de triunfo con el mejor novillo de la tarde, el cuarto, que embisti¨® repetidamente.

Posada de Maravillas, que se luci¨® a la ver¨®nica en su primero -un animal muy blando-, traz¨® buenos muletazos con ambas manos, pero no supo armar una obra conjuntada y maciza. A pesar de ello, el generoso p¨²blico le hubiera pedido las orejas si no falla con el descabello.