Tres orejas de poco peso y ausencia de toreo en la feria de San Sebasti¨¢n
Los toros de Garcigrande, terciados, de poca seriedad en las cabezas, sin raza ni fuerza
Con una oreja por torero, y las tres de muy generosa petici¨®n y concesi¨®n, se cerr¨® la segunda corrida de la Semana Grande de San Sebasti¨¢n, deslucida por la falta de raza y fuerza de unos toros con los que los actuantes pusieron m¨¢s voluntad que logros evidentes.
Con tres cuartos de entrada, se lidiaron dos toros, despuntados para rejoneo, de Ferm¨ªn Boh¨®rquez, bien presentados, nobles y de muy escasas energ¨ªas. Y cuatro de Garcigrande, terciados y de poca seriedad en las cabezas, de juego deslucido por falta de raza y de fuerzas.
El rejoneador Hermoso de Mendoza: rejonazo trasero contrario (silencio); rejonazo trasero contrario (oreja); El Juli: estocada ca¨ªda muy trasera (oreja); estocada trasera ca¨ªda (ovaci¨®n), y Miguel ?ngel Perera: estocada trasera desprendida (ovaci¨®n) y estocada baja (oreja tras aviso).
Otra tarde m¨¢s se ech¨® en falta el buen toreo, el de la faena rotunda, para animar como merece la vuelta de las corridas de toros a San Sebasti¨¢n.
Hubo, eso s¨ª, orejas para los tres actuantes de la terna, el rejoneador Hermoso de Mendoza y los matadores El Juli y Miguel ?ngel Perera, pero ninguna de ellas tuvo mayor peso espec¨ªfico que el de un premio de consolaci¨®n.
Abri¨® plaza el jinete navarro, que tuvo un lote del hierro de Ferm¨ªn Boh¨®rquez absolutamente inv¨¢lido, dos toros nobles y de buena presencia pero sin energ¨ªa alguna y afligidos a la m¨ªnima persecuci¨®n de los caballos.
Hermoso de Mendoza tuvo en todo momento que sostener las endebles embestidas de ambos; galop¨® de manera templada para no forzarlas y manej¨® las riendas con sutileza. Logr¨® as¨ª momentos de cierto lucimiento, aunque perdieron vigencia cuando fall¨® varias veces al clavar banderillas al final de la faena a su primero. En cambio, un remate m¨¢s espectacular sobre el valiente Pirata, con un par de cortas a dos manos, fue suficiente para que se le pidiera, y concediera, la oreja del otro.
Antes ya le hab¨ªan dado otra de similar cariz a El Juli por una faena tesonera con el primer toro de Garcigrande, al que, a pesar de su falta de clase, el madrile?o encel¨® en la muleta en unas cuantas tandas de toreo en paralelo, hasta que el animal acab¨® aburri¨¦ndose.
La defectuosa estocada con que remat¨® el trasteo no fue ¨®bice para que El Juli paseara un trofeo que no pudo conseguir en el otro astado de su lote, un animal desclasado tambi¨¦n, pero adem¨¢s pegajoso y molesto, con el que nunca lleg¨® a sacar nada en claro pese a su vano empe?o.
El trofeo que pase¨® Perera lleg¨® ya a final de corrida, pues el tercer toro, con el que el tercio de varas fue un triste simulacro, no tuvo apenas fuerzas para aceptar las muchas exigencias del concepto del extreme?o.
En cambio, el sexto, el m¨¢s rematado de carnes de la corrida, tuvo m¨¢s aguante dentro de esa generalizada falta de raza de la corrida. Perera estuvo con ¨¦l firme y seguro, y aguant¨® con quietud su mal estilo defensivo.
Oreja para Luque en Dax
El torero sevillano Daniel Luque salv¨® a ¨²ltima hora la tarde en la ciudad francesa de Dax, gracias a la oreja que pase¨® del ¨²ltimo toro de una corrida decepcionante por falta de fondo de la ganader¨ªa de Antonio Ba?uelos.
Con casi lleno en los tendidos, se lidiaron toros de Antonio Ba?uelos, por debajo de la expectaci¨®n que hab¨ªa por su buena temporada pasada. Corrida sin fondo y deslucida. El quinto tuvo mayor transmisi¨®n, pero tambi¨¦n poca clase.
Enrique Ponce, silencio y silencio; Iv¨¢n Fandi?o, silencio y vuelta al ruedo y Daniel Luque, ovaci¨®n y oreja tras aviso.
Gran tarde de toros en Beziers
Una gran tarde de toros se vivi¨® en la ciudad francesa de Beziers, con los diestros Juan Bautista, Sebasti¨¢n Castella y Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares como grandes protagonistas, que se repartieron un total de siete orejas.
Con casi lleno se lidiaron cuatro toros de Garcigrande, el tercero como sobrero, y dos -primero y sexto- de Domingo Hern¨¢ndez, aceptablemente presentados y manejables en distintos grados.
Juan Bautista, oreja tras aviso y oreja tras aviso; Sebasti¨¢n Castella, oreja tras aviso y dos orejas, y Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares, silencio y dos orejas tras aviso.
Babelia
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