El Rollo remasterizado

A mediados de los a?os setenta, el incomprendido nuevo rock espa?ol intentaba salir del underground al que parec¨ªa condenado sin infraestructuras que lo sustentaran. Inicialmente, el sello Gong, filial de Movieplay dirigida por Gonzalo Garc¨ªa-Pelayo, ech¨® una mano lanzando el ¨¢lbum colectivo??Viva el rollo!! (1975), piedra de toque del movimiento conocido como el Rollo, y grabando a formaciones como Burning, T¨ªlburi y Triana, pero pronto se orient¨® hacia la canci¨®n de autor y del proyecto rockero inicial solo permanecer¨ªan los sevillanos Triana. Detr¨¢s de ??Viva el rollo!! estaba el locutor radiof¨®nico Vicente Romero, Mariscal, empe?ado en crear una plataforma discogr¨¢fica que sirviera para acoger a nuevas bandas de todo el pa¨ªs. Finalmente, convenci¨® a la direcci¨®n de Zafiro, discogr¨¢fica de capital espa?ol y vinculada al Opus Dei, para dar forma a un sello que aglutinara a esos grupos que no lograban acceder a los estudios de grabaci¨®n y sobreviv¨ªan en directo como buenamente pod¨ªan.

En 1977 vio la luz la primera referencia del nuevo proyecto: el hom¨®nimo debut de Asfalto, al que siguieron un single de Tequila y el estreno de los progresivos Bloque. Hab¨ªa nacido Chapa Discos (uno de los nombres barajados fue Ca?a, pero se impondr¨ªa el de los tapones met¨¢licos de los populares botellines, con un logo que recordaba al de Coca-Cola y que dar¨ªa juego visual en las galletas de los vinilos, reproducidas siempre en negro, gris y rojo), bajo la direcci¨®n de Romero y orientada hacia el emergente rock nacional en todas sus formas. Detalle destacable, pues la historia parece vincular su cat¨¢logo casi exclusivamente con el rock urbano o el heavy, pero en sus bulliciosos or¨ªgenes el criterio art¨ªstico fue muy holgado.

Las primeras referencias de Chapa contaron con magros presupuestos y un esquema fijo: 50 horas de grabaci¨®n por elep¨¦ en el estudio Audiofilm de Madrid, con producciones esencialmente dirigidas por el propio Romero con ayuda de Luis Soler (Teddy Bautista no tardar¨ªa en sumarse como productor de Le?o y Topo, realizando una notable labor), pues los directivos de Zafiro, aunque dieron el visto bueno al sello, no estaban en absoluto convencidos de su rentabilidad y sus intereses eran completamente opuestos al rock.

Sin embargo, con imaginaci¨®n, energ¨ªa y buenas canciones de all¨ª salieron ¨¢lbumes que hoy son can¨®nicos del rock espa?ol, como los estrenos de Asfalto y Topo (escisi¨®n de los primeros), los padres del rock urbano; Le?o (ah¨ª dejaron toda su imprescindible discograf¨ªa), Mermelada (su Coge el tren era un tratado de caliente rock blusero de escuela cl¨¢sica), el primero espa?ol del argentino Moris (Fiebre de vivir, obra capital a ambos lados del Atl¨¢ntico), Cucharada (una banda de rock ¨¢cido y transgresor con Manolo Tena en sus filas), o el estreno en largo de Tequila (Matr¨ªcula de honor, que grabado para Chapa se edit¨® bajo otra marca m¨¢s noble de Zafiro, Novola). Pese a la calidad de aquellos primeros lanzamientos, el rock en nuestro pa¨ªs en aquel periodo previo a la d¨¦cada de los ochenta era bastante marginal y las ventas de Chapa Discos no resultaron, por tanto, demasiado abultadas, pero fueron obras b¨¢sicas para testimoniar un panorama inquieto en pleno estreno de libertades.

El sello funcionaba casi como una factor¨ªa contracultural dentro de Zafiro (aunquef¨¦rreamente vigilado por esta), cuidando las portadas de los¨¢lbumes y lanzando peri¨®dicamente recopilatorios que serv¨ªan de esencial apoyo comercial para la marca o para testar a nuevas formaciones (la serieViva el rollo). Abierto a todo tipo de propuestas est¨¦ticas, por all¨ª pasaron los catalanes Tapim¨¢n (rock cl¨¢sico) y Borne (onda layetana rock), los alicantinos Mediterr¨¢neo (funk pop latino), los valencianos Tar¨¢ntula (rock progresivo), los cordobeses Mezquita (rock andaluz), los madrile?os ?u (hard rock), Los Elegantes (mod), Paracelso con El Gran Wyoming (rock humor¨ªstico), los punks y seminales Kaka de Luxe¡­

Sin embargo, desde 1981 y con los rotundos debuts de Bar¨®n Rojo y Ob¨²s, fue decant¨¢ndose abiertamente hacia el rock duro y el heavy, dadas las buenas ventas de aquellos elep¨¦s. A lo largo de los a?os ochenta, perdido el esp¨ªritu transgresor y lib¨¦rrimo que hab¨ªa sido su ense?a y descolgados del rock m¨¢s joven de la nueva d¨¦cada (incluso abierta e innecesariamente enfrentado a ¨¦l), la discogr¨¢fica poco a poco fue languideciendo. Atr¨¢s quedaban montones de discos esenciales para comprender el rock espa?ol en los ¨²ltimos a?os setenta y en el primer tramo del siguiente decenio, cuando convivi¨® con la nueva ola y la movida.

El tiempo sacar¨ªa a la luz el comportamiento poco ejemplar de Zafiro para con los artistas que all¨ª hab¨ªan grabado: desprecio, contratos leoninos, registro a su nombre de la marca de algunos grupos, obligaci¨®n de renunciar a derechos de autor a cambio de cartas de libertad¡­ Chapa hab¨ªa nacido con vocaci¨®n rompedora, pero ese sentimiento hab¨ªa sido secuestrado por las peores pr¨¢cticas empresariales. D¨¦cadas despu¨¦s, los siguientes propietarios del cat¨¢logo discogr¨¢fico, BMG, trataron de subsanar muchas injusticias.

Ahora, para celebrar el 40? aniversario de Chapa Discos (la cuenta siempre se ha hecho desde 1975, a?o del lanzamiento de ??Viva el rollo!!, que aunque editado por Gong se considera la semilla del proyecto), Sony Music ha reeditado 17 de aquellos ¨¢lbumes en exquisitas ediciones limitadas en vinilo, remasterizando las grabaciones (deuda pendiente) y respetando los dise?os originales de las portadas: Asfalto (Asfalto), Bloque (Bloque), Le?o (Le?o, Corre, corre, Directo), Topo (Topo), Mermelada (Coge el tren), Cucharada (El limpiabotas que quer¨ªa ser torero), Moris (Fiebre de vivir), Kaka de Luxe (Las canciones malditas), Tequila (Matr¨ªcula de honor, por fin se edita bajo la marca para la que fue grabado), Bar¨®n Rojo (Volumen brutal, Larga vida al rock & roll, Bar¨®n al Rojo vivo), Ob¨²s (Prep¨¢rate, En directo, Poderoso como el trueno).