El cine ¡®blanquea¡¯ la lucha gay
Colectivos de transexuales negros y latinos llaman al boicot del filme de Emmerich sobre las revueltas en el bar Stonewall, en Nueva York, donde naci¨® el movimiento LGTB
El pasado 26 de junio, el Tribunal Supremo de Estados Unidos legaliz¨® el matrimonio gay en todo el pa¨ªs. Minutos despu¨¦s del anuncio, en Nueva York, decenas de personas se reun¨ªan para celebrarlo en la puerta del n¨²mero 53 de Christopher Street, en el bar Stonewall Inn, que esa semana hab¨ªa sido declarado lugar emblem¨¢tico de la ciudad. En el mismo lugar, dos d¨ªas despu¨¦s, durante la fiesta del Orgullo Gay, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, oficiaba su primera boda entre dos hombres tras la legalizaci¨®n, exactamente 46 a?os despu¨¦s de que en esa misma fachada se encendiera la chispa de la lucha del movimiento del colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB).
¡°Donde el Orgullo naci¨®¡± dice el eslogan de Stonewall, la pel¨ªcula que el director alem¨¢n Roland Emmerich (Independence Day) ha rodado sobre las revueltas de aquella madrugada del 28 de junio de 1969 en el bar de Nueva York, cuando se enfrentaron a la polic¨ªa y dijeron basta a las redadas habituales, arrestos y maltratos. Despu¨¦s de volar por los aires la mitad del mundo en su filmograf¨ªa, Emmerich, abiertamente gay, dice haber hecho una de sus pel¨ªculas m¨¢s especiales. En febrero de este a?o, GLAAD (la Alianza contra la difamaci¨®n de gays y lesbianas), entregaba al cineasta un premio por su lucha p¨²blica a favor de la igualdad. ¡°Ahora, con el estreno pr¨®ximo de Stonewall, millones de espectadores alrededor del mundo ver¨¢n el da?o de la discriminaci¨®n contra el colectivo LGTB y aprender¨¢ sobre las hist¨®ricas revueltas que cambiaron para siempre la igualdad en Am¨¦rica¡±, dijo su presidenta, Sarah Kate Ellis.
Pero la semana pasada, tras el estreno del primer tr¨¢iler de la pel¨ªcula, las cr¨ªticas y el enfado no tardaron en llegar a la Red al ver que el actor Jeremy Irvine aparec¨ªa como centro de la historia de la revuelta, lanzando incluso el primer ladrillo contra la fachada del Stonewall en aquella noche hist¨®rica. ¡°Me sent¨ª frustrado cuando lo vi. Las revueltas de Stonewall son el coraz¨®n del movimiento gay, y los gays y transexuales de color tuvieron un papel muy fuerte en aquellos acontecimientos¡±, explica por correo electr¨®nico Pat Cordova-Goff, una estudiante transg¨¦nero de color de 18 a?os que inici¨® un boicot en Internet tras el estreno del tr¨¢iler. ¡°?Un hombre blanco cisg¨¦nero como personaje central? Parece una forma de borrar las historias de gays y trans de color para hacerlo m¨¢s atractivo para la gran pantalla¡±, asegura.
Su campa?a, iniciada el 5 de agosto, ya est¨¢ a punto de conseguir las 25.000 firmas que ped¨ªa para reclamar a Hollywood que ¡°no blanquee ni elimine a los transg¨¦nero¡± de la historia. Lo mismo exige la petici¨®n iniciada por otra usuaria, a punto de llegar tambi¨¦n a su objetivo de 25.000 firmas, en la que reclama adem¨¢s a los cines la programaci¨®n, junto al filme de Emmerich, ¡°de una segunda pel¨ªcula que refleje la verdadera diversidad de la comunidad LGTB¡±, como ¡°el documental Paris is burning¡±.
Protagonistas fictios
Las quejas no solo se refieren a ese blanqueamiento de los protagonistas de la historia, es que directamente no incluye a quienes de verdad comenzaron la lucha. Tanto el personaje que interpreta Jeremy Irvine como al que da vida Jonathan Rhys-Meyers son ficticios. ¡°Esto ser¨ªa una elecci¨®n peculiar por s¨ª sola, pero parece que se olvidaron tambi¨¦n de incluir a muchos de los protagonistas reales de las revueltas de Stonewall, como Sylvia Rivera, Tammy Noval, o Miss Mayor, artistas drag, mujeres transg¨¦nero y mujeres de color¡±, dice Julie R. en su petici¨®n en Internet. La lesbiana Storm¨¦ De Larverie y la activista bisexual Brenda Howard ¡ª¡°que cre¨® el primer desfile del orgullo tras las revueltas¡±¡ª, tampoco aparecen por ahora en los cr¨¦ditos. Solo Ray Castro y la popular drag queen y activista Marsha P. Johnson salen en el tr¨¢iler.
Como todos los bares gays del Greenwich Village, el Stonewall sufr¨ªa redadas regulares de la polic¨ªa en los sesenta. Ser gestionado por la mafia y convocar popularmente al colectivo LGTB lo convert¨ªa en un objetivo f¨¢cil en una ¨¦poca en la que la homofobia estaba amparada por la ley. En esas redadas, la polic¨ªa pon¨ªa a los clientes del bar contra la pared, y arrestaba y abusaba sin raz¨®n. En la noche del 28 de junio de 1969, la batida fue algo m¨¢s fuerte de lo habitual y todos aquellos que no fueron detenidos iniciaron una respuesta violenta que llev¨® a horas de luchas en la calle. Y Marsha P. Johnson es a menudo reconocida como la que lo inici¨®, seguida de Rivera y Miss Major.
Ante la fuerte respuesta, Roland Emmerich escribi¨® en su Facebook que esta pel¨ªcula, que se estrena en Estados Unidos el 25 de septiembre, ¡°es un acto de amor¡± para ¨¦l. ¡°Cuando llegue a los cines la audiencia ver¨¢ que honra profundamente a todos los activistas reales ¡ªincluyendo Marsha P. Johnson, Sylvia Rivera y Ray Castro¡ª y toda la gente valiente que desat¨® el movimiento de los derechos civiles que contin¨²a hoy¡±.
Militancia en las pantallas
Al contrario que el habitual reflejo de las militancias en el cine, las pel¨ªculas sobre activistas por los derechos del mundo LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) no suelen pecar de hagiograf¨ªas y muestran, como en la miniserie de HBO The normal heart, adaptaci¨®n de la obra teatral de Larry Kramer, las luces y las sombras de tipos devenidos, a menudo a su pesar, en ejemplos para otros.
Entre otros filmes, est¨¢n Mi nombre es Harvey Milk, sobre el primer homosexual elegido para un cargo p¨²blico en los Estados Unidos; Antes que anochezca, el biopic del poeta cubano Reinaldo Arenas; Pride, que acierta en su tono c¨®mico al ilustrar el inusual apoyo de unos militantes de los derechos gays a los mineros en huelga en el Reino Unido de Margaret Thatcher; el telefilme Oraciones para Bobby, que refleja la lucha de Mary Griffith, cuyo hijo homosexual se suicid¨® debido a la intolerancia religiosa; la primera Stonewall (1995), que aunque sea una obra de ficci¨®n reconstruye de manera fehaciente el ambiente de aquel verano de 1969, cuando los clientes del bar neoyorquino se cansaron de los malos tratos policiales, y las diversas biograf¨ªas de artistas gays como Basquiat (sobre Jean Michel Basquiat); El amor es el demonio (Francis Bacon); Wilde; Lorca, muerte de un poeta y Muerte en Granada (Federico Garc¨ªa Lorca) o Historia de un crimen y Capote (Truman Capote).
Otros homosexuales famosos, como el cient¨ªfico Alan Turing, han tenido suerte desigual: por cada The Imitation Game hay otra Enigma que cambia la orientaci¨®n sexual del protagonista.
¡°Todos somos iguales en nuestra lucha por la aceptaci¨®n¡±, concluye Emmerich. Sin embargo, no todo el mundo parece estar de acuerdo. La transexual Miss Major, de las pocas participantes de las revueltas a¨²n viva, denunciaba tambi¨¦n estos d¨ªas el blanqueamiento de la pel¨ªcula. La apropiaci¨®n del movimiento por los hombres blancos gays no es un caso aislado, se quejaba, sino una pr¨¢ctica habitual: ¡°Como ahora se pueden casar, son tan buenos como la gente heterosexual. El progreso para nosotros ha sido m¨ªnimo¡±.
La historia de Stonewall se ha formado a trav¨¦s de m¨²ltiples versiones, algunas tan poco contrastadas que hasta llegaron a decir que la muerte de Judy Garland d¨ªas antes fue el detonante. Y Larry Kramer, conocido activista gay y autor de la obra teatral adaptada por la HBO, The normal heart, se apoy¨® en eso para encender m¨¢s la pol¨¦mica al decirle a Emmerich en su Facebook: ¡°No escuches a los locos¡± y rechazar el boicot a Stonewall. ¡°Por alguna raz¨®n hay un grupo de activistas que insiste en mantener su importancia y participaci¨®n en las revueltas ¡ªescribi¨®¡ª. Por desgracia, no parece haber nadie vivo para decir ¡®no ocurri¨® as¨ª para nada¡¯ o ¡®qui¨¦n narices eres t¨²¡¯. Como pasa tanto en la historia, no hay forma de probar muchas cosas, lo que nos permite a artistas como t¨² (y como yo) tomar esencias e intentar buscar y expresar el significado y la verdad¡±.
Emmerich pide paciencia para ver la pel¨ªcula que tendr¨¢ su premiere mundial en el Festival de Toronto. ¡°Yo la ver¨¦ cuando gente en la que conf¨ªo me diga que es una gran pel¨ªcula, entonces felizmente la apoyar¨¦¡±, dice Cordova-Groff. ¡°Prefiero esperar a ver proyectos como Happy Birthday, Marsha!¡±. Ese documental, sobre la drag queen Marsha P. Johnson, dirigido por Reina Gossett, mujer transg¨¦nero negra, ha visto multiplicarse las ayudas para su financiaci¨®n gracias a este esc¨¢ndalo.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.