Lujo, postureo y mucha tonter¨ªa
En el fondo, todos somos iguales. Lo que nos gusta es comer, evacuar y lo otro, siendo lo otro no solo lo que est¨¢is pensando, obsesos
Ya lo predica la neoepic¨²rea Bel¨¦n Esteban en el ¨¢gora de S¨¢lvame Deluxe. Mucho mam¨®n digital, mucho Erasmus y mucho pol¨ªglota desde parvulitos, pero a todos nos gusta lo mismo. Comer, evacuar y lo otro, siendo lo otro no solo lo que est¨¢is pensando, obsesos, sino lo que cada uno considere el sumun de los placeres gratuitos. Ella no habla tan fino, pero la entendemos. Para comprobarlo, este finde he ido a un hotel de superlujo, supertecnol¨®gico y supermodern¨ªsimo, no dir¨¦ cu¨¢l para poder volver cuando me toque el Euromillones, y he flipado lo m¨¢s grande. Ya lo dec¨ªa el surrealista Paul ?luard antes de la NASA: hay otros mundos, pero est¨¢n en este. Y no me refiero a Plut¨®n, precisamente.
El choque de planetas empieza cuando te abre el transfer ¡ªlos taxis son de pobres¡ª un modelo de Gucci que tiene la bondad de pasar sus ratos libres ayudando al pr¨®jimo a acarrear el equipaje. En cuanto el pollo te ve el trolley de oferta de Lidl, sabe que t¨² sabes que ¨¦l sabe que eres una advenediza. Pero ambos hacemos que somos divinos y estamos content¨ªsimos de ocupar nuestro lugar en el sistema. Luego llegas a la recepci¨®n propiamente dicha, donde otro/a efebo/ninfa te da la tarjeta-llave solo despu¨¦s de trincarte la de cr¨¦dito e informarte de que en Whatever, sic, un mostrador anexo, otra beldad estar¨¢ encantada de proporcionarte lo que se te antoje. Desde un masaje ¨ªntimo a un ornitorrinco rosa. Otra cosa es un secador, esa vulgaridad de clase media, pero todo es ponerse.
La guerra de clases, con todo, viene cuando compruebas que eres la madre de toda la concurrencia. Hordas de j¨®venes de todo el globo menos de Espa?a forrados hasta las carillas. Todos poni¨¦ndose morados de c¨®cteles al borde del bid¨¦ calentorro que llaman piscina, perd¨®n infinity pool. Todos, o muertos de la risa o del hast¨ªo de vivir de, ejem, put¨ªsima madre. Todos haciendo como que eres invisible hasta el preciso momento en que dejas la cama balinesa para mojarte el culo en ese barre?o y, al volver, una de las cachorras doradas te ha levantado el top de 9,90 de las rebajas porque se ve que en Connecticut no lo tienen en ese tono.
Bel¨¦n, hija, cu¨¢nta raz¨®n tienes. En el fondo, todos somos iguales. Lo que m¨¢s nos gusta es comer, evacuar y lo otro. Ahora, vete preparada. Te cascan 12 pavos por una barra de pienso, perd¨®n, muesli, porque con el tartar de la carta te quedas con m¨¢s hambre que Rafa Camino en Supervivientes. Si evac¨²as seg¨²n c¨®mo, no conocen el instrumento llamado escobilla y tienes que proceder por el m¨¦todo digital, de d¨ªgitos, propiamente dicho. Y de lo otro, ni hablamos. As¨ª que te dejo, que voy a llamar a Whatever a ver si pueden hacer algo al respecto.
Babelia
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