Con retranca y ¡®recao¡¯
Las diferencias sociales y el absurdo mundo de la gente rinca sube hasta la terraza del Galileo con uno de los secretos mejor guardados de Mihura: 'Milagro en casa de los L¨®pez'


Una. Es el n¨²mero de veces que Milagro en casa de los L¨®pez de Miguel Mihura ha sido representada. Hasta ahora. Se estren¨® el 23 de septiembre de 1964 en el Teatro Tal¨ªa de Barcelona, y desde entonces ha permanecido olvidada en uno de esos extra?os pliegues teatrales que opacan algunas obras (o autores) durante d¨¦cadas; no solo al autor de Tres sombreros de copa la historia le hace sombra por alg¨²n lado. Ah¨ª est¨¢n, en reanimaci¨®n intermitente, Jardiel Poncela, Alejandro Casona, Alfonso Paso... A Mihura le ha abierto esta ventana Manuel Gancedo (Madrid, 1973), para quien esta pieza es "uno de los secretos mejor guardados del dramaturgo y posiblemente una de sus historias m¨¢s absurdas y rocambolescas".
Aclara con ese vozarr¨®n que impacta ¡ªincluso a bajo volumen¡ª que la historia de Mercedes y Jer¨®nimo, un matrimonio rico que vive encerrado en su mansi¨®n desde hace diez a?os con sus criados y las visitas como ¨²nico contacto exterior, en su momento no funcion¨®. "Encontr¨¦ de casualidad esta obra leyendo una biograf¨ªa del dramaturgo. Comentaba que no la hab¨ªa podido terminar a gusto, que no le hab¨ªa metido mano. La busqu¨¦, y me cost¨® encontrarla. Al leerla me di cuenta de que era muy adelantada a su tiempo". Esa "metida de mano" que no le hizo el escritor mordaz, se la ha hecho Gancedo. "S¨ª, una barbaridad adaptarlo. Pero pens¨¦ que hab¨ªa parte de la maquinaria argumental que no funcionaba".
Gancedo se refiere a la segunda parte de la obra protagonizada por Carlos Chamarro y Nuria Gonz¨¢lez: "El concepto de trama de esa parte era una idea peregrina para el a?o en el que vivimos". La criada no puede cogerse un d¨ªa libre porque no para de llegar gente; ella, a pesar de tener novio, iba a tener una cita con un hombre que iba a montarle una mercer¨ªa a cambio de su "amor". "Lo transform¨¦ en una entrevista de trabajo para marcharse fuera de Espa?a. La criada, en esta versi¨®n, es una chica preparada, que estudi¨® gracias a los sacrificios de su padre. Es muy actual y le da otro punto social". Uno m¨¢s a?adido a la latente cr¨ªtica de la relaci¨®n entre "los se?ores y los criados". "Sigue existiendo esa relaci¨®n entre ricos y pobres y siguen existiendo ricos, encerrados sobre todo en s¨ª mismos".
?Miedo ante este cambio? Gancedo lo tuvo. Pero se esfum¨® el d¨ªa del estreno. Entre risas, dice que Mihura le envi¨® una se?al: "El primer d¨ªa apareci¨® un cami¨®n de bomberos con la sirena a todo trapo. No se sabe qui¨¦n los llam¨® ni por qu¨¦. Montaron un esc¨¢ndalo terrible y a los actores, a pesar de llevar micr¨®fonos (es al aire libre) no se les escuchaba. Me quer¨ªa pegar un tiro". Fue entonces cuando la pieza lleg¨® a una de las partes que Gancedo hab¨ªa retocado: "El criado dice: 'Un momento de calma, por favor". Y en ese momento la sirena par¨®. Ovaci¨®n general del p¨²blico. "Sent¨ª que me estaba dando su aprobaci¨®n".

El equipo entero espera que el p¨²blico tambi¨¦n se la de. El esfuerzo no ha sido peque?o. Gancedo lleva tres a?os intentando levantar esta obra: "Es dif¨ªcil hacer teatro, dif¨ªcil encontrar productor para hacer un Mihura desconocido, y dif¨ªcil hacer la adaptaci¨®n". Arrancaron finalmente el pasado 8 de julio, y estar¨¢n en la terraza del Teatro Galileo hasta el 29 de agosto. "Estamos intentando preparar una gira para el oto?o y volver a Madrid en enero para quedarnos".
A pesar de ser una obra c¨®mica, su s¨¢tira va m¨¢s all¨¢. "Esta se r¨ªe con retranca. En mis ¨²ltimos montajes lo dejo claro. Hay que hacer reir, s¨ª, pero meter el cuchillo caliente. Hay que dejar recao". Algo que sab¨ªa bien hacer el hijo de un empresario teatral, con un ojo especial para los espect¨¢culos que consegu¨ªan taquilla: "Hacer algo que a la gente le vaya a gustar, pero con un mensaje que no sea vacuo, porque si lo es, pierde inter¨¦s". El suyo es el de aquellas piezas que, sin saber por qu¨¦, se est¨¢n dejando ir. "Mientras las adaptaciones respeten el esp¨ªritu del autor... Pens¨¦ qu¨¦ hubiese cambiado Mihura. Y aunque, obviamente, no lo s¨¦, creo que podr¨ªa haber hecho esto".?
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