¡°Si ves la televisi¨®n, parece sencillo triunfar pero no funciona as¨ª¡±

Su imponente voz y su destreza para integrar el soul y el jazz en un solo corpus expresivo le han convertido en uno de los vocalistas del momento. Si el aforismo m¨¢s usual siempre ha venido a recalcar que las voces cl¨¢sicas de la edad dorada del soul se curt¨ªan cantando g¨®spel en las iglesias en sus a?os mozos, el lugar com¨²n con Gregory Porter (Los Angeles, 1971) es la afici¨®n que su madre le transmiti¨® por los discos de Nat King Cole, tambi¨¦n alentada por su trabajo en una iglesia. En cualquier caso, inevitable reduccionismo para explicar c¨®mo es posible que este hombre integre -de una forma absolutamente fluida y con una visi¨®n casi pante¨ªsta de la m¨²sica negra- el jazz, el rythm 'n' blues, el g¨®spel y el soul, con una naturalidad pasmosa.

¡°Esa es la forma en la que yo escucho la m¨²sica: jazz, blues, g¨®spel, soul y todo lo que me gusta, todo eso se refleja ah¨ª¡±, nos comenta al tel¨¦fono desde California, a punto (de hecho, as¨ª nos lo confiesa) de salir disparado hacia al aeropuerto para coger un avi¨®n que le acercar¨¢ de nuevo a Europa, con primera parada esta misma noche en el Nuevo Teatro ?lcala de Madrid. Abunda en que ¡°al final todo sale de forma natural, sin buscar conscientemente audiencias m¨¢s grandes, aunque escuchando la diversidad estil¨ªstica de mis discos pueda no parecerlo¡±.

Ungido con todos los honores por el legendario sello Blue Note, que edit¨® su tercer ¨¢lbum (el aclamado Liquid Spirit, reconocido con el Grammy a mejor ¨¢lbum de jazz vocal en 2014), Porter es un m¨²sico inquieto. Aunque repita presencia en nuestros escenarios con repertorio y formato similares (vuelve b¨¢sicamente con los mismos que en su visita hace algo m¨¢s de un mes al Castell de Peralada, en Girona), no se limita a vivir de las rentas de un trabajo descollante. Este mismo verano se le ha podido ver en Ibiza interpretando en vivo -en un par de fiestas de la brit¨¢nica Radio One- dos temas que, lejos de la suntuosidad soul jazz a la que acostumbra, le acercan a territorio indisimuladamente electr¨®nico: la remezcla dance de Liquid Spirit (el tema titular, remozado m¨¢s tarde para un EP de remixes) y la imponente Holding On, uno de los temas del inminente nuevo ¨¢lbum de los brit¨¢nicos Disclosure.

Cuando le consultamos c¨®mo se siente actuando ante una parroquia tan propensa a la jarana bailable como es la que invade cada verano la isla pitiusa, no puede evitar esbozar una traviesa carcajada: ¡°Como m¨²sico de jazz y como amante de la m¨²sica, siempre estoy abierto a experiencias diferentes, y me interesa mucho el aspecto social de la m¨²sica. Tambi¨¦n me gusta bailar, el baile no es algo extra?o para m¨ª, as¨ª que para mi salir all¨ª a cantar fue algo muy cool¡±.

Su colaboraci¨®n con los astutos hermanos Lawrence, alma bic¨¦fala de Disclosure, esconde -no obstante- una g¨¦nesis menos extra?a para ¨¦l, que alg¨²n d¨ªa podr¨ªa ver la luz: ¡°Howard, uno de los hermanos, me estaba escuchando en Jazz FM, y contact¨® con mi manager, para conocerme, sentarnos y charlar acerca de alguna colaboraci¨®n, pero la canci¨®n, en realidad, se compuso al piano. La que oyes en el ¨¢lbum es m¨¢s r¨¢pida que la original, y yo espero que ellos m¨¢s adelante den salida tambi¨¦n a esa versi¨®n primigenia del tema, que es m¨¢s lenta y soul¡±.

Uno de los aspectos biogr¨¢ficos que m¨¢s llaman la atenci¨®n de Gregory Porter es su tard¨ªa incursi¨®n en el mundo de la m¨²sica. No fue hasta 2010, con el ¨¢lbum Water (Mot¨¦ma), que se dio a conocer internacionalmente. Y para entonces, este frustrado jugador de f¨²tbol americano y actor ocasional (form¨® parte del musical It Ain't Nothin' But The Blues, que trazaba la historia del g¨¦nero, en los escenarios de Broadway en 1999), ya contaba con nada menos que 38 a?os. Para ¨¦l no supone un problema, en absoluto: ¡° Hay gente que me pregunta ?d¨®nde est¨¢n los diez discos anteriores?, y me resulta divertido¡±. Y ¨¦l lo atribuye a la dificultad para encontrar las condiciones adecuadas para que una carrera evolucione de forma sostenible: ¡°Es complicado encontrar un sello y la infraestructura adecuada para desarrollarse como m¨²sico. Si ves la televisi¨®n hoy en d¨ªa, parece que es tan sencillo como acceder a una audici¨®n y ya directamente triunfar, pero no es as¨ª como funcionan las cosas, ni mucho menos¡±, comenta.

En su caso, tuvo que picar piedra para que todo el bagaje previo acabara concret¨¢ndose en la s¨®lida realidad que su propuesta encarna hoy en d¨ªa: ¡°A?os antes de mi primer ¨¢lbum, estuve grabando y tuve experiencias en estudios y con discogr¨¢ficas, pero cuesta encontrar el sitio exacto en el que uno quiere ubicarse. Afortunadamente, tuve la suerte de encontrar todo eso en el sello Mot¨¦ma (en el que public¨® sus dos primeros ¨¢lbumes), en Nueva York¡±. Esa larga traves¨ªa del desierto, discogr¨¢ficamente hablando, le sirvi¨® para ir acumulando experiencias y haciendo callo en su trayecto vital, algo que -inevitablemente- ten¨ªa que reflejarse en su m¨²sica, diestra en dar voz con soltura y credibilidad a diversos pliegues del alma: ¡°Tuve que expandir mi mente para cantar de la forma en la que lo hago. Y acumular experiencias en la vida tambi¨¦n te lo permite. He pasado por cosas duras, as¨ª que puedo cantar sobre corazones rotos, pero tambi¨¦n de otros asuntos y desde puntos de vista distintos¡±, arguye.

Gregory Porter se ha ganado a pulso el reconocimiento como una de las voces m¨¢s respetadas y reconocibles de la actual m¨²sica negra. Pero eso no le impide ser extremadamente reverente con sus referentes. Por eso ha participado en discos de tributo a Gil Scott-Heron (Evolutionary Minded: Furthering The Legacy of Gil Scot-Heron, con Chuck D, Brian Jackson o Dead Prez, hace dos a?os), Nina Simone (de quien interpret¨® Black Is The Colour Of My True Love's Hair) o formando parte del concierto de homenaje a Bill Withers, que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 1 de octubre en el Canegie Hall de Nueva York, compartiendo escenario con D'Angelo, Ed Sheeran, Aloe Blacc, Sheryl Crow o Dr. John. ¡°Es una suerte que toda la gente implicada en esos proyectos se acuerde de m¨ª, y de esa forma poder cantar las canciones de mis ¨ªdolos: gente a la que, de alguna manera, he emulado¡±, afirma con una humildad nada impostada.