Las que saben vivir en paz
En v¨ªsperas de la Segunda Guerra Mundial, dos mujeres realizaron un viaje irrepetible desde Suiza hasta Afganist¨¢n. Una era Ella Maillart, que lo narra en 'El camino cruel'
![La escritora suiza Ella Maillart.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AYLCFEP3KRRQ4P6DO4QFMWDMDI.jpg?auth=4561ee329b75ce235c2357b0dd06c7fa5e45a6872b2c5f8c286b1e741d0689a9&width=414)
?Por qu¨¦ viaja? Le pregunt¨® el psicoanalista a la viajera. ¡°Ando en busca de los que a¨²n saben vivir en paz¡±. La conversaci¨®n entre C. J. Jung y Ella Maillart (Ginegra, 1903-Chandolin, 1997), aventurera y deportista, transcurri¨® en Z¨²rich en 1939, poco antes de que Maillart comenzara un periplo de seis meses en un Ford Roadster Deluxe de 18 caballos, junto a la fil¨®sofa Annemarie Schwarzenbach, que las conducir¨ªa desde Suiza a Afganist¨¢n, pasando por la cordillera P¨®ntica, Bala Murghab, Turquest¨¢n y por fin Kabul. No era su primer viaje, y si a Jung le respondi¨® que andaba en busca de aquellos que viven en paz, Maillart tambi¨¦n escribi¨®: ¡°Mis verdaderos prop¨®sitos, a fin de cuentas, eran adquirir el dominio de m¨ª misma y salvar de s¨ª misma a mi compa?era¡±. Schwarzenbach se hab¨ªa entregado a la morfina y su adicci¨®n la hab¨ªa llevado por distintas cl¨ªnicas y a un viaje interior plagado de demonios. Cuando se embarcaron en la aventura, Annemarie ten¨ªa 30 a?os y aspecto de muchacho adolescente. Maillart escribi¨® El camino cruel a?os despu¨¦s, cuando ya Annemarie hab¨ªa muerto a causa de un est¨²pido accidente de bicicleta. El libro le est¨¢ dedicado (tambi¨¦n Carson McCullers, que estaba enamorada de ella, le dedic¨® Reflejos en un ojo dorado).
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/PXRIIPE22WRNRYOFTWLCMUOITM.jpg?auth=c25b34519771c47e22e7a3f2189250341f045ef98fb71fcd3b66af1aca7b76e4&width=414)
El camino cruel es un libro especial, emocionante, imposible de vivir ahora: resulta impensable ese viaje de dos mujeres solas por Turqu¨ªa, Persia y Afganist¨¢n, fotografiando, describiendo etapas del camino, durmiendo a la intemperie, relacion¨¢ndose con sus habitantes. Dos mujeres que dejaron atr¨¢s un mundo ¡°que sab¨ªamos estaba condenado¡±. Era junio de 1939, los albores de la Segunda Guerra Mundial.
El camino cruel dice de lugares, de historias, tradiciones y de otros viajeros, como Alejandro Magno. Est¨¢ la arquitectura y las comidas y la relaci¨®n de amistad entre ellas y entre aquellos que se cruzaron en su camino, c¨®nsules, comerciantes, funcionarios, n¨®madas¡ Annemarie ser¨¢ Cristina en el libro y Maillart reproducir¨¢ conversaciones, y se se?alar¨¢n paisajes y pa¨ªses y el transporte: ¡°Armenia es fr¨ªa, mon¨®tona e inolvidable¡±. ¡°El cami¨®n y el asno mueren juntos en la carretera. Los he visto uno al lado del otro: el primero, sin ruedas y exhibiendo su coraz¨®n oxidado¡¡±.
Ella Maillart muri¨® en 1997 en Chandolin, la ciudad suiza a la que se traslad¨® en 1946. Vivi¨® y disfrut¨® de manera intensa e incansable y dijo estar satisfecha de ¡°haber abandonado, muy joven a¨²n, la casa natal para seguir la estela del prudente Ulises¡±. El excelente pr¨®logo de Patricia Almarcegui define El camino cruel como el di¨¢logo de Schwarzenbach y Maillart, un trayecto compartido, pero tambi¨¦n el viaje m¨¢s feliz de Maillart. Como ella misma escribi¨®: ¡°Cada detalle tiene la precisi¨®n, no s¨®lo de lo que se ve por vez primera, sino de lo que no puede compararse con nada m¨¢s¡±. Hay que leerlo y sentir ese viaje.
El camino cruel. Ella Maillart. Traducci¨®n de Francesc Payarols i Casas.L¨ªnea del Horizonte. Madrid, 2015. 322 p¨¢ginas. 23 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.