En el principio fue Wagner
El festival de Bayreuth arranca su 104? edici¨®n con una producci¨®n de 'Trist¨¢n e Isolda,' dirigida musicalmente por Christian Thielemann y esc¨¦nicamente por Katharina Wagner
Fue en agosto de 1876, pero mantiene toda su vigencia. Richard Wagner cre¨® el modelo de festival musical veraniego del futuro. ?l mismo como ep¨ªtome de lo centroeuropeo y sus dramas musicales como monumentos del arte alem¨¢n. La idea surgi¨® tres d¨¦cadas atr¨¢s, al calor del idealismo revolucionario. El compositor alem¨¢n proyect¨® un teatro sencillo y sin jerarqu¨ªas, inspirado en el modelo greco-romano, donde pudieran escucharse excepcionales representaciones oper¨ªsticas ante un p¨²blico incondicional. Parec¨ªa un sue?o, pero se hizo realidad en Bayreuth. Esta peque?a localidad b¨¢vara se convirti¨® desde entonces en destino de peregrinaci¨®n para los wagnerianos.
El apoyo local junto al mecenazgo del rey Luis II de Baviera permitieron al compositor construir un Festspielhaus, un teatro especialmente dise?ado para representar su tetralog¨ªa El anillo del nibelungo. Ese lugar mantiene todav¨ªa hoy las condiciones visuales y ac¨²sticas ideadas por el propio Wagner: una m¨¢gica combinaci¨®n de lejan¨ªa visual y cercan¨ªa sonora de las voces, con una orquesta invisible escondida bajo una concha que oculta el foso.
Desde 1876, Bayreuth se convirti¨® en destino de peregrinaci¨®n para
Las ¨®peras de Wagner vuelven un verano m¨¢s al Festspielhaus de Bayreuth en la 104? edici¨®n del m¨ªtico festival. En esta ocasi¨®n se conmemora el 150 aniversario del estreno de Trist¨¢n e Isolda con una nueva producci¨®n dirigida musicalmente por Christian Thielemann y esc¨¦nicamente por Katharina Wagner. ?l es el director wagneriano m¨¢s reconocido del momento y ostenta desde hace pocas semanas el cargo de responsable musical del festival. Ella, aparte de bisnieta del compositor, es codirectora del mismo, aunque a partir de septiembre desempe?ar¨¢ su labor en solitario. Thielemann debut¨® aqu¨ª en 2000 dirigiendo unos Maestros cantores de N¨²remberg inolvidables con resabios del pasado. Katharina tuvo su bautismo de fuego siete a?os m¨¢s tarde con la misma ¨®pera, pero con un planteamiento esc¨¦nico abiertamente libre y controvertido. Aparentemente, les separan diferencias irreconciliables, aunque ambos han evolucionado hacia un planteamiento sonoro y visual m¨¢s intimista, que subraya la acci¨®n interior de la obra con un trasfondo esc¨¦nico tan espectacular como el laberinto de escaleras inspirado en il ponte levatoio de Piranesi del primer acto.
La eterna reposici¨®n en Bayreuth de las diez ¨®peras principales de Wagner determina la inclusi¨®n de otras producciones ya estrenadas. En esta edici¨®n se podr¨¢ ver por ¨²ltima vez el Lohengrin de 2010 con direcci¨®n esc¨¦nica de Hans Neufels y musical del debutante Alain Altinoglu. Volver¨¢ el Anillo del nibelungo de 2013 que dirigir¨¢ desde el foso Kirill Petrenko y esc¨¦nicamente Frank Castorf. Y tambi¨¦n El holand¨¦s errante de 2012, con el r¨¦gisseur Jan Philipp Gloger y Axel Kobert como nuevo director musical.
Tampoco faltan este a?o las habituales pol¨¦micas que forman parte de la quintaesencia de este festival, como las luchas de poder protagonizadas por integrantes de los Wagner. Aunque desde 1973 la Fundaci¨®n Richard Wagner de Bayreuth nombra al director del festival, el puesto sigue como siempre en manos de un familiar del compositor saj¨®n. En la actualidad, y tras la retirada del ya desaparecido Wolfgang Wagner en 2008, ese puesto lo ocupan sus hijas de matrimonios diferentes, Eva Wagner-Pasquier y Katharina Wagner. Precisamente, la primera dejar¨¢ la codirecci¨®n del festival en septiembre por razones poco claras y ello ha generado todo tipo de especulaciones maliciosas.
En lo musical tambi¨¦n ha habido controversia. En esta edici¨®n se limita al choque de batutas protagonizado por Christian Thielemann y Kirill Petrenko, debido a la designaci¨®n del ¨²ltimo como pr¨®ximo titular de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn. Thielemann era uno de los nombres que sonaba con m¨¢s fuerza para la orquesta berlinesa y su reciente nombramiento como director musical del Festival de Bayreuth ha sido visto mal¨¦volamente como un premio de consolaci¨®n. En medio de esta tormenta, la soprano Anja Kampe, vinculada afectivamente con Petrenko, rehus¨® cantar el papel de Isolda por unas supuestas desavenencias con Thielemann durante los ensayos. Y es que en esta edici¨®n el rol de la princesa irlandesa parece gafado, pues inicialmente estuvo destinado a la holandesa Eva-Maria Westbroek y finalmente lo ha cantado Evelyn Herlitzius, aunque la soprano alemana necesit¨® ser sustituida durante el ensayo general por la americana Linda Watson.
El 150 aniversario de Trist¨¢n e Isolda, trae una producci¨®n de Christian Thielemann
y Katharina Wagner
Todos estos elementos se combinan con rituales y tradiciones bien conocidas de este festival. El inicio de las funciones a las cuatro de la tarde con largos entreactos de una hora para debatir o cenar con tranquilidad, que ya dispuso el propio Wagner, y que prolongan el final de la representaci¨®n en ocasiones hasta las diez de la noche o incluso m¨¢s. El sistema de avisos del inicio de cada acto, que se realiza desde el balc¨®n de la fachada principal del teatro por medio de una fanfarria de los metales de la orquesta con alg¨²n motivo del acto que se va a escuchar. La elegante indumentaria del p¨²blico, que combina la etiqueta con el tracht o traje t¨ªpico b¨¢varo. Y especialmente toda la parafernalia del d¨ªa del estreno, que cont¨® ayer con la presencia de personalidades de la cultura y la pol¨ªtica alemana encabezadas por la canciller, Angela Merkel.
Pero hay otros elementos menos atractivos tambi¨¦n aqu¨ª caracter¨ªsticos, como por ejemplo la espera de varios a?os para poder conseguir entradas, la incomodidad de los asientos o la ausencia de aire acondicionado. Todo ello por el placer de escuchar una ¨®pera de Richard Wagner en condiciones similares a las experimentadas por nuestros antepasados de finales del siglo XIX.
Una ciudad entregada a su ¨ªdolo
Bayreuth es una ciudad que vive estos d¨ªas completamente volcada con Wagner. Hasta la tienda m¨¢s sencilla trata de celebrar a su manera el arranque de una nueva edici¨®n del festival wagneriano. Aparte del estreno de Parsifal f¨¹r Kinder, que culmina el proyecto impulsado por Katharina Wagner de acercar la obra de su bisabuelo a ni?os de 8 a 12 a?os, en la ma?ana de ayer se celebr¨® el tradicional concierto frente a la tumba de Wagner, situada en el jard¨ªn de la villa Wahnfried, donde miembros del Coro y Orquesta del Festival interpretaron el final de Lohengrin. Precisamente, hoy abre al p¨²blico el museo del compositor ubicado en la referida villa Wahnfried, la ultima casa del compositor, tras tres a?os en los que ha sido completamente renovado. Por ejemplo, se ha restaurado completamente el exterior e interior a partir de las fotos originales, que han permitido recuperar tambi¨¦n el mobiliario y la pintura de cada estancia. La restauraci¨®n ha ido m¨¢s all¨¢ al a?adir dos ubicaciones adicionales a ambos lados de la casa Wahnfried: la casa de su hijo Siegfried, que incluye el domicilio donde se aloj¨® Hitler durante la etapa m¨¢s vergonzante de la historia de los Wagner, y un nuevo y moderno archivo-museo que alberga todas las fuentes del compositor. Entre las estancias nuevas y renovadas destaca asimismo la nueva sala dedicada al aut¨®grafo de Trist¨¢n e Isoldaque puede contemplarse frente a un busto del compositor en un ambiente casi religioso.
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