La comedia humana en un bar
Las propuestas editoriales para este oto?o incluyen desde nuevos estudios sobre la guerra civil hasta la biograf¨ªa de Ada Lovelace, la hija de Byron.
Parece que tras el ¨¦xito de ventas de Open, mi historia (2009), la autobiograf¨ªa de Andre Agassi, Duomo le ha cogido gustillo a los libros de J.?R. Moehringer, que fue el "negro" de lujo que "ayud¨®" al tenista armenio-estadounidense a conseguir que sus vivencias, recuerdos y esc¨¢ndalos se convirtieran en uno de los non-fiction m¨¢s un¨¢nimemente elogiados en los suplementos literarios. En realidad, Agassi se decidi¨® a encargarle su libro a Moehringer, que ya hab¨ªa ganado en 2000 un Pulitzer de periodismo, porque hab¨ªa quedado fascinado por la lectura de El bar de las grandes esperanzas (2005), que es, precisamente, el libro de Moehringer con el que Duomo se estrena en septiembre. De nuevo, una autobiograf¨ªa ¡ªs¨®lo que esta vez propia¡ª, aunque yo he le¨ªdo las "pruebas sin corregir" (?c¨®mo odio hacerlo!) como si se tratara de una novela de formaci¨®n. Como se?ala el autor, "todo el mundo tiene un lugar sagrado, un refugio, un lugar en el que su coraz¨®n es m¨¢s puro, su mente es m¨¢s clara (¡). Para bien o para mal mi lugar sagrado era el bar de Steve". Un bar que primero se llam¨® Dickens (qu¨¦ casualidad: "mi" bar era un pub que se llamaba igual, estaba enfrente de donde estuvo el diario Madrid y lo frecuentaban poetas, periodistas y escritores de entonces) y, luego, Publicans. Ese fue el lugar donde creci¨® J.?R. Moehringer, abandonado por su padre muy pronto y a quien logr¨® sustituir con la parroquia m¨¢s bien masculina de aquel lugar acogedor, mezcla de la de Cheers y de la de cualquier otro buen bar del que pueda usted acordarse. All¨ª, en ese ¨¢mbito c¨¢lido y acogedor (pero tambi¨¦n bronco, cuando era preciso) el joven J.?R. frecuent¨® a poetas, soldados, actores, gafapastas, borrachos, polic¨ªas, millonarios, actores, fracasados y al resto de la fauna de comedia humana. Y tranquilas: tambi¨¦n hay mujeres (la madre, por ejemplo, un notable personaje literario). Moehringer nos cuenta sus historias, haci¨¦ndolas suyas y sin un ¨¢pice de pringoso sentimentalismo: fue all¨ª, clar¨ªsimamente, donde J.?R. se convirti¨® en escritor. Por cierto, el bar en cuesti¨®n estaba en Manhasset, Long Island, muy cerca de donde Gatsby organizaba las fiestas para poder bailar con Daisy Buchanan. Si est¨¢n hartos de novelas pedorras repletas de intrigas cl¨®nicas y les apetece una buena dosis de la materia de la que est¨¢ hecha la buena literatura, El bar de las grandes esperanzas es una estupenda opci¨®n.
Guerra
La rep¨²blica, la Guerra Civil y la largu¨ªsima dictadura siguen suministrando buena parte de la materia de la no-ficci¨®n espa?ola, autoayudas, cocineros y famoseos medi¨¢ticos aparte. ?ltimamente me han llegado varios libros que me parecen particularmente importantes o que abordan aspectos insuficientemente explorados de ese largo periodo. En primer lugar, la importante s¨ªntesis, convertida en referencia insoslayable, La segunda rep¨²blica (Pasado y Presente), de E. Gonz¨¢lez Calleja, F. Cobo Romero, Ana Mart¨ªnez Rus y F. S¨¢nchez P¨¦rez, cuatro historiadores de la generaci¨®n del posfranquismo. La represi¨®n impuesta por los facciosos durante y tras la guerra rebas¨® con mucho lo que podr¨ªa considerarse imprescindible para asegurar su victoria: ya desde el inicio de la contienda el general Mola (el mulo Mola, lo llam¨® Bergam¨ªn en verso burlesco) marcaba la pauta de lo que vendr¨ªa despu¨¦s, afirmando que era preciso "propagar una atm¨®sfera de terror. Hay que extender la sensaci¨®n de dominancia eliminando sin escr¨²pulos a todo aquel que no piense como nosotros" (citado por Hugh Thomas). Ese "terror saludable" se practic¨®, despu¨¦s de la victoria, con feroz intensidad en zonas consideradas merecedoras de m¨¢s castigo o donde fue mayor la resistencia; Luchadores del ocaso (KRK), de Ram¨®n Garc¨ªa Pi?eiro, es un estudio documentado y apasionante sobre la represi¨®n, la guerrilla y la violencia pol¨ªtica en Asturias desde 1937 a 1952. Pi?eiro estudia la formaci¨®n y composici¨®n de las partidas guerrilleras, su estrategia, sus mecanismos de protecci¨®n. Pero en lo que este libro resulta particularmente brillante es, sobre todo, en la evocaci¨®n y reconstrucci¨®n de la atm¨®sfera de odio y venganza propiciada por los vencedores para la destrucci¨®n y el exterminio de los vencidos. Otro libro importante sobre un aspecto esencial de la "vuelta al orden" impuesta tras la victoria es el reader, coordinado por Feliciano Montero y Joseba Louzao, La restauraci¨®n social cat¨®lica en el primer franquismo, 1939-1953 (Universidad de Alcal¨¢), en el que se examinan las formas que fue adoptando el proyecto contrasecularizador y defensivo del catolicismo nacionalista. Por ¨²ltimo, entre los libros programados para la rentr¨¦e, me ha llamado la atenci¨®n La otra cara del caudillo (Cr¨ªtica, septiembre), un ensayo de ?ngel Vi?as en el que se pasa revista, justo 40 a?os despu¨¦s de la muerte del dictador, a algunos de los mitos difundidos sobre el personaje por bi¨®grafos e historiadores "revisionistas". Vi?as, que, seg¨²n los paratextos editoriales, ha tenido acceso a nueva documentaci¨®n, analiza, entre otras cosas, los resortes de su poder, la admiraci¨®n de Franco por el nazismo, o el "oscuro" origen de la fortuna que amas¨® durante la guerra.
Marinero
Interesantes propuestas de Alba para el tercer trimestre. Desde Mientras seamos j¨®venes (en septiembre), una nueva aventura del detective Ricardo Blasco ¡ªpara mi gusto uno de los m¨¢s consistentes de la poblad¨ªsima fauna sabuesa espa?ola¡ª, del canario Jos¨¦ Luis Correa, hasta joyas m¨¢s o menos ocultas, como Judith F¨¹rste (septiembre), de la danesa Adda Ravnkilde (1862-1883), o la biograf¨ªa El algoritmo de Ada (noviembre), que recorre la vida y saberes de Ada Lovelace, hija de Lord Byron, matem¨¢tica y escritora, y una de las precursoras de la ciencia inform¨¢tica. Adem¨¢s de un plato fuerte prenavide?o: una gran antolog¨ªa de Cuentos de Navidad, editada por Marta Sal¨ªs, que re¨²ne relatos de autores de los ¨²ltimos dos siglos (pr¨¢cticamente desde que la Navidad se convirti¨® en fiesta familiar): desde los Grimm hasta Auster, incluyendo mi cuento ¡°navide?o¡± favorito, Los muertos, de James Joyce. En todo caso, una de mis (re)lecturas agoste?as m¨¢s provechosas tambi¨¦n se la debo a Alba: Billy Budd, marinero (traducci¨®n de Miguel Temprano Garc¨ªa), ese impresionante testamento de Herman Melville, publicado p¨®stumamente en 1924, pero compuesto hacia 1888. La tr¨¢gica historia de ese marinero pacificador, querido por todos, bonach¨®n y t¨ªmido (alguien lo ha llamado "un coraz¨®n simple", en referencia a la Felicit¨¦ del gran relato de Flaubert), al que el odio del maestro de armas Claggart (secretamente enamorado de ¨¦l) y la irresoluci¨®n legalista del capit¨¢n Vere condenan a una muerte ignominiosa, me sigue pareciendo una de las imprescindibles obras maestras de la novela corta del XIX.?
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