Zaz, un brillo en la canci¨®n francesa
Hace tres a?os era una desconocida, ahora la joven cantante saborea el ¨¦xito
Hace solo tres a?os, era una perfecta desconocida. Hoy rompe las taquillas en medio mundo. Zaz protagoniza uno de esos raros fen¨®menos medi¨¢ticos para los que no resulta f¨¢cil encontrar explicaci¨®n: ¡°Mi ¨²nico m¨¦rito es haber confiado en m¨ª misma en los momentos clave¡±. Su concierto en el festival de jazz de San Sebasti¨¢n ha sido el primero en agitar el taquillaje. Zaz anda poniendo al punto su espa?ol, por lo que pudiera pasar: ¡°Tengo la percepci¨®n de que en otra vida fui una prostituta espa?ola, y cantaba en un cabaret muy extra?o, y mi abuela me drogaba para que no escapara, y acababa muriendo joven¡±. De ella se cuentan muchas cosas, y no todas ciertas. Un ejemplo, sus presuntos or¨ªgenes como cantante callejera: ¡°Lo que ocurre es que, cuando sali¨® el primer disco, yo estaba cantando en la calle. Pero fue apenas un momento en mi vida¡±.
Con 20 a?os, la todav¨ªa conocida como Isabelle Geffroy asiste a la Misi¨®n local, ¡°una de las educadoras se fij¨® en m¨ª, y me busc¨® una beca para que pudiera estudiar canto. Me dieron una ayuda de 26 mil francos y pude probar todos los estilos, afro cubano, jazz, funky, g¨®spel¡¡±.
¡°Mi ¨²nico m¨¦rito es haber confiado en m¨ª misma¡±, asegura
El siguiente paso, la llevar¨ªa hacia el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s: ¡°Entr¨¦ en un grupo de baile que era como una troupe ambulante, hab¨ªa cantantes y bailarines y las actuaciones duraban de cuatro a cinco horas. Desmont¨¢bamos el escenario y nos volv¨ªamos al autob¨²s a dormir, no hab¨ªa literas, ni camerinos. As¨ª fue durante dos a?os, hasta que empec¨¦ a aburrirme y pens¨¦: me tengo que ir de aqu¨ª. Y me fui¡±. Su destino no podr¨ªa ser otro: ¡°Par¨ªs, la gran ciudad. Mis amigos parisinos me dec¨ªan: 'Olv¨ªdate del sue?o parisino'. Y ten¨ªan raz¨®n. Al principio me sent¨ª muy sola, hasta que conoc¨ª a unos raperos llamados Le Quatre P¡±.
Del rap al cabaret. Durante a?o y medio, la vida de Zaz se tornar¨¢ un ir y venir entre el m¨ªtico Aux Trois Maillets y su domicilio: ¡°Al principio era un sue?o. Estaba cantando en el mismo lugar donde hab¨ªa actuado Nina Simone; sin micr¨®fono, as¨ª, a pelo. Hasta que, de nuevo, sent¨ª que me estaba convirtiendo en una funcionaria de la m¨²sica. Da igual si no puedo pagar el alquiler. Y me fui. Ah¨ª s¨ª, me puse a cantar en la calle. La suerte es que encontr¨¦ un lugar en Montmartre que era una mina. Eran mis canciones y el ritmo tan seductor del jazz manouche: la gente se volv¨ªa loca. Entonces envi¨¦ un myspace a una compa?¨ªa discogr¨¢fica y estall¨® la bomba¡¡±.
El disco ¡ªZaz, editado en 2010¡ª lo cambi¨® todo. Y, con ¨¦l, una canci¨®n: Je veux. Zaz no solo iba a romper algunos records de ventas en su pa¨ªs y lim¨ªtrofes; tambi¨¦n hab¨ªa superado su terror a cantar en p¨²blico. La embajadora del buenrollismo acaba de grabar una nueva versi¨®n de Sous le ciel de Paris¡ªincluida en su ¨²ltimo disco¡ª junto a Pablo Albor¨¢n: ¡°Cuando le vi pens¨¦ que era apenas un ni?o guapo y le ped¨ª en broma que me ense?ara sus abdominales, pero luego me di cuenta de que es un tipo que ha trabajado duro¡±.
Comprometida socialmente, Zaz aspira a vivir plenamente hasta los 650 a?os: ¡°Lo que no voy a ser nunca es una diva vieja y malhumorada¡±. Mientras tanto, le pide al entrevistador un favor: ¡°Si se encuentra con Julio Medem p¨ªdale un papel para m¨ª, aunque sea peque?ito. Estar¨ªa encantada de rodar con ¨¦l¡±.
Babelia
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