La fiesta de los toros, un chollo para el Estado
El proyecto de los Presupuestos Generales no incluye ninguna partida para la tauromaquia
Al margen de gustos, todos leg¨ªtimos, radicales posturas antitaurinas y la denunciable desidia de quienes viven del negocio, el trato que la fiesta de los toros recibe del Gobierno no tiene nombre. O s¨ª: una verg¨¹enza.
El proyecto de los Presupuestos Generales del Estado no incluye ninguna partida para la tauromaquia, pero aquel s¨ª recibe mucho dinero del espect¨¢culo taurino. O sea, un chollo. La tauromaquia, guste o no guste, ingresa v¨ªa impuestos muchos millones de euros en hacienda y no recibe nada.
?Acaso lo ha recibido alguna vez? Nunca, pero desde noviembre de 2013 est¨¢ en vigor una ley? que regula la tauromaquia como patrimonio cultural, y que en su art¨ªculo 5 se?ala que "es competencia de la Administraci¨®n General del Estado garantizar su conservaci¨®n y promoci¨®n, y, para ello, el Gobierno desarrollar¨¢ un Plan Nacional, -ya aprobado- en el que se recoger¨¢n medidas de fomento y promoci¨®n de la tauromaquia". Pero, ?c¨®mo se va a poner en marcha un programa de mejora del toro de lidia o de formaci¨®n de presidentes, delegados y veterinarios o de acondicionamiento de las plazas de toros, como recoge el citado plan, si no hay un euro?
En fin, que la ley es un brindis al sol, una catarata de bonitas palabras, pero huecas de contenido. Quede clara, no obstante, una cuesti¨®n de partida: la tauromaquia es una actividad perfectamente legal en este pa¨ªs, y "forma parte del patrimonio cultural, digno de protecci¨®n en todo el territorio nacional", seg¨²n aprob¨® el Parlamento. Y ese amparo p¨²blico exige que se le asigne una partida presupuestaria, en igualdad de condiciones con las dem¨¢s manifestaciones culturales reconocidas.
Sirva, al menos, esta desagradable cuesti¨®n para zanjar, de una vez por todas, el controvertido asunto de las subvenciones: injustamente y en contra del sentido com¨²n, los toros no reciben un duro de los Presupuestos Generales del Estado.
?C¨®mo es, entonces, que algunos Ayuntamientos han decidido suspender la partida econ¨®mica que cada a?o dedican a los festejos taurinos que se celebran con motivo de la fiesta local? La acordaban por su l¨®gico inter¨¦s en que las m¨¢s reconocidas figuras se anunciaran en el pueblo, del mismo modo que se asignan partidas para que un cantante famoso sustituya a la pachanga del pueblo de al lado. Es decir, los Ayuntamientos no han subvencionado los festejos taurinos, sino el prestigio de su propia fiesta local, y el l¨®gico deseo de los lugare?os de ver en persona a los grupos de m¨²sica y toreros m¨¢s importantes.
Y otro asunto: alguien puede pensar que el Estado no asigna ninguna partida porque las competencias taurinas est¨¢n transferidas a las Comunidades Aut¨®nomas. He aqu¨ª una verdad a medias. Por un lado, el Estado ha adquirido responsabilidades con la tauromaquia, derivadas de la ley 18/2013 de 12 de noviembre para su regulaci¨®n como patrimonio cultural. Y por otro, las Autonom¨ªas y las Diputaciones tampoco cumplen con su cometido.
Seg¨²n datos ofrecidos por Juan Medina, profesor de Teor¨ªa Econ¨®mica de la Universidad de Extremadura, solo cuatro gobiernos auton¨®micos (Andaluc¨ªa, Valencia, Arag¨®n y Madrid) dedican presupuesto a los toros; y entre los cuatro re¨²nen tres millones de euros, que viene a ser el 0,34% de la inversi¨®n regional en cultura. Y de las 41 diputaciones provinciales, solo 11 dedican en total 2,4 millones de euros, el 2,8% del presupuesto cultural de los organismos provinciales. En conclusi¨®n: que la tauromaquia recibe 5,4 millones de euros, que es el 0,46 por ciento de lo presupuestado para cultura.
Valgan, por ¨²ltimo, algunos datos que hablan por s¨ª solos del valor econ¨®mico de la fiesta:
-Seg¨²n el profesor Medina, la tauromaquia gener¨® de forma directa en el a?o 2013 282,4 millones de euros, de los cuales 59,3 millones fueron ingresados en Hacienda en concepto de IVA.
-Seg¨²n el Ministerio de Cultura, 10.194 personas est¨¢n inscritas como profesionales taurinos, entre los que no figuran vaqueros, conductores, taquilleros, impresores, acomodadores y dem¨¢s actividades laborales relacionadas con los toros.
-En 2014 se celebraron en Espa?a 1.868 festejos, de los cuales 398 fueron corridas de toros.
-Un informe de ANOET (Asociaci¨®n Nacional de Organizadores de Espect¨¢culos Taurinos) afirma que el producto generado por la fiesta en distintos sectores econ¨®micos ascendi¨® en 2014 a m¨¢s de 3.550 millones de euros.
No se trata de comparar los datos de los toros con los de otras actividades culturales (cine, teatro, m¨²sica, etc), a las que la fiesta supera ampliamente en n¨²mero de espectadores, facturaci¨®n e impuestos, sino en destacar que hay varios millones de espa?oles que son aficionados a los toros, mantienen con su dinero una tradici¨®n y una actividad econ¨®mica y solo reciben migajas de las administraciones p¨²blicas.
Los antitaurinos son una minor¨ªa y no pagan un euro, pero, al parecer, tienen asustados al Gobierno; los aficionados, por el contrario, tienen motivos para estar temerosos de quienes deciden el reparto del dinero de todos.
En fin, una tremebunda y vergonzosa injusticia basada en un flagrante incumplimiento de la ley.
Dicho de otro modo: la fiesta de los toros es un chollo para el Estado, acomplejado ante los enemigos de la fiesta, e implacable con quienes no hacen m¨¢s que mantener un patrimonio cultural as¨ª reconocido por el propio Estado. Incre¨ªble¡
Babelia
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