Ellas pintan mucho
Las ilustradoras arrasan con libros que caricaturizan la vida cotidiana propia o cercana El fen¨®meno, que explot¨® en Internet, es un man¨¢ para el estrangulado mercado editorial
Si un d¨ªa Agustina Guerrero, por esas cosas tontas de la vida, se encuentra a los ladrones que entraron en su piso y se llevaron ilustraciones y tecnolog¨ªas, excepto un viejo cacharro inform¨¢tico donde almacenaba una serie de dibujos protagonizados por La Vol¨¢til, podr¨ªa abrumarles con un libro dedicado. ¡°Si no me hubiesen robado, no estoy segura de que hubiese mostrado aquellos dibujos¡±, recuerda ahora. Las congojas de La Vol¨¢til son un ¨¦xito de masas. En Facebook superan el medio mill¨®n de admiradores. En el mundo f¨ªsico, tan depreciado pese a que traduce la admiraci¨®n en ingresos (los dibujantes tambi¨¦n comen), el libro Diario de una vol¨¢til (Lumen) va por la sexta reimpresi¨®n, m¨¢s de 20.000 ejemplares vendidos en un a?o y distribuci¨®n en diez pa¨ªses. El segundo, La Vol¨¢til. MammaM¨ªa!, diario gr¨¢fico de sus vicisitudes de embarazada, est¨¢ en la calle desde primavera y con ganas de repetir el ¨¦xito del anterior (tres reimpresiones, unos 10.000 ejemplares).
El caso de Agustina Guerrero (Chacabuco, Argentina, 1982) no es ¨²nico. Junto a ella se expanden tanto en la Red como en la realidad las obras de Alejandra Lunik (otra argentina aunque nacida en Chile, otra evidencia de la inagotable cantera creativa en la patria de Quino, Maitena o Liniers), Sara Fratini, Paula Bonet o Sara Herranz. Tendencia, fen¨®meno, moda, ll¨¢mese como se quiera, lo cierto es que arrasan con caricaturas de sus propias vidas o de las observadas. Las autoras se sacuden demonios, ajustan cuentas y coquetean con personajes que conocen a fondo porque en el fondo tal vez son ellas. Y sus pifias, aciertos, miedos, gracias y desgracias son compartidas por miles y miles de seguidores.
En el mundo l¨ªquido de Internet, el term¨®metro de los me gusta se dispara en las p¨¢ginas de Facebook de Agustina Guerrero (524.775), Alejandra Lunik (310.904), Sara Herranz (92.363) o Sara Fratini (70.617). En el mundo s¨®lido de la imprenta, donde las tiradas medias de una novela han ca¨ªdo hasta igualar las de un c¨®mic (alrededor de 2.000), sus libros se despachan con alegr¨ªa, disputando espacio a cualquier best-seller en las tiendas del aeropuerto. ¡°Todo esto ha sido posible gracias a las redes sociales. Aunque siempre ha habido mujeres creando, con las redes se ven m¨¢s. Y hay un c¨ªrculo de seguidores, que m¨¢s all¨¢ de tener las ilustraciones disponibles en Internet, quiere tenerlas en papel¡±, defiende Sara Fratini, autora de La buena vida (Lumen), que agot¨® su primera tirada de 4.000 ejemplares al mes ¡ªfebrero¡ª de la edici¨®n.
El libro de Fratini (Puerto Ordaz, Venezuela, 1985) es una antolog¨ªa de vi?etas autoconclusivas, protagonizadas por una mujer optimista con ca¨ªdas regulares en la duda. ¡°A veces soy yo, a veces no. Yo soy muy insegura y estos dibujos son una forma de darle la vuelta a esa inseguridad¡±, cuenta por tel¨¦fono desde Italia, donde dirige el festival de cine de La Guarimba, en la localidad calabresa de Amantea. ¡°Una de las cosas que he visto en com¨²n en este grupo de autoras es que dibujan la vida cotidiana¡±, a?ade Fratini, que estudi¨® Bellas Artes en Madrid.
Escriben y dibujan pegadas al ahora. ¡°Que la vida es demasiado corta para no besar con lengua¡±, proclama un personaje en la novela gr¨¢fica Todo lo que nunca te dije lo guardo aqu¨ª (Lunwerg). Su autora, Sara Herranz (La Laguna, 1986), dese¨® ser periodista hasta que la crisis ¡ªse licenci¨® en 2009 en Comunicaci¨®n Audiovisual¡ª se encarg¨® de retorcerle el camino. ¡°El dibujo fue una v¨¢lvula de escape. Se convirti¨® en una forma de liberarme, de expresar que no estamos solos, que todos sufrimos de manera parecida y al final lo ¨²nico que nos queda es ser fieles a nosotros mismos¡±, reflexiona por correo electr¨®nico. Estren¨® un diario-blog ilustrado, que poco a poco se fue llenando de seguidores hasta que un d¨ªa un editor de Random House le pidi¨® que ilustrase la portada de la novela Un buen chico, de Javier Guti¨¦rrez.
Otro buen d¨ªa, mientras tomaba el primer caf¨¦, recibi¨® un correo con dos frases. La segunda dec¨ªa as¨ª: ¡®?Hacemos un libro?¡¯. ¡°Recuerdo quedarme mirando la pantalla del ordenador un buen rato incr¨¦dula. Fue como si volviese a ser una ni?a el d¨ªa de Navidad¡±. Su obra, que va por la tercera reimpresi¨®n (sali¨® este a?o), expone un territorio ¨ªntimo. ¡°Escribo sobre mi universo y en ese sentido hay mucho de m¨ª en mis historias. S¨ª que me gusta jugar con la l¨ªnea que separa la ficci¨®n de la realidad¡±, sostiene.
Alejandra Lunik (Santiago de Chile, 1973) es caso aparte. Acaba de sacar a la calle Lola (Lumen), su primer libro como autora total ¡ªguion y dibujo¡ª, pero su trayectoria abarca m¨¢s de dos d¨¦cadas en la ilustraci¨®n profesional, numerosos t¨ªtulos infantiles y varias exposiciones individuales (Buenos Aires, M¨¹nster, Washington). Hasta llegar aqu¨ª, pas¨® de todo. ¡°Cuando empec¨¦ algunos chicos que hac¨ªan fanzines me dec¨ªan que no pod¨ªa publicar porque era mujer. O tambi¨¦n encontr¨¦ comentarios que dec¨ªan ¡®dibuj¨¢s muy bien, dibuj¨¢s como un hombre¡±. Ahora la ¨²ltima revelaci¨®n (en Espa?a) del l¨¢piz argentino, Liniers, se rinde a su l¨¢piz: ¡°Alejandra hace algo que no es tan com¨²n: dibuja gracioso y dibuja bien¡±.
¡°No. Yo no soy Lola¡±, zanja Lunik sobre su protagonista. O no solo. ¡°Todos los personajes tienen algo de m¨ª o caracter¨ªsticas de gente que me rodea. Estoy en todos¡±, a?ade por tel¨¦fono desde su casa de Buenos Aires. Tambi¨¦n en La Hormona Asesina, que caricaturiza los subidones y bajones femeninos de la menstruaci¨®n. ¡°Con mis amigas siempre hab¨ªa comentarios de c¨®mo se sent¨ªan y quer¨ªa encontrar la manera de representarlo. El tema del s¨ªndrome premenstrual fue usado primero como un arma en nuestra contra. Yo creo que esa pulsi¨®n animal que tenemos y que ten¨ªa que representar de alguna manera, tiene cosas negativas y alguna positiva¡±, explica Lunik, que tiene previsto completar una trilog¨ªa con Armando, la pareja de Lola, y La Hormona Asesina.
Elena Odriozola (San Sebasti¨¢n, 1967) acumula m¨¢s de un centenar de libros ilustrados. Su estilo, m¨¢s pict¨®rico, nada tiene que ver con las anteriores. Pero su ¨²ltimo hito apuntala el momento de gloria que viven las autoras en Espa?a. Este a?o recibi¨® el Premio Nacional de Ilustraci¨®n. Es la tercera mujer que lo consigue desde que se cre¨® en 2008.
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