El museo de Van Gogh inaugura nueva puerta y ambiciones
La fachada de cristal comparte plaza con el Rijksmuseum y el de arte moderno
Abierto en 1973, el museo dedicado a Vincent Van Gogh en la capital holandesa pensaba recibir a unos 200.000 visitantes anuales. Fue un c¨¢lculo a la baja, porque la obra, y la vida, del pintor atraen hoy a 1,6 millones de personas y la cifra sigue creciendo. Para acogerlos y guiarlos a trav¨¦s de una de las biograf¨ªas art¨ªsticas m¨¢s llamativas y dolorosas, la sala acaba de presentar una nueva entrada que permite unir, por medio de un s¨®tano, los dos edificios que recogen el legado del pintor. A la izquierda aparece la colecci¨®n permanente. A la derecha, las muestras temporales. Sobre la cabeza, una b¨®veda que lo inunda todo de luz y apuesta por la transparencia: hasta la escalera es de cristal.
La remodelaci¨®n, culminada en 16 meses y con un coste de 20 millones de euros, ha ganado 800 metros cuadrados de superficie y dotan al conjunto de los servicios propios de un gran centro contempor¨¢neo. El acceso se abre adem¨¢s en la Plaza de los Museos de ?msterdam, donde tienen asimismo sus puertas el Rijksmuseum (con Rembrandt y Vermeer) y el de arte moderno (Stedelijk). Un tr¨ªo estelar que domina el centro urbano y ha cuidado sus respectivas puestas al d¨ªa para evitar que las colas arruinen el entorno y agoten a turistas y vecinos.
El museo original fue dise?ado por el holand¨¦s Gerrit Rietveld, cabeza visible del movimiento De Stijl, y abanderado del neoplasticismo: la abstracci¨®n pura reducida a forma y colores primarios. El edificio, inaugurado en 1973, es una composici¨®n de cubos ¡°con tantas ventanas que apenas cab¨ªan los cuadros y hubo que indicarle que necesit¨¢bamos paredes¡±, ha recordado este martes Axel R¨¹ger, director de la sala. Aqu¨ª se presenta la colecci¨®n permanente de obras del pintor. En 1999, en arquitecto japon¨¦s Kisho Kurokawa, entreg¨® otro edificio en forma de elipse con un estanque destinado a albergar las exposiciones temporales. Necesitado de espacio, el Van Gogh tom¨® un pedazo de la plaza para poder construirlo y los uni¨® con un pasillo interior. ¡°En teor¨ªa, el estanque, situado en el exterior pero visible desde dentro, deb¨ªa preparar el esp¨ªritu. El visitante pasaba de las luces de Van Gogh a otros artistas, y la serenidad del agua facilitar¨ªa dicha transici¨®n. Con nuestro clima, hubo siempre problemas de mantenimiento y la gente tampoco acababa de entender el mensaje¡±, ha reconocido R¨¹ger.
Como la nueva entrada se asienta sobre el antiguo estanque, el director viaj¨® con sus colaboradores a Jap¨®n para contarles sus planes y hubo acuerdo. El boceto reci¨¦n estrenado es del estudio de Kurokawa (fallecido en 2007). El arquitecto que ha gestionado su puesta a punto es el holand¨¦s Hans van Heeswijk. En cierto modo, el cristal que cubre la b¨®veda de la entrada refleja el estanque que fue preciso cegar. ¡°Los grandes edificios p¨²blicos precisan vest¨ªbulos espaciosos, y en este caso, el reto fue el agua. En este punto de ?msterdam estamos bajo el nivel del mar, y en cuanto cavas, sale a chorros. As¨ª que hizo falta una obra de ingenier¨ªa (similar a la del nuevo Rijksmuseum, donde trabajaron incluso buzos) para sellar el suelo. Con todo, el cristal es lo que manda. Esta obra pertenece al siglo XXI y es uno de los materiales de construcci¨®n del momento¡±, seg¨²n Van Heeswijk. Al estar unidos los dos edificios por el nuevo s¨®tano, a pie de calle se ha creado un peque?o bulevar para evitar aglomeraciones. Las taquillas estar¨¢n tambi¨¦n fuera y la entrada antigua, la del edificio de Rietveld, servir¨¢ para los grupos y las jornadas de colegios.
En la puesta al d¨ªa no se ha olvidado la otra colecci¨®n del pintor. Se trata de los recuerdos ofrecidos por una tienda tambi¨¦n a estrenar y que no pueden desde?arse. Un tercio de los visitantes pasa por all¨ª para comprar algo, sobre todo carteles, pa?uelos de seda y libros. El Van Gogh ha apostado ahora por el dise?o de alta gama, y junto a los recuerdos tradicionales hay 500 objetos nuevos entre joyas, vajillas, art¨ªculos de piel y hasta herramientas de jardiner¨ªa firmados por creadores holandeses de renombre. ¡°Nuestra cifra tope de visitantes es de 3 millones, pero las normas de seguridad priman. Por cada uno que entre debe salir otro¡±, admite el director. Un reto y un reclamo a la vez, envueltos en los 125.000 girasoles que recibir¨¢n al p¨²blico en la apertura oficial del pr¨®ximo s¨¢bado.
Babelia
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