La torer¨ªa equina
Finaliz¨® la feria malague?a con un soso festejo de rejoneo en el que se cortaron tres orejas
El reloj marcaba las nueve menos diez de la noche -la corrida hab¨ªa comenzado a las siete- cuando Hermoso de Mendoza sac¨® al caballo Disparate y cambi¨® el semblante del festejo. Claro que este animal es un espect¨¢culo en s¨ª mismo y verlo moverse como un torero de a pie por el ruedo es admirable. Sus andares son un monumento al temple y torea con verdadero sentimiento. Sali¨® despu¨¦s Pirata, y un espectacular par de banderillas cortas a dos manos precedieron a una irregular forma de matar, lo que no impidi¨® que el p¨²blico solicitara la oreja para el caballero navarro. El m¨¦rito fue del rejoneador, claro est¨¢, pero el que levant¨® el festejo fue Disparate.
Media hora m¨¢s tarde fue el turno de Verdi, un tordo lusitano, que monta Leonardo Hern¨¢ndez, y se crece, como torero que es, delante del toro. Su especialidad, y la ejecuta de forma extraordinaria, es el quiebro en el tercio de banderillas. Recula sobre el di¨¢metro de la plaza con suma elegancia, reta desde lejos a su oponente y se acerca en l¨ªnea recta a su jurisdicci¨®n hasta que rompe la geometr¨ªa a escasa distancia del encuentro final y permite que su caballero se luzca mientras ¨¦l sale a galope, todo jactancioso, como si hubiera rematado una templada tanda de naturales.
Disparate y Verdi son dos toreros consagrados; no es que sus compa?eros no lo sean, que lo son, pero esta es una pareja de artistas, y entre ambos levantaron un festejo que se despe?aba irremediablemente por la pendiente del aburrimiento.
Nadie puede poner en duda a estas alturas la categor¨ªa de Ferm¨ªn Boh¨®rquez, Hermoso de Mendoza y Leonardo Hern¨¢ndez. Los tres dominan la t¨¦cnica y los trucos del rejoneo y poseen cuadras de aut¨¦ntica categor¨ªa. Pero lo que no pueden controlar es la emoci¨®n que requiere el espect¨¢culo.
Boh¨®rquez/Boh¨®rquez, Hermoso, Hern¨¢ndez
Toros despuntados para rejoneo de Ferm¨ªn Boh¨®rquez, bien presentados, mansos, descastados y nobles.
Ferm¨ªn Boh¨®rquez: dos pinchazos y rej¨®n atravesado (ovaci¨®n); tres pinchazos y un descabello (ovaci¨®n).
Hermoso de Mendoza: dos pinchazos y rej¨®n en dos tiempos (silencio); dos pinchazos y rej¨®n en lo alto (oreja).
Leonardo Hern¨¢ndez: bajonazo y un descabello (oreja); pinchazo y rej¨®n bajo (oreja).
Plaza de La Malagueta. 23 de agosto. S¨¦ptima y ¨²ltima corrida de feria. Casi tres cuartos de entrada.
Esa condici¨®n depende en buena parte del toro; y el toro dise?ado para el rejoneo actual -entre ellos, los de Ferm¨ªn Boh¨®rquez lidiados en M¨¢laga- acusan una excesiva mansedumbre y falta de casta, de modo que la lidia es una lucha muy desigual de un caballero experto y un caballo torero frente a un animal disminuido de pitones, blando de remos y de buen car¨¢cter con el que juegan a placer sin m¨¢s objetivo que clavar rejones y garapullos. Es decir, falta la sensaci¨®n de riesgo, que es condici¨®n indispensable para la emoci¨®n.
As¨ª, Ferm¨ªn Boh¨®rquez se despidi¨® de M¨¢laga con una actuaci¨®n discreta, t¨¦cnica y fr¨ªa. Quiz¨¢, es un caballero de un tiempo ya pasado y le cuesta un mundo interesar a los tendidos. ?nase a ello la desgana de sus toros y el balance resultante deja pocos detalles para el recuerdo.
Hermoso es un maestro consagrado y, en consecuencia, interesa menos cuando sus oponentes son toros desvalidos. Adem¨¢s de Disparate, destac¨® a lomos de Berl¨ªn y Viriato, pero pas¨® de puntillas.
Y Hern¨¢ndez cort¨® una oreja en cada toro porque derroch¨® la ilusi¨®n y la fortaleza que deben caracterizar a los j¨®venes.
A pesar de todo, al festejo le falt¨® algo; toros, sin ir m¨¢s lejos, porque toreros los hubo, en especial los de cuatro patas.
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