Vila-Matas: lejos de Veracruz, cerca de M¨¦xico
La obra del ganador del premio FIL 2015 fue reconocida en M¨¦xico antes que en Espa?a
Enrique Vila-Matas caminaba por los jardines de Coyoac¨¢n, al sur de la Ciudad de M¨¦xico, una tarde de 1992. Se dirig¨ªa a la presentaci¨®n de una antolog¨ªa de poes¨ªa estadounidense hecha por Eliot Weinberger, el traductor de Octavio Paz. En el evento, el Nobel mexicano recit¨® El descenso, un poema de William Carlos Williams que le qued¨® zumbando en la cabeza por mucho tiempo. ¡°Al terminar su lectura, me pregunt¨¦ si es que el poema era realmente muy bueno o era que Paz lo hab¨ªa le¨ªdo excepcionalmente bien¡±, escribi¨® Vila-Matas.
La huella que El descenso dej¨® en la memoria de Vila-Matas lo llev¨® a escribir Lejos de Veracruz (1995), una novela que comienza parafraseando la canci¨®n de Agust¨ªn Lara y que tiene al puerto del Golfo mexicano como escenario del inicio y cierre del libro. Vila-Matas escribe la historia de los hermanos Tenorio. El mayor de ellos, Antonio, es un exitoso escritor de libros de viajes que el autor nunca ha hecho. M¨¢ximo es un pintor atormentado y Enrique, el menor y narrador, es un joven manco que comete un absurdo crimen en una noche de borrachera en la ciudad veracruzana, a la que jura jam¨¢s regresar. Vila-Matas, sin embargo, ha dicho que siempre piensa en volver a esas playas lejanas.
Este lunes, despu¨¦s de haber sido notificado el haber ganado el premio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2015, Vila-Matas dijo que la buena noticia obedec¨ªa a las buenas relaciones que tiene con la literatura latinoamericana desde hace m¨¢s de 25 a?os. Uno de esos magos que ha ayudado a tender los puentes a este lado del Atl¨¢ntico ha sido Sergio Pitol. El premio Cervantes escribi¨® que Vila-Matas ¡°fue reconocido como escritor de importancia en M¨¦xico antes que en su pa¨ªs¡±.
Pitol, su amigo desde 1972, fue un entusiasta desde su obra temprana. ¡°Su rareza se acondicionaba f¨¢cilmente con nuestro entorno nacional¡±, escribe Pitol en El mago de Viena. Un c¨ªrculo de prestigiosos lectores, entre ellos Augusto Monterroso, ?lvaro Mutis, Alejandro Rossi y B¨¢rbara Jacobs, comenz¨® a repetir su nombre a mediados de la d¨¦cada de los ochenta. Juan Villoro trab¨® amistad con ¨¦l m¨¢s o menos por esas ¨¦pocas, cuando todav¨ªa era ¡°un escritor marginal en Espa?a¡±. Las cr¨ªticas de ?lvaro Enrigue en Vuelta y El Nacional, y de Christopher Dom¨ªnguez Michael en Reforma fueron ampliando el c¨ªrculo.
?lvaro Enrigue recuerda haber conseguido una edici¨®n de Historia abreviada de la literatura port¨¢til. Se lo regal¨® un librero que trabajaba en una editorial independiente que por ese entonces, principios de los a?os 90, importaba a M¨¦xico libros de Anagrama, que eran objetos dif¨ªciles de conseguir y, por lo tanto, muy preciados. "Lo le¨ª inmediatamente y me volvi¨® loco. Todav¨ªa tengo esa copia, gastad¨ªsima porque la leyeron todos mis amigos", relata Enrigue, ganador del Herralde de novela en 2013 con Muerte s¨²bita.? En 1992, Enrigue propuso rese?ar Suicidios ejemplares en Vuelta, la revista de Octavio Paz. Fue su primera cr¨ªtica en esa publicaci¨®n.
Cuando Vila-Matas gan¨® el R¨®mulo Gallegos en 2001, Villoro y Pitol celebraron el triunfo de uno de los suyos. El autor de El viaje vertical ya era un habitual del panorama de las letras mexicanas gracias a frecuentes visitas a Morelia, Veracruz, la Ciudad de M¨¦xico y Guadalajara, la ciudad donde recoger¨¢ el premio el pr¨®ximo 28 de noviembre, en la inauguraci¨®n de la Feria del Libro.
En El mago de Viena, Pitol describe una delirante cr¨®nica de un viaje que pudo haber sido firmada por Antonio Tenorio, el autor de paseos inventados en Lejos de Veracruz. Pitol, en ese entonces agregado cultural en Mosc¨², narra un episodio que comenz¨® con una llamada telef¨®nica de Vila-Matas. El escritor barcelon¨¦s lo invit¨® a un¨ªrsele en Asjabad, la capital de Turkmenist¨¢n, a donde acud¨ªa a un festival de cine en 1979. Los amigos se encontraron en la ciudad y acudieron a cenar a un restaurante. Un malentendido entre los traductores de los escritores con los comensales del lugar convirti¨® a Vila-Matas en una leyenda local. En pocos d¨ªas, el autor espa?ol se convirti¨® en una figura que aparec¨ªa en las portadas de los peri¨®dicos locales y que vest¨ªa con prendas hechas con pelo de camello. Ambos recuerdan la an¨¦cdota como un espejismo, pero sirvi¨® a Pitol para usar ¡°a su secreto hermano gemelo¡± como personaje.
Vila-Matas, ahora un escritor consagrado en todo el mundo, ser¨¢ editado pr¨®ximamente en M¨¦xico por Almad¨ªa, el sello independiente que publicar¨¢ Marienbad el¨¦ctrico. La editoral es la misma casa que alberga a otros alquimistas como Pitol y Villoro.
Babelia
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