Un gran toro y la actitud de Javier Jim¨¦nez, lo mejor de Las Ventas

Un gran toro de Santiago Domecq, de nombre Aviador, fue lo m¨¢s destacado de la corrida celebrada en Las Ventas, en el d¨ªa de la Virgen de la Paloma, con el que el confirmante Javier Jim¨¦nez s¨®lo lleg¨® a dar una vuelta al ruedo, super¨¢ndose en el sexto con una faena de notable actitud, que le vali¨® una oreja.

Con un cuarto de entrada, se lidiaron cinco toros de Santiago Domecq y uno -el segundo- de Ana Mar¨ªa Boh¨®rquez, bien presentados, serios y con imponentes arboladuras, y de los que sobresali¨® el gran primero, de nombre Aviador, un dechado de bravura y clase, fuertemente ovacionado en el arrastre. Tambi¨¦n fue muy toreable, el quinto; y con mucha transmisi¨®n el sexto, aplaudidos ambos.

Carlos Escolar Frascuelo: pinchazo, media y descabello (ovaci¨®n tras aviso); y pinchazo y media atravesada (silencio); ?ngel Teruel: tres pinchazos y media (silencio); y casi entera (divisi¨®n al saludar), y Javier Jim¨¦nez, que confirmaba alternativa: estocada tendida y ca¨ªda (aviso y vuelta al ruedo tras petici¨®n insuficiente); y casi entera tendida y trasera (oreja tras aviso).

La tradicional corrida del d¨ªa de la Virgen de la Paloma en Madrid dej¨® en la retina del buen aficionado la extraordinaria condici¨®n de un toro de Santiago Domecq, uno de los mejores de lo va de temporada en la capital por bravura, clase y emoci¨®n en sus incansables y repetidoras embestidas. Un toro para so?ar el toreo.

Tambi¨¦n la actuaci¨®n del confirmante Javier Jim¨¦nez, apoyada en la actitud y el valor, le valieron para cortar una oreja del sexto toro.

Serio y hondo fue ese Aviador, toro de la ceremonia de confirmaci¨®n de Javier Jim¨¦nez, que, pese a que no se emple¨® de salida, derrib¨® en los dos encuentros con el caballo, colocando muy bien la cara en el capote del lidiador Alejandro Sobrino.

El toro fue de l¨ªo gordo en la muleta, de prontas, repetidoras y enclasadas embestidas, empujando los enga?os por abajo y, haciendo honor a su nombre, ¡®hizo el avi¨®n por los dos pitones. Jim¨¦nez tard¨® en cogerle el aire, al principio por torear un tanto a la defensiva sobre la diestra, sin acabar de cre¨¦rselo. Pero fue cambiar de mano y la faena subi¨® de nivel, con naturales de exquisito y cadencioso trazo, de muy buena ejecuci¨®n.

Pero la sensaci¨®n final fue que el toro, de dos orejas, no acab¨® de ser aprovechado convenientemente. De ah¨ª que tuviera m¨¢s peso la ovaci¨®n al toro en el arrastre que la que recibi¨® el torero en la vuelta al ruedo.

El sexto fue un toro con transmisi¨®n, con el que Jim¨¦nez, que al principio anduvo un poco a la deriva por falta de mando, se super¨® a base de disposici¨®n y actitud, muy metido y comprometido en la faena, que terminar¨ªa yendo a m¨¢s, hasta el punto de cortar una oreja, premio al valor y la actitud mostrados.

El veterano Frascuelo, de 67 a?os, volv¨ªa al cabo de tres a?os a ¡®su¡¯ plaza de Madrid, la que tanto le quiere, y as¨ª se lo volvieron a hacer saber con la calurosa ovaci¨®n que le tributaron al finalizar el pase¨ªllo.

No tuvo suerte en su primero, un toro renqueante de los cuartos traseros, que, precisamente por eso, se defendi¨®. El madrile?o dej¨® pinceladas sueltas del concepto puro y de otra ¨¦poca que atesora, pero sin lograr estructurar nada del otro mundo a pesar del largo tiempo que estuvo intent¨¢ndolo.

En el quinto pareci¨® que¡­ Fueron en las probaturas de muleta, con Frascuelo dobl¨¢ndose por abajo con torer¨ªa y un aroma... Mas todo fue un espejismo, pues cuando trat¨® de ponerse por el derecho, el animal le comi¨® la moral al tirarle un par de tarascadas, que le hicieron desistir enseguida.

No tuvo material propicio ?ngel Teruel en su primer turno, con un toro muy condicionado por su falta de raza, lo que le imped¨ªa tomar los enga?os hasta el final, durmi¨¦ndose a mitad de cada pase. Tampoco Teruel fue capaz de poner la chispa necesaria a una faena fr¨ªa y de lo m¨¢s anodina.

La misma impresi¨®n de fragilidad y pocas ideas dio Teruel en el quinto, un toro que se movi¨®, a¨²n sin humillar. Le falt¨® al torero quietud y confianza, perdi¨® demasiados pasos, y no se hizo due?o de la situaci¨®n en ning¨²n momento.