Howl (Aullido)
No crean que somos los ¨²nicos en perseguir a un creador. Hubo un tiempo en que se demonizaba a los poetas por desentonar
No crean que somos los ¨²nicos en perseguir a un creador. Hubo un tiempo en que se demonizaba a los poetas por desentonar. Allen Ginsberg se atrevi¨® a escribir de vagabundos, de hambre, de droga y de sexo homosexual y a¨²n hay quien se pregunta si alcanz¨® la gloria por su valor literario o por el juicio contra su editor.
Confieso que se me escap¨® en su momento la pel¨ªcula que lleva por t¨ªtulo Howl (Aullido), como la obra grande y rabiosa del poeta de la generaci¨®n beat. Si les pas¨® lo mismo, corran a verla en TCM. Comprobar¨¢n que James Franco es mucho m¨¢s que el villano pasable de Spiderman en esta era de actualizaci¨®n de superh¨¦roes que vivimos. Bienvenida.
Franco da vida con enorme convicci¨®n a un Ginsberg que rompe, que rabia, que se hunde y que conmociona a una generaci¨®n. Verdad cristalina en tiempos de edulcoraci¨®n. Pone nombre a la carne de ca?¨®n. Y se?ala con el dedo a una Am¨¦rica que se droga, que se arrastra, que se atreve a amar lo que no est¨¢ pautado, que no oculta nada pero nada tiene que ense?ar y que desborda el marco perfecto que poco despu¨¦s desdibuj¨® tambi¨¦n Richard Yates.
En el juicio por obscenidad, un destacado cr¨ªtico del momento es llamado a declarar. Tras escuchar uno de los poemas sobre culos y peyote debe contestar a esta pregunta: ?cree que esto tiene valor literario? ?Trascender¨¢? Y con honestidad, el cr¨ªtico responde bajo juramento: ¡°No puedo predecirlo, pero le aseguro que este juicio le ayudar¨¢ a perdurar¡±. Palabras sabias que he recordado ante lo sucedido en el festival Rototom. Ya no importa que Matisyahu sea sionista o proisrael¨ª, genial o regular. Lo que importa es que un festival ha hecho picadillo el esp¨ªritu de libertad. Como lo que import¨® en 1957 fue el derecho de Ginsberg a hablar de paz y pollas aunque no le gustara a alg¨²n fiscal.
L¨¢stima que cierta izquierda se haya puesto a la altura de los censores de Ginsberg que se creyeron due?os de la verdad.
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